Castro da la espalda a Europa
28 de julio de 2003Las iras de Fidel apuntan ahora contra la vieja Europa, no en el sentido en que la define Donald Rumsfeld, sino en el aspecto histórico, cuyos capítulos oscuros sacó a relucir el líder cubano en el discurso del aniversario de su debut como revolucionario. Para ello se remontó bastante más allá de la fecha que se conmemoraba, aludiendo a los países europeos como antiguas "potencias coloniales" responsables del tráfico de esclavos y la explotación.
"Caballo de Troya"
"Cuba no necesita a la Unión Europea para sobrevivir y poder desarrollarse", aseguró el gobernante cubano, que negó a los 15 "la suficiente libertad para dialogar con plena independencia", debido a sus compromisos con la OTAN y Washington. Más aún: calificó a la UE de "caballo de Troya" de Estados Unidos, olvidando a todas luces las largas polémicas transatlánticas en torno a la ley Helms-Burton y el embargo norteamericano contra la isla caribeña.
Poco realismo tuvo el discurso de Castro, en el que anunció su renuncia a la ayuda humanitaria de la Unión Europea y al diálogo político con ella, invocando razones de "elemental sentido de dignidad". Puede que la asistencia financiera, que la Comisión de Bruselas cifró en 145 millones de euros en los últimos 10 años, no sea tan cuantiosa como para que La Habana dependa de ella. Pero, en la práctica, la UE es hoy el principal socio comercial de Cuba y su principal fuente de inversiones extranjeras, sin olvidar que gran parte de los turistas que visitan sus balnearios proviene justamente del viejo mundo.
La política europea
Por otra parte, la interpretación de la situación, que lleva al líder revolucionario a dar la espalda a la UE, adolece de serios errores: el grave deterioro actual de las relaciones euro-cubanas no obedece a un cambio de la política europea, sino al recrudecimiento de la represión ejercida por La Habana. De hecho, la Unión Europea resolvió a comienzos de junio restringir considerablemente las visitas políticas a Cuba, al igual que el intercambio cultural, en reacción a las draconianas condenas de prisión dictadas contra 75 disidentes cubanos y a la ejecución de 3 personas que intentaron huir de la isla secuestrando una embarcación. "El régimen cubano a todas luces no ha comprendido que con ello perjudica su imagen y sus relaciones con la EU", señaló un portavoz de la Comisión de Bruselas el 24 de junio.
La respuesta de La Habana no fue, desde luego, la esperada. Junto con organizar manifestaciones multitudinarias ante las embajadas de España e Italia, la retórica oficialista siguió endureciéndose, hasta culminar en la arremetida de reproches de Castro. La escalada verbal de seguro enfriará más aún las relaciones, aunque la Unión Europea dijo no haber recibido ningún comunicado oficial sobre la renuncia a la asistencia humanitaria y manifestó su voluntad de "seguir prestando ayuda al pueblo cubano y, en especial, a los más necesitados".