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PolíticaBrasil

BRICS Plus, un paso atrás en derechos humanos

Thomas Milz - Gastkommentarbild
Thomas Milz
25 de agosto de 2023

Los BRICS quieren romper el dominio de Occidente. Les molesta su supuesta arrogancia moral. Con la anunciada inclusión de dictaduras de Oriente Medio, el grupo se convertirá cada vez más en una cámara de los horrores.

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Los representantes delos BRICS reunidos en Sudáfrica.
Los representantes delos BRICS reunidos en Sudáfrica. Imagen: Alet Pretorius/AFP

Los BRICS siempre han sido un constructo extraño, sobre todo desde la perspectiva occidental. Dos dictaduras (China y Rusia) y tres democracias (Brasil, India y Sudáfrica) de distintos grados de madurez, sin ninguna cohesión cultural, geográfica o de valores fundamentales, unidos únicamente por el pronóstico del economista Jim O'Neill, quien en 2001 analizó a Brasil, Rusia, India y China como países emergentes con gran potencial de crecimiento.

Los países BRICS están ahora centrados en romper el dominio de Occidente. ¿A qué dominio se refieren exactamente? Con la excepción de la sancionada Rusia, todos los países BRICS están satisfechos de hacer negocios con Occidente, especialmente China. Y debería seguir siendo así porque es una situación en la que todos ganan. ¿Y el dominio del dólar? Es cuestionable si se puede o quiere reemplazar por un nuevo constructo.

Se trata más bien del dominio "moral" de Occidente, de su actuación como policías y moralizadores mundiales: predican agua y beben vino. Una vez atacaron a Irak pero ahora quieren impedir que Vladimir Putin ataque Ucrania. Para quienes sus propias esferas de influencia son sagradas, pero ignoran las de Rusia y China.

Ahora Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Egipto y Etiopía están listos para unirse al club. Con excepción de Argentina y Etiopía, todos están en el Medio Oriente rico en petróleo, una región que es importante para China en la lucha de poder contra Estados Unidos, sobre todo porque los estadounidenses recientemente han perdido influencia allí. En términos de derechos humanos, la región es un desastre. Se ignoran sistemáticamente los derechos de las mujeres, se persigue brutalmente a la oposición política y la libertad de expresión está prohibida. Tienen lugar ahorcamientos, decapitaciones y azotes, mientras los miles de millones del petróleo se derrochan en lujos de una pequeña clase privilegiada.

Y según los informes, los derechos humanos tampoco van muy bien en Etiopía. El país acaba de resolver más o menos el sangriento conflicto de Tigray y ya se avecina otro nuevo en la región de Amhara.

Putin en la reunión de los BRICS, solo por videollamada.
Vladimir Putin no asistió personalmente a Sudáfrica a la cumbre de los BRICS, solo por videollamada. Contra él existe una orden de arresto internacional.Imagen: Mikhail Klimenty/imago imsges

Cabe preguntarse qué piensan Brasil, Sudáfrica y Argentina sobre la situación de los derechos humanos en los países miembros, ya que es bien sabido que la preservación de estos es muy importante para esos tres países.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en particular, plantea constantemente sus preocupaciones sobre la justicia global y los derechos humanos. Le gusta criticar a Occidente, pero nunca a sus amigos (Cuba, Venezuela, Nicaragua) ni a sus socios de los BRICS (Rusia y China).

Lula habló claro en la cumbre de los BRICS: "No podemos evitar abordar el principal conflicto actual, que tiene lugar en Ucrania y tiene efectos globales. Brasil tiene una posición histórica de defensa de la soberanía, la integridad territorial y todos los propósitos y principios de las Naciones Unidas". Vladimir Putin estaba conectado por videoconferencia durante su discurso. ¡Lula estaba sentado junto al causante de esa guerra!

El brasileño también habló del conflicto en Yemen. A partir de 2024, Irán y Arabia Saudita se sentarán a la mesa de los BRICS, países que han estado destruyendo a ese pobre país desde hace años con su guerra por el poder. Sin embargo, no hubo ningún veto contra su inclusión. Lula también citó los conflictos en Libia y Siria, sin mencionar que los paramilitares Wagner de Putin están haciendo estragos allí. Y criticó el nuevo y drástico aumento del armamento global, también como resultado de la política de Putin.

¿Y qué piensa el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, que lucha por los derechos de las mujeres en su país, cuando ve la brutal opresión de las mujeres por parte de sus nuevos socios? Cientos de manifestantes fueron asesinados o ejecutados durante protestas por los derechos de las mujeres en Irán.

Creo que ni Ramaphosa ni Lula defenderán los derechos humanos de los BRICS. Tampoco abandonarán el club. Seguirá siendo como está: criticando a Occidente e ignorando las manos ensangrentadas de sus socios comerciales. No es una buena noticia para los derechos humanos globales. Para algunos Estados canallas, desde luego que sí.

(rmr/dz)