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Carne contaminada con dioxina perjudica exportaciones alemanas

8 de enero de 2011

Crece el escándalo en torno al alimento para animales contaminado con dioxina: por primera vez se registra un alto valor de dioxina en la carne de gallinas. Corea del Sur ha detenido la importación de carnes de Alemania.

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Una rareza: cerdos "privilegiados" en Alemania.Imagen: picture-alliance / dpa

El escándalo que estalló en Alemania a comienzos de la semana, cuando se corroboró la contaminación de piensos con dioxina, crece en lugar de atenuarse: este sábado (8.1.2011), el ministerio federal de la Alimentación, la Agricultura y la Protección al Consumidor anunció que en el tejido graso de tres gallinas sometidas a análisis se midió un valor de 4,99 picogramos de dioxina por cada gramo de carne. Las gallinas examinadas provienen de una granja del Estado federado de Renania del Norte-Westfalia, en donde también se hallaron huevos contaminados con ese compuesto químico.

Desde el principio de esta crisis sanitaria, las autoridades pertinentes insisten en que los niveles de dioxina registrados no suponen riesgos para la salud humana, pese a estar por encima de los límites permitidos por la Unión Europea (UE). De hecho, este fin de semana, el vocero del ministerio para la Protección del Consumidor, Holger Eichele, se remitió al veredicto del Instituto Federal para la Medición de Riesgos (BfR, son sus siglas en alemán) cuando aseguró que, a corto plazo, la ingestión de huevos y carne de gallina con valores de dioxina tan bajos como los hasta ahora registrados no supone riesgo alguno para la población.

Crece el miedo a la contaminación

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Los supermercados británicos han retirado los productos susceptibles de haber sido fabricados con huevos alemanes.Imagen: dapd

En los Estados federados donde no se registraron altas concentraciones de dioxina se han incrementado los controles a la hora de inspeccionar a las gallinas, los pavos y los cerdos destinados al consumo humano. Sin embargo, el miedo a que esos compuestos químicos se infiltren en la cadena alimenticia ha conducido a que se sacrifiquen animales, se destruyan cargamentos completos de huevos y se cierren granjas enteras en Alemania. Y, con el paso de los días, el número de personas preocupadas por las posibles secuelas del consumo de carne contaminada con dioxina aumenta, dentro y fuera de Alemania.

Corea del Sur ha detenido la importación de las carnes de cerdo y de aves provenientes de Alemania. Chang Jae Hong, alto funcionario del ministerio de Agricultura surcoreano, declaró en Seúl que se trataba de una medida transitoria y no de una prohibición formal de la importación. El vocero de esa institución subrayó que no permitirían la entrada de carnes procedentes de Alemania hasta “saber que su consumo es seguro”. Mientras tanto, en Gran Bretaña –que importó catorce toneladas de huevos de Alemania recientemente–, los supermercados han comenzado a retirar de sus estantes todos los productos susceptibles de haber sido fabricados con ese ingrediente.

Importadores de productos alemanes reaccionan

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Corea del Sur ha detenido la importación de las carnes de cerdo y de aves provenientes de Alemania.Imagen: Jutta Wasserrab

Aunque el factor tiempo podría reducir la efectividad de esta medida de precaución, la Food Standards Agency (FSA), la máxima autoridad en materia de alimentación, da por sentado que el peligro para los consumidores británicos se ve anulado por los procesos a los que han sido sometidos los ingredientes contaminados. A juicio de la FSA, la mayoría de las tortas y los pasteles que podrían haber sido fabricados con huevos alemanes ya han sido vendidos y, muy probablemente, ingeridos; pero la concentración de dioxina en esos huevos debe haberse visto reducida a niveles inofensivos para los comensales durante la preparación de los productos finales.

Eslovaquia ha prohibido temporalmente la importación de huevos y carne de aves provenientes de Alemania, y Rusia ha comenzado a imponer controles estrictos a las carnes de cerdo y de aves procedentes de tierras germanas. De hecho, Moscú ha acusado al Gobierno de Berlín y a la Comisión Europea de no proporcionar información suficiente sobre esta crisis sanitaria. “Esto demuestra una vez más que la Unión Europea no tiene un sistema de reacción rápida ante casos que supongan un peligro para la salud animal y humana”, dijo un portavoz del organismo regulador de alimentos de Rusia citado por la agencia de noticias Interfax. Moscú no descarta congelar las importaciones de Alemania, uno de sus principales proveedores de carne de cerdo y de aves.

Aprendiendo de la crisis

Dioxin / Labor / Chemie / Futtermittel
Controladores de alimentos proponen sistema para desprestigiar a empresas que no cumplan con normas de salubridad vigentes.Imagen: dapd

Este viernes (7.1.2011) se anunció que el alimento para animales contaminado circula por el territorio alemán desde hace mucho más tiempo del sospechado cuando se dieron a conocer los primeros hallazgos de dioxina en los piensos. Además, según el ministerio de Agricultura de Kiel, las dosis de dioxina registradas en nueve de diez pruebas realizadas hace poco por el fabricante de grasas para alimentar a animales Harles und Jentzsch, del Estado federado de Schleswig-Holstein, son hasta 78 veces más altas de lo permitido.

De ahí que la Asociación Federal de Controladores de Alimentos (BVLK, por sus siglas en alemán) haya propuesto un sistema de categorización –similar al de Dinamarca– que le permita a la ciudadanía saber qué empresas del ramo no cumplen con las normas de salubridad impuestas por los organismos pertinentes. El presidente de la BVLK, Martin Müller, dice estar convencido de que el sistema obligaría a las empresas a mejorar sus procesos productivos y, citando las estadísticas disponibles, asegura que el 75 por ciento de las empresas alemanas trabajan atendiendo a los criterios sanitarios oficiales.

Müller cree que, como ocurrió en Dinamarca, el sistema de categorización aludido también puede obligar al 25 por ciento de las empresas alemanas que no respeta las regulaciones higiénicas vigentes a cambiar sus procesos productivos para apegarse a las normas.

Autores: Pia Gram / Evan Romero-Castillo/ dpa, afp, rtr
Editor: José Ospina-Valencia