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Cataluña: ¡Adiós España! ¿Adiós Unión Europea?

12 de septiembre de 2017

En caso de que los catalanes voten a favor de la independencia de España en el referendo anunciado para el primero de octubre, tendrían que abandonar la Unión Europea. ¿Pero qué tienen que ver la RDA y Groenlandia?

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Imagen: Reuteras/A. Gea

En 2004 entró en vigor la llamada "doctrina Barroso" -bautizada con el nombre del entonces presidente de la Comisión Europea. Según esta interpretación jurídica, un nuevo Estado que se desprenda de un país de la Unión Europea (UE) y se declare independiente ya no forma parte del bloque comunitario y tampoco obtendrá automáticamente el estatus de un nuevo país miembro. José Manuel Durao Barroso había formulado esta doctrina para frenar los movimientos independentistas en la región belga de Flandes, en el País Vasco en España y Francia, en el norte de Italia y, desde luego, también en la región de Cataluña.

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Actualmente, los portavoces de la Comisión Europea repiten casi a diario la doctrina Barroso en Bruselas, porque los periodistas españoles insisten en preguntarles si una Cataluña independiente se convertiría en miembro de la UE. La respuesta clara es: no. Sin embargo, el gobierno catalán suele sostener lo contrario. Está convencido de que los 7,5 millones de catalanes podrán salir vía referendo del Estado español y, al mismo tiempo, seguir siendo ciudadanos de la Unión Europea.

Readhesión a la UE

Si realmente llegara a haber un Estado catalán independiente, éste podría volver a solicitar la adhesión al bloque comunitario. En ese caso, las negociaciones probablemente tardarían años. Además, todos los países miembro, es decir también España, tendrían que aprobar estas negociaciones de adhesión. Y ese seguramente no sería el caso.

Las banderas de la Unión Europea, España y Cataluña.
Las banderas de la Unión Europea, España y Cataluña.Imagen: picture-alliance/Robert Harding

A nivel económico, muchos especialistas, empresas y bancos, también en Cataluña, sostienen que sería muy difícil superar la independencia, así como una temporal despedida de la UE. Hoy día, las exportaciones de la industria automotriz catalana están dirigidas casi en su totalidad a países del bloque. Fuera de éste, Cataluña tendría que pagar aranceles y negociar un tratado de comercio con la UE.

Por otro lado, no está claro qué consecuencias tendría la creación de un Estado catalán sobre su frontera directa con Francia, un país miembro de la UE. Gran parte del tránsito de bienes y personas de España cruza actualmente esa frontera, que se convertiría en una frontera exterior del bloque comunitario.

Los catalanes probablemente podrían seguir usando el euro. No obstante los bancos de esa región, como el banco Caixa, quedarían fuera del sistema del Banco Central Europeo. Los bancos ya no contarían con ese apoyo financiero y seguramente perderían solvencia. Las consecuencias son difíciles de prever.       

Según el abogado especializado en temas económicos Georg Abegg, la independencia de Cataluña no solo es una aventura política, sino también económica: "Los gobernantes políticos catalanes no han informado suficientemente a los ciudadanos, por lo que el referendo se vuelve tan absurdo como el 'brexit'. Incluso si el referendo fuese legal, no solo se debería plantear una sola pregunta sobre si se desea la independencia de España o no". La región autónoma está altamente endeudada. Tras su independencia, se vería obligada a pagarle inmediatamente diez mil millones de euros al Estado español.

Movimientos independentistas en Europa.
Movimientos independentistas en Europa.

¿Y qué tiene que ver la RDA?

Los defensores de la independencia catalana suelen referirse al caso de la antigua República Democrática Alemana (RDA), que en 1990 fue incorporada a la UE sin pasar por las negociaciones de adhesión. Sin embargo, los juristas europeos difieren al respecto. Del dos al tres de octubre de 1990, la RDA se adhirió a un miembro del bloque, a Alemania. Es decir que no se trató de una salida, sino de una entrada. Además, este paso había sido aprobado por todos los miembros de la UE. 

También Escocia se vería obligada a solicitar la adhesión al bloque comunitario en caso de que decidiera abandonar Gran Bretaña. Después del "brexit", Gran Bretaña ya no sería miembro de la UE y, por lo tanto, ya no podría impedir una readhesión de la región escocesa.

Groenlandia es otro ejemplo. La isla abandonó el bloque europeo en 1985 tras haberse independizado de Dinamarca. Pero en términos de derecho internacional público, Groenlandia tampoco es un Estado. ¿Todo esto suena complicado? Lo es, y seguramente también tendrían que intervenir el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y muchos otros juristas.

Autor: Bernd Riegert (VT/ERS)