Italia: ¿nuevo candidato a presidente?
18 de abril de 2013La caótica jornada de votación del jueves mostró cuán fracturado se mantiene el escenario político italiano. El candidato de Bersani, el ex presidente del Senado Franco Marini, no alcanzó los dos tercios de los 1.007 votos necesarios para ganar en la primera votación y no obtuvo ninguno en la segunda, cuando unos 400 miembros de los bloques de centroizquierda y de centroderecha votaron en blanco.
El líder de la centroizquierda provocó una división en su partido al nominar a Marini en un acuerdo con el jefe de la centroderecha, Silvio Berlusconi. Varias fuentes dijeron que los votos en blanco tuvieron la intención de proteger a Marini de una mayor humillación luego de la rebelión en el bloque de centroizquierda contra su candidatura que hacía imposible que obtuviera una mayoría de dos tercios de los votos entre los legisladores de ambas cámaras y representantes regionales.
Muchos parlamentarios de centroizquierda votaron por el académico Stefano Rodota, candidato del popular Movimiento 5 Estrellas liderado por el ex comediante Beppe Grillo, que atrajo más de 200 votos. La votación por el sucesor del presidente Giorgio Napolitano, cuyo mandato termina el 15 de mayo, es un paso crucial para resolver el estancamiento provocado por las elecciones de febrero, que no dieron una mayoría a ningún partido.
Una candidatura muy divisiva
Bersani declaró a periodistas que se reuniría con los electores de su fuerza para decidir los próximos pasos antes de la tercera votación, que se llevará a cabo el viernes por la mañana. Tras esa votación, sólo será necesario una mayoría simple para elegir al nuevo presidente. No obstante, Bersani indicó que abandonaría la postulación de Marini, de 80 años, por ser una candidatura muy divisiva. La centroizquierda hará una nueva propuesta para la elección presidencial, aseguró el dirigente.
El fracaso de Marini podría quebrar el acuerdo de Bersani con Berlusconi, que apunta a ayudarlo a él a formar un gobierno en minoría. Bersani ha rechazado en reiteradas ocasiones acceder a las demandas de Berlusconi para formar un gobierno de coalición. Pero se cree que quiere negociar un acuerdo sobre la presidencia con la disposición de la centroderecha de apoyar un gobierno de centroizquierda. Los comicios de febrero le dieron a la centroizquierda el control de la Cámara de Diputados pero no alcanzó la mayoría necesaria en el Senado para formar gobierno.
El jefe de Estado es un cargo en gran parte ceremonial pero tiene una serie de funciones políticas vitales, como demostró Napolitano en 2011 al nombrar a Mario Monti al frente de un gobierno de tecnócratas para reemplazar a Berlusconi, quien renunció en medio de un escándalo. Será tarea del nuevo presidente terminar con el actual estancamiento político, ya sea convenciendo a los partidos para que lleguen a un acuerdo que permita que se forme un gobierno o disolviendo el parlamento para convocar a nuevas elecciones.
rml (dpa, reuters)