Bundesliga: torneo con final anunciado
2 de enero de 2014La "película" parece perfecta. La dirección ha cuidado cada detalle, y los actores son auténticas luminarias. También la promoción del "filme" ha sido óptima, de tal manera que hay una expectativa cuidadosamente creada. Podría decirse que todo está programado para un éxito irremediable.
Pero un detalle echa a perderlo todo: el público conoce casi desde el principio el desenlace. La tensión dramática desaparece, y con ella, la diversión y la expectación. Después de todo, ¿quién quiere ir a una función de cine en la cual nos enteramos desde el principio acerca de quién es el héroe y quién el villano?
Lo mismo pasa con la Bundesliga desde que el FC Bayern consolidó su hegemonía tanto en este circuito como en el fútbol europeo. En general, los partidos de la liga alemana crecen en nivel, de tal modo que casi cualquiera le puede ganar a cualquiera. Casi. Porque, por el momento, nadie parece capaz de vencer al actual campeón alemán.
Un final anunciado
Desde la jornada 16 sabemos, con seguridad casi absoluta, que el FC Bayern será de nuevo campeón. Ni siquiera el que parecía rival del momento, Borussia Dortmund, está hoy por hoy en condiciones de hacer frente a la locomotora conducida por Pep Guardiola. Tendría que ocurrir una serie de catástrofes –porque una sola no sería suficiente- para derribar a un conjunto al que le sobran jugadores de primer nivel.
Algunos resultados de esta temporada reflejan el aplastante dominio: Bayern triunfó cuatro goles a cero contra Schalke (como visitante) en la jornada seis, tres goles a cero contra Borussia Dortmund en la trece, y siete goles a cero contra Werder Bremen en la 15.
Hasta la pausa invernal, el Bayern hilaba ocho victorias seguidas, tomando en cuenta solo este torneo. En general, los bávaros juntan ya una serie de 41 juegos ligueros sin derrota, desde la jornada 10 de la temporada 2012/2013.
El único enemigo
La actual temporada de la Bundesliga prometía ser una de las más interesantes, por la rivalidad que se había construido en años recientes entre el Bayern y el Dortmund. Pero la balanza se desequilibró totalmente con la compra de Mario Götze por parte de los bávaros.
El traspaso de Robert Lewandowski, que a partir del verano próximo vestirá la casaca roja del Bayern y ya no la de Dortmund, no hace sino acentuar este desequilibrio y acabar con la rivalidad que caracterizó a la Bundesliga durante los años recientes, y que se trasladó a la misma final de la Champions League en mayo de 2013.
Así se produce una situación excepcional en el panorama de las ligas de fútbol en el mundo. En La Liga española hay por lo menos una rivalidad entre el FC Barcelona y el Real Madrid. En Inglaterra, la Premier League tiene a toda una serie de interesantes equipos, y por lo menos cuatro de ellos protagonizan una lucha de pronóstico reservado por el título. No parece casualidad que seleccionados alemanes como Mesut Özil, Per Mertesacker, Lukas Podolski o Andre Schürrle hayan emigrado a equipos británicos.
Todo lo anterior no pone en duda la calidad general de la liga alemana. De hecho, la proyección del Bayern al pináculo del fútbol internacional ha beneficiado indirectamente a todos los conjuntos alemanes. Pero hoy, por hoy, la liga alemana se resume a la lucha del Bayern contra la historia y los récords.
La Bundesliga es buena, y eso nadie lo duda. Pero no es la mejor del mundo.