Branderburgo, marcada por la historia y la naturaleza
8 de diciembre de 2010El tranvía serpentea dando sacudidas y chirriando a través de las estrechas callejas del centro urbano de Brandenburgo. El trayecto es como un viaje en el tiempo a través de una historia llena de contradicciones. El centro más importante de la industria del acero en los tiempos de la República Democrática Alemana puede parecer totalmente triste y gris en algunos rincones, para luego volver a brillar con sus innumerables monumentos de la Edad Media.
Es precisamente esa mezcla la que hace de la milenaria Brandenburgo una ciudad elegante e interesante. Allí puede uno entretenerse días enteros visitando la isla de la Catedral, con el Capítulo de la Catedral de Brandenburgo y la Catedral de San Pedro y San Pablo o la Iglesia románica de San Nicolás, entre otras construcciones sacras. O las cuatro puertas fortificadas de la ciudad –la Steintorturm, la Neustädtischer Mühlentorturm, la Rathenower Torturm y la Plauer Torturm–, que, junto a los restos de la fortificación medieval en el casco antiguo y la zona nueva de Brandenburgo, todavía están en pie. Entre la catedral, las iglesias, los conventos, las torres y los museos, al visitante le esperan fascinantes hallazgos de tiempos pretéritos.
Mucha agua
Todos esos monumentos se encuentran en la pequeña ciudad a orillas del Havel. El río rodea la parte nueva de Brandenburgo y separa sus calles comerciales del casco antiguo y de la isla de la Catedral. Aturdidos por sus obligaciones académicas, los estudiantes pueden relajarse junto al agua, conseguir refugio en un café tranquilo y perderse en el Humboldthain, el Krugpark o cualquier otro de los parques que le dan a Brandenburgo la sosegada atmósfera que la caracteriza.
Mucho deporte
Sus 72.000 habitantes disponen de tanto verde y tanta agua que, especialmente en verano, los días más normales adquieren el aura de una tarde de vacaciones. ¿Una visita guiada en canoa? Ningún problema. En Brandenburgo se puede organizar un sinnúmero de actividades alrededor de los deportes acuáticos; ellos marcan la vida de la ciudad.
Para los que prefieren permanecer en tierra firme, un dato: esta ciudad ofrece cortos pero fascinantes trayectos para recorrer. Para los turistas fatigados, un consuelo: el tranvía circula constantemente alrededor del núcleo urbano. Y para los estudiantes que aún no conocen bien la ciudad, una buena noticia: perderse en Brandenburgo es sencillamente imposible. Con el tranvía se llega en diez minutos de la estación de trenes a la Escuela Universitaria de Brandenburgo (FHB).
Mucho estudio
Fundada en 1992, la Escuela Universitaria de Brandenburgo es aún demasiado pequeña como para dejar su huella en el paisaje urbano; la vida estudiantil se desarrolla y se concentra en el campus, que es un auténtico campus y no se haya disperso por toda la ciudad. Además, la mayoría de los estudiantes disfrutan de la vida nocturna ofrecida por la capital alemana, ubicada a sólo 70 kilómetros de Brandenburgo o una hora de viaje con el tren.
Autor: Christine Watty
Editor: Rosa Macías Reyes