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Cardenal antivacunas estadounidense está grave con COVID-19

18 de agosto de 2021

Raymond Burke, quien no suele usar mascarillas y piensa que las vacunas insertan chips en las personas para controlarlas, está con respiración asistida tras haberse contagiado en Wisconsin.

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Raymond Burke.
Raymond Burke.Imagen: picture-alliance/AP Photo/G. Borgia

Un cura estadounidense amigo de las teorías de la conspiración y enemigo acérrimo de las vacunas, se encuentra en estado grave y con respiración asistida tras haber contraído la semana pasada el SARS-CoV-2 y haber desarrollado COVID-19. Se trata del cardenal Raymond Burke, de 73 años y uno de los líderes católicos ultraconservadores más reconocidos de su país.

El pasado 10 de agosto, a través de Twitter, el religioso reveló a sus seguidores que había dado positivo por coronavirus, pero "gracias a Dios estoy descansando cómodamente y recibiendo una excelente atención médica”. También pidió que rezaran por él. Apenas cinco días más tarde, su equipo informó que Burke estaba hospitalizado y conectado a respiración asistida. "Él rezó fielmente el Rosario por los que padecían el virus. En esta Vigilia de la Asunción, recemos ahora el Rosario por él”, decía la publicación.

Según The Washington Post, Burke -que tampoco suele usar mascarillas- se habría contagiado durante una visita a Wisconsin, donde ha habido un fuerte incremento de casos debido a la variante delta. El plan del cardenal era oficiar misas en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en La Crosse, fundado por él mismo. La última información oficial sobre su salud señala que se encuentra "grave, pero estable”.

Conservador cercano a Trump

Representante de fuste del ala más ultraconservadora de la Iglesia católica y cercano a las ideas de Donald Trump, Burke es totalmente contrario al aborto y los derechos de las minorías sexuales, y se ha enfrentado por ello a John Kerry, Barack Obama y a su mismísimo jefe, el papa Francisco. También ha criticado el manejo de la pandemia, por considerar opresivas las restricciones, y en una homilía en diciembre de 2020 se refirió al SARS-CoV-2 como el "virus de Wuhan”, un término despectivo utilizado por Trump.

También se mostró enemigo de las vacunas, asegurando que alguien en la sociedad quería implantar microchips a la gente para controlarla, una idea descabellada que circula entre grupos conspiranoicos. Asimismo, dijo en marzo de 2020 que la mejor forma de luchar contra un contagio por coronavirus era tener una buena relación con Jesús.

"Hay cierto movimiento para insistir en que ahora todo el mundo debe vacunarse contra el coronavirus, e incluso que se debe colocar una especie de microchip debajo de la piel de cada persona, para que en cualquier momento pueda ser controlados en materia de salud y de otros asuntos que sólo podemos imaginar como un posible objeto de control por parte del Estado”, dijo en mayo de 2020 en el Foro de la Vida de Roma, según CNN.

Este mismo miércoles (18.08.2021), el papa Francisco y obispos y cardenales de toda América hicieron un llamado a vacunarse, porque "es un acto de amor”, especialmente con "los más vulnerables”. Jorge Mario Bergoglio agregó que las vacunas "traen esperanza para acabar con la pandemia”, aunque destacó que esto solo es posible si están disponibles para todos y no solo para algunos.

DZC (AP, CNN, ABC.es, EFE)