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Bolivia: los desafíos de la Constituyente

Emilia Rojas Sasse6 de agosto de 2006

En medio de grandes expectativas inició su tarea la Asamblea Constituyente en Bolivia. En el plazo de un año deberá proponer una nueva Carta Fundamental, que luego será sometida a la aprobación ciudadana.

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Cimentar los derechos indígenas será uno de los principales cometidos de la nueva Constitución.Imagen: AP

La meta que se trazó en un comienzo el presidente boliviano, Evo Morales, no podía ser más ambiciosa: refundar Bolivia. Desde que asumió el gobierno, hace medio año, el mandatario no ha perdido tiempo en poner en marcha sus proyectos. Tras emprender primeramente la estatización de los hidrocarburos, ya ha dado el puntapié inicial a la reforma agraria y ahora, con el inicio de las labores de la Asamblea Constituyente, se pone en marcha el más amplio y profundo proceso de reforma del país andino.

Los objetivos del gobierno

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¿Sin vuelta atrás?Imagen: AP

Junto con cimentar en la nueva Constitución los derecho de los indígenas, que constituyen ceca del 62% de la población y en su inmensa mayoría viven sumidos en la pobreza, el objetivo de incrementar la equidad social se alza como tema primordial en el debate. El gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) ya ha dejado en claro cuáles son sus aspiraciones: "Queremos que la nacionalización de los hidrocarburos se refleje en la Constitución y que los recursos naturales sean patrimonio de la sociedad", indicó un representante del MAS a la prensa boliviana. En suma, se trata de cimentar en la Carta Fundamental el vuelco dado en la política económica, para imposibilitar un retorno al viejo sistema neoliberal.

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Santa Cruz sigue aspirando a la autonomía.Imagen: AP

Sin embargo, no se cumplieron los deseos de Evo Morales de que su partido contara con una mayoría de dos tercios en la Constituyente: en las correspondientes elecciones, el MAS sólo obtuvo alrededor de un 53% de los 255 escaños de la Asamblea. Por consiguiente, no le será fácil imponer postulados extremos y tendrá que negociar, no sólo en lo tocante a la idea de prohibir en el futuro la privatización de las materias primas. Otro tema candente que se plantea es el de las autonomías. Si bien un 56% de los bolivianos rechazó en las urnas una descentralización del país, en las regiones más ricas, como Santa Cruz, la población se pronunció mayoritariamente a favor. Timo Berger, autor de un análisis de la situación de Bolivia en el periódico Junge Welt, apunta que "en los próximos meses Morales tendrá la difícil tarea de, por una parte, garantizar que el proceso constituyente avance y no se entrabe en discusiones de procedimiento y, por otra, contener las tendencias secesionistas mediante un modelo de autonomía moderado".

¿Oportunidad o riesgo?

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Indígenas y campesinos, los postergados de siempre,Imagen: AP

¿Constituye la elaboración de una nueva Constitución una oportunidad o un riesgo para Bolivia? La pregunta se plantea en un amplio informe de la Fundación Konrad Adenauer, afín a la Unión Cristianodemócrata alemana. Su autor, Peter Alberto Behrens, adelanta que no hay lógicamente una respuesta simple a tal interrogante y hace notar que, en realidad, los miembros de la Asamblea Constituyente "no enfrentan desafíos nuevos", sino los tradicionales, agrupados en tres grandes categorías: participación política de la población indígena; autonomías regionales; y bienestar con equidad social y combate contra la pobreza. Behrens opina que "en lo sustancial, dependerá de ellos, y especialmente del grupo mayoritario del MAS, que esta Constitución se base en acuerdos, busque el equilibrio y emprenda un camino inteligente de nuevo comienzo, al no excluir nuevamente a bolivianos por su procedencia regional, etnia u opinión política, como lo hicieron muchos de sus antecesores".

La Fundación Fiedrich Ebert, allegada al Partido Socialdemócrata alemán, considera par su parte que "el proceso de la Asamblea Constituyente es una importante fase de prueba, en la que el nuevo gobierno debe actuar y, al menos en un cierto grado, demostrar su capacidad democrática". El análisis plantea, en este contexto, las dos interrogantes claves: "¿Utilizará Evo Morales la composición de la Asamblea para elaborar una Constitución 'a su medida' que asegure su poder, en forma similar a lo ocurrido en Venezuela? ¿O cumplirá las expectativas de la población en cuanto a participación en el proceso y resultados con soluciones concretas?"