Cada pito hace su ruido
15 de junio de 2010¿Fuera de lugar? o ¿Tiro libre? Un silbato hecho en las montañas del Sauerland, en el noroccidente alemán lo arregla.
Este pequeño aparato fabricado de una mezcla de metales, puede poner a millones a festejar o a llorar. Al fin y al cabo un partido de fútbol sin árbitro armado de un silbato no es partido.
En un pequeño taller de troquelado en el pueblo de Nachrodt-Wiblingwerde, en el Estado federado de Renania del Norte Westfalia, se fabrica el principal instrumento para regular esta contienda mundial por medios pacíficos. Pequeñas máquinas que cortan los moldes de metal para los silbatos llenan anaqueles completos. Al fin y al cabo, en Nachrodt-Wiblingwerde se fabrican cada mes 40.000 silbatos.
Silbato como el del Titanic
Pero aquí no sólo se fabrican los "chifles" futboleros, como también se les conoce en Uruguay, sino también las usadas en naves. Silbatos como los usados por el Titanic (que terminó en el fondo del mar) fueron y son aún fabricados aquí también.
Los silbatos tradicionales usados por los árbitros de fútbol se parecen más bien a los que usaba la policía sudafricana en los tiempos del Apartheid. Algo que, por ninguno motivo, quería utilizar la Asociación de Fútbol de África del Sur. "Dicha organización optó por ello por el silbato del Titanic", dice Heinz Liebold, gerente de la firma alemana fabricante MBZ.
De las montañas alemanas a Buenos Aires y Johannesburgo
Para Liebold "la diferencia entre un silbato y otro está en la frecuencia, el tipo de tono y la altura de éste". Su empresa no es ninguna principiante en el mundo del fútbol. Su equipo, como el de la selección germana, lleva varios años disputando el mayor campeonato mundial de balómpie. Liebold recuerda con orgullo el Mundial de Argentina hace 30 años: "Para el evento en Buenos Aires, en 1978, los silbatos tenían un sonido más claro. Muy tradicional".
Según Heinz Liebold "cada árbitro (profesional) ha pitado partido con sus silbatos". Esto se debe a que son muy apreciados porque cada uno de los silbatos hechos en esta pequeña firma alemana es hecho a mano y dura toda una vida.
Cada pito tiene su sonido propio
Eso lo saben muy bien los profesionales del arbitraje como el juez Hellmut Krug que muestra un silbato "Bakalit" cuyo sonido es "oscuro y demasiado bajo para ser utilizado en un estadio". Y menos ahora que el silbato tiene que superar el ruido de las trompetas africanas de plástico, llamadas "vuvuzela". Otro silbato más pequeño que muestra Krug demuestra ser más intensivo en su sonido, más escandaloso. "Yo mismo utilicé de estos antes de empezar a usar los de metal".
Herbert Fandel, que fue durante muchos años juez de la FIFA, tiene, por su parte, una opinión muy personal de lo que debe ser "el silbato ideal" en un campo de fútbol. "Yo comencé pitando con uno de aluminio. Silbatos que aún hay por ahí. Pero hoy muchos utilizan pitos de plástico, por lo baratos.“
El silbato oficial del Mundial de Sudáfrica tiene que ser exclusivo. Un producto inconfundible. Y capaz de sobreponerse al ruido de los estadios de hoy. El silbato oficial logra 135 decibeles superando incluso a aviones de propulsión y siendo 30 decibeles más ruidosos que las temidas vuvuzelas.
Autor: Heiko Dolle /jov
Editor: Enrique López