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Blix: Aún es tiempo de evitar la guerra

4 de febrero de 2003

El jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, viajará el 8 de febrero a Irak, quizá por última vez, para intentar aclarar incógnitas. En entrevista exclusiva con DW-TV afirmó que la guerra no es inevitable.

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Hans Blix conversa con DW-TV en Nueva York.Imagen: DW

DW-TV: Sr. Blix, hace una semana informó Ud. que las inspecciones de armas se desarrollaban sin contratiempo. ¿Cuál es la situación actual?

Blix: Tenemos más de un centenar de inspectores en el terreno. Contamos con ocho helicópteros y un avión que están volando diariamente desde Larnaca, Chipre, donde también tenemos una oficina. Viajamos cada día a Irak. Es un grupo bastante grande el que está trabajando allí, mucho mayor que en misiones anteriores. Y estamos operando en todo el país.

El 8 de febrero volverá a visitar Irak. ¿Accedió Saddam Hussein a permitir que se realicen vuelos de esclarecimiento y entrevistas a solas con los científicos iraquíes?

Hasta ahora él no ha demostrado una plena disposición a cooperar. Espero que esta situación pueda resolverse muy rápidamente. Sin embargo, en mi opinión, estos no son los problemas principales. Lo que quiero es que los iraquíes se pronuncien sobre los asuntos que no se han aclarado. ¿Existen todavía esporas de antrax, hay todavía gas neurotóxico VX o cohetes Scud? Nosotros no afirmamos que tienen todo eso, pero hemos estudiado exhaustivamente los informes de Irak y también las evidencias disponibles, y eso no basta para descartar esas posibilidades.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, declaró recientemente que el gobierno de Berlín respalda activamente su misión; se habla de equipos de laboratorio y sondas de reconocimiento. ¿Cómo calificaría la cooperación con Alemania?

Estamos en conversaciones con Alemania sobre una sonda, es decir, sobre una aeronave de reconocimiento no tripulada. Por este motivo, una delegación alemana viajará a Bagdad, para estudiar las condiciones, y estamos muy agradecidos por ello. Además sostenemos desde hace tiempo buenos contactos con los servicios de inteligencia alemanes. Eso es muy valioso. Alemania se cuenta, ciertamente, entre los países que nos ayudan.

Fischer dijo también que ahora se puede mantener en jaque a Irak mejor que nunca, con el actual sistema de inspecciones, aunque no sea del todo perfecto. ¿Está de acuerdo con ese punto de vista?

Mire Ud. lo que ocurre con otros países como Corea del Norte, por ejemplo; allí la política de contención tiene sentido. Los iraquíes se muestran dispuestos, cuando pedimos acceso a sus instalaciones. No hay ninguna dificultad. Vamos a las grandes plantas industriales, a las bases militares o a los palacios presidenciales, donde quiera que sea. Lo que hacemos tiene importancia. Naturalmente nuestro sistema también tiene puntos débiles. Quizás no encontramos cada escondite, ni cada fortaleza subterránea. También hay unidades móviles, que no se puede detectar. Pero tenemos ahora una presencia significativa, que podría disuadir a Irak de producir armas de exterminio masivo y de almacenarlas.

El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, se dispone a entregar pruebas al Consejo de Seguridad este miércoles. ¿Cuenta Ud. con escuchar algo que ya sabe, o podría haber sorpresas?

No creo que vaya a mencionar lugares específicos que debiéramos inspeccionar porque se sospeche que haya allí algo oculto. Ello indicaría a Irak que tal instalación debe ser "saneada" de inmediato, como dicen ellos. Eso no ocurrirá. Pero si indica que hay imágenes satelitales que muestran algo sospechoso, eso será de interés para nosotros, al igual que las informaciones obtenidas de escuchas telefónicas. Ciertamente nos interesaría si se puede demostrar por esa vía que Irak compra productos para la fabricación de armas químicas. La presentación de hechos y pruebas impresionaría a muchos. Pero si las evidencias son débiles, el tiro saldrá por la culata. Ya lo vimos en la discusión sobre los tubos de aluminio, cuando algunos sostenían que estaba previsto utilizarlos para centrífugas de uranio. Yo lo considero muy dudoso. Pero, sean cual fueren los hechos, hay que ponerlos sobre el tapete.

¿Apuntan las últimas declaraciones de Estados Unidos y Gran Bretaña hacia el término de las inspecciones y el inicio de una guerra?

Creo que la partida no ha concluido. Todavía tenemos algo de tiempo. Naturalmente dependemos de las resoluciones de la ONU. Si se emite una resolución que demande nuestra retirada, nos retiraremos. Pero incluso si se mira el asunto desde un punto de vista puramente político, el tiempo no se ha agotado. Si los iraquíes por fin cooperan y presentan documentos o pruebas, podría tener una influencia muy positiva.

¿Es decir que la guerra no es inevitable?

Aún no. Esa es al menos mi impresión.

Ud. subraya siempre que está entre los frentes. ¿No siente acaso un enorme peso sobre sus espaldas y cómo lo sobrelleva?

Me esfuerzo por ser justo y objetivo. Registro los aspectos positivos de la cooperación con Irak y también sus deficiencias. Incluso me he permitido algunas apreciaciones fuera de mi ámbito de servicio, pero no muchas, porque soy responsable ante el Consejo de Seguridad exclusivamente. Creo que es algo que puedo aceptar.

¿Ve su tarea como una misión de paz?

Naturalmente preferiría que se pudiera conseguir el desarme de Irak y su verificación por medios pacíficos. Es decir, con la ayuda de los inspectores, en lugar de la fuerza militar. Esas dos opciones están en crasa oposición. Las inspecciones costarían quizás 80 millones de dólares al año, y requerirían entre 200 y 300 personas. Naturalmente también hay deficiencias. De seguro no podremos encontrar todo, en todos los sótanos o unidades móviles. A fin de cuentas, sobre todos nosotros pende la interrogante: ¿Existe la voluntad política de apoyarnos, también en el futuro? La alternativa militar, en cambio, requiere 250 mil soldados y cuesta 100 mil millones de dólares. También ella tiene deficiencias. Los gobiernos deben decidir ahora cuál camino escogerán. Llevo mucho tiempo trabajando como inspector y naturalmente espero que opten por esta solución. Pero ello depende, en primera línea, del gobierno iraquí.

La entrevista fue realizada por Udo Bauer