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Bin Salman, Khashoggi y la mala imagen de Riad

27 de noviembre de 2018

Desempañar la imagen de Riad puede no resultarle tan difícil a Bin Salman. En su primera gira internacional tras el asesinato del periodista árabe Jamal Khashoggi, el príncipe heredero saudí tiene un as bajo la manga.

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Jamal Khashoggi
Imagen: imago/IP3press/A. Morissard

La más reciente gira del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, es un periplo tenso. Ella tiene lugar tras el sonado asesinato de su compatriota, el periodista Jamal Khashoggi, en el consulado de su país en Estambul. Bin Salman intenta lavar la imagen de Riad, pero, hasta que no regrese a casa, no podrá saber a ciencia cierta cuán exitosa fue su misión. Al ser recibido en Baréin, en el emirato Abu Dabi y en Egipto, el "caso Khashoggi” no jugó un papel importante; en primer plano estaba la hermandad de los pueblos árabes.

Pero en Túnez, la visita de Bin Salman ha sido precedida por protestas. La federación local de periodistas le echa en cara el homicidio de Khashoggi y la restricción de la libertad de expresión en su país. Muchos otros le reprochan a Riad el haberle dado asilo a Zayn al-Àbidin Ben Ali, el dictador tunecino derrocado en 2011, al calor de la primera revuelta de la "Primavera Árabe”. Siendo que Arabia Saudita combate las revoluciones en el mundo musulmán abiertamente, era de esperarse que Bin Salmán no fuera del todo bienvenido.

Ägypten Mohammed bin Salman, Kronprinz Saudi-Arabien & Abdel Fatah al-Sisi, Präsident
Brazos abiertos en Egipto.Imagen: Reuters/Courtesy of Saudi Royal Court/Bandar Algaloud

Apostando al pragmatismo

Sin embargo, el politólogo Adel Jutiar, de la Universidad de Salahaddin, con sede en la ciudad iraquí de Erbil, da por sentado que Bin Salman procurará conservar o recuperar el respaldo de sus vecinos –sobre todo de aquellos cercanos a Occidente– apelando a posiciones compartidas frente a los movimientos de oposición seculares, al archienemigo Irán, al conflicto palestino-israelí y a la guerra del Yemen. "No debemos olvidar que el pragmatismo influye mucho sobre la política de los Estados árabes”, subraya el especialista.

Riad tiene mucho que ofrecer en todos esos ámbitos. Arabia Saudita se erige en el gran contrapeso de Irán en el Medio Oriente y eso la hace interesante hasta para Estados Unidos. Es poco probable que las relaciones de la Casa Blanca con Riad se vean afectadas por el "caso Khashoggi” porque ese tema no es relevante para el electorado del presidente Donald Trump, explica Norman Ornstein, analista del think tank conservador American Enterprise Institute, con sede en Washington.

Tunesien Proteste gegen Besuch Saudi Kronprinz Mohammed bin Salman
Puños alzados en Túnez.Imagen: Reuters/Z. Souissi

Última parada: Argentina

Abu Arar, miembro del movimiento musulmán de Israel, comentaba en entrevista con la publicación online "Al-Monitor” que Bin Salmán también coquetea con la idea de poner fin al añejo enfrentamiento entre israelíes y palestinos promoviendo la naturalización de los refugiados palestinos como ciudadanos de algún país del Cercano Oriente. Como Jordania, por ejemplo. Su lógica es: quien deja de ser un refugiado pierde su "derecho a regresar”. ¿Regresar a dónde? Simplista como es, esta noción puede ser bien acogida en Washington.

Mientras tanto, Arabia Saudita seguirá exigiéndoles visa de entrada a los palestinos apátridas, no sólo cuando quieran buscar en su territorio, sino también cuando aspiren a completar la peregrinación hacia los lugares sagrados del Islam durante el hach. Con esa medida, Riad ejerce presión sobre aquellos palestinos que insisten en preservar su estatus como refugiados. En todo caso, Bin Salmán apuesta a que la mayoría de los Gobiernos en su vecindario cultivarán una política de intereses similares a los suyos a mediano y largo plazo.

La última parada de su gira está al otro lado del océano Atlántico, en Argentina. Bin Salmán asistirá a la cumbre del G-20 en Buenos Aires. A más tardar en la reunión para la foto de grupo sabrá qué posibilidades tiene de salvar la imagen de su país frente a las otras potencias del mundo.

(ERC/CP)

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