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Brasil define temas sociales en Río+20

19 de junio de 2012

Brasil toma posición como anfitrión de la conferencia Río+20 y exige formular metas para hallar una solución perdurable al dilema de la sostenibilidad, similar a la declaración de los Objetivos del Milenio.

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Imagen: picture alliance / ZUMA Press


Luego de varios meses de negociaciones, las delegaciones de los 193 países miembros de la ONU lograron un consenso en torno al documento final de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, “El futuro que queremos”, que será elevado a los Jefes de Estado y de Gobierno presentes en la cumbre que se inicia este miércoles, 20 de junio.

Brasil exige de Río+20 la formulación de objetivos concretos para hallar una salida perdurable al dilema que plantea el desarrollo sostenible. Una solución de ese tipo incluiría la ampliación de las energías renovables, nuevas normas para la urbanización –sobre todo en las megaciudades-, mejoras en los sistemas de transporte, un fomento a la innovación y al acceso a la tecnología, así como un plan para financiar esas metas.

Y el enfoque brasileño prioriza temas sociales. Durante la inauguración de la conferencia preparatoria, que tuvo lugar el miércoles 13/6, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, subrayó que el elemento esencial para lograr un desarrollo sostenible es desterrar la pobreza.

Rio+20: hallar soluciones para un desarrollo sustentable.
Rio+20: hallar soluciones para un desarrollo sustentable.Imagen: DW

Según Nikhil Seth, director de la sección Desarrollo Sostenible y Asuntos Económicos y Sociales de la cumbre Rio+20, existe un consenso acerca de la necesidad de que el documento que cerrará el encuentro siente como principal prioridad la lucha contra el hambre y la pobreza. Un objetivo que debería lograrse a través de un desarrollo sostenible y con ayuda de la economía verde.


Entrevista a Elizabeth Thompson, coordinadora de la ONU para Río+20

Otros desafíos

Un desafío central para Rio+20 es lograr consenso acerca de la importancia de las llamadas “tres columnas” del desarrollo sostenible, es decir, de los aspectos económico, social y ecológico. Brasil espera que el concepto de desarrollo sostenible sea asumido por todos los países y que se logren superar visiones sectoriales.

Otro punto importante para Brasil es el fortalecimiento del multilateralismo, es decir, una adaptación de las estructuras de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales a los desafíos del desarrollo sostenible.

Mientras la delegación de la Unión Europea quiere transformar el Programa de la ONU para el Medio Ambiente, Pnuma, en una agencia de las Naciones Unidas, Brasil, EE. UU. y China quieren que se mantengan las instancias actuales. Brasil quiere fortalecer al Pnuma evitando, sin embargo, otorgarle el carácter de agencia, informó dpa.

Un anfitrión optimista

En su función de anfitrión de la cumbre, Brasil se esfuerza en lograr compromisos en la declaración “El futuro que queremos”, de 56 páginas. Muchos países, entre ellos Alemania, creen que el proyecto es demasiado ambicioso.

Asociaciones defensoras del medio ambiente y otras organizaciones no gubernamentales tampoco se hacen demasiadas ilusiones respecto de la declaración. “En Río observamos negociaciones increíblemente débiles que no conducen a los resultados necesarios para sacar a la gente de la pobreza y detener los daños al ecosistema. Río+20 está produciendo un agujero negro hecho de bajas exigencias y poca sustancia”, dijo Kit Vaughan, de la organización humanitaria CARE.

Luiz Alberto Figueiredo (izqda.), coordinador de las negociaciones de Brasil, habla con Nádia Pontes, redactora de DW.
Luiz Alberto Figueiredo (izqda.), coordinador de las negociaciones de Brasil, habla con Nádia Pontes, redactora de DW.Imagen: DW

El representante de Brasil en las negociaciones, Luiz Alberto Figueiredo Machado, criticó que los países industrializados no hayan hecho hasta ahora ninguna promesa concreta acerca del financiamiento de todos los puntos presentados como demandas. O, dicho de otro modo, todos quieren que se financien, pero nadie sabe si habrá dinero, ni de dónde saldrá.

A pesar de todas las dificultades que presentan las negociaciones, Figueiredo Machado estima que el ánimo entre las delegaciones y hacia el país organizador de Río+20 es “muy positivo”, y que “reina un clima de apoyo y reconocimiento hacia Brasil, y se percibe el profundo deseo de elaborar un consenso."

El coordinador subrayó que de la cumbre se derivarán avances en áreas “muy importantes”. Pero está claro que la responsabilidad de poner en marcha esos avances está en manos de los más de cien jefes de Estado y de Gobierno.

Autora: Nádia Pontes/ Cristina Papaleo
Editora: Emilia Rojas