Centro-derecha arrasa en departamentales francesas
29 de marzo de 2015La participación en los comicios ha rondado el 50 %, algo superior a lo esperado y por encima del récord de abstencionismo de la segunda ronda de las departamentales de 2011.
La Unión por un Movimiento Popular (UMP) del expresidente Nicolas Sarkozy y sus aliados centristas se aseguraron 64 departamentos de los 101 en que se divide el país, un gran avance respecto a los 41 consejos departamentales que controlaba hasta ahora. Mientras, la izquierda, que dominaba 60 departamentos, se queda con apenas 30 de ellos, según los primeros resultados oficiales dados a conocer por el Ministerio del Interior.
El porcentaje de voto apunta a consolidar el tripartidismo en Francia, tras la fuerte irrupción del Frente Nacional (FN). Pero el partido ultraderechista de Marine Le Pen no consiguió hacerse con ningún departamento, aunque aspiraba a dos. Todos los partidos coinciden en hacer una lectura claramente nacional de estos comicios, puesto que los departamentos poseen unas prerrogativas muy limitadas, reducidas a ciertas políticas de proximidad sociales y de infraestructuras.
Primeras reacciones
El presidente de la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), Nicolas Sarkozy, consideró que la victoria alcanzada por su alianza es consecuencia del "masivo rechazo a las políticas del presidente (François) Hollande". El exmandatario francés aseguró que la centro-derecha francesa nunca había conseguido la victoria en tantos departamentos desde la instauración de la V República ni la mayoría gubernamental había cedido tantos feudos. Además, Sarkozy insistió, al igual que hizo al terminar la primera vuelta, en que "se abre una nueva etapa" que terminará, a su juicio, con la vuelta de la derecha al Elíseo en 2017.
Por su parte, el primer ministro francés, Manuel Valls, reconoció la "incontestable" victoria conseguida por el centro-derecha en las elecciones departamentales de su país y el "franco retroceso" de las fuerzas de izquierda. Valls anunció, no obstante, que el gobierno seguirá adelante con las reformas para la competitividad del país e intensificará su esfuerzo por crear más puestos de trabajo.
Asimismo, la líder del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, se felicitó por la instalación de su partido "como fuerza política potente en numerosos territorios", lo que, consideró, constituye un paso adelante con vistas a sus aspiraciones al Elíseo. No obstante, Le Pen denunció la campaña "amarga" contra su partido llevada a cabo tanto por el primer ministro, Manuel Valls, como por "muchos medios" y la conservadora UMP. Asimismo, avanzó que allí donde estén sus consejeros departamentales estos aplicarán "fielmente" una doctrina centrada en el interés de los franceses, a diferencia de la política llevada a cabo, en su opinión, por socialistas y conservadores.
RML (efe, dpa)