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Cero tolerancia a la impuntualidad

Daniel Martínez (ER)28 de agosto de 2015

El caso del futbolista panameño Armando Cooper, despedido de su equipo alemán por llegar tarde a la concentración, confirma que para la Bundesliga la impuntualidad es una conducta inaceptable.

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Armando Cooper se ha convertido en un ejemplo de lo que sucede si los jugadores llegan tarde a sus clubes.
Armando Cooper se ha convertido en un ejemplo de lo que sucede si los jugadores llegan tarde a sus clubes.Imagen: Imago/MIS

Los tiempos han cambiado en el fútbol de Alemania, algo de lo que evidentemente Armando Cooper no se percató. Su conducta permite suponer que él se sentía todavía parte de una Bundesliga que desapareció hace más de una década, una en la que era normal que los jugadores –en especial los latinoamericanos- regresaran con retraso a sus equipos pues ellos decidían unilateralmente la extensión de sus vacaciones.

En esa Bundesliga ya olvidada, los futbolistas latinos eran los encargados de ponerle la nota folclórica al fútbol alemán no solo con sus retrasos, sino también con las fantásticas historias con las que los justificaban. El brasileño Ailtón es un buen ejemplo de aquella época.

En sus primeros años en Bremen, el exgoleador de la Bundesliga (2004) regresó puntualmente de vacaciones solo una vez. Sus excusas eran muy creativas, y aunque enfadaban a la afición y a las directivas del club, siempre despertaron sonrisas. En una ocasión incluso argumentó que su retraso fue culpa del amor. Ailtón planeó su boda en los últimos días de asueto, pero tuvo que posponerla varios días (al igual que su viaje a Alemania) porque “el trámite de los papeles para el matrimonio se tardó mucho”.

En el caso de Cooper, de acuerdo a la versión que entregó el St. Pauli, su club en Alemania, no hubo ninguna disculpa, ni ningún aviso, ni ninguna señal de vida pese a los intentos hechos desde Hamburgo para ubicarlo.

El brasileño Marcelinho, del Berlín, tenía para estas situaciones por lo menos una explicación plausible: “en mi pueblo no entra la señal del celular”, decía. Su compatriota Marcio Amoroso regresó una vez con varios días de retraso al Dortmund anunciando con anticipación que no se tomaría el trabajo de justificar su demora porque, según dijo, "no encontré una buena excusa".

Reapareció en Twitter

El futbolista panameño, por su parte, se limitó a comunicar vía Twitter “Estoy de regreso en Hamburgo”. Su actitud fue catalogada por el St. Pauli de “inaceptable”. Christoph Pieper, el vocero del club, le comentó a Deutsche Welle: “nosotros no estábamos acostumbrados a algo así, con Cooper nos pasó por primera vez. De hecho, nuestra experiencia con jugadores latinoamericanos, aunque no es muy amplia, era positiva. Con el peruano Carlos Zambrano, por ejemplo, no hubo motivos de reproche en este sentido cuando estuvo acá”.

Armando Cooper perdió su trabajo en el St. Pauli
Armando Cooper perdió su trabajo en el St. PauliImagen: Getty Images/Bongarts/M. Kern

Cooper había llegado a Alemania a principios del 2015 porque el entrenador Ewald Lienen lo había pedido explícitamente como refuerzo. En su opinión el panameño era “uno de los mejores mediocampos defensivos” que había conocido, y las perspectivas que le ofreció en el equipo de segunda división eran prometedoras.

Al jugador, que compitió con su selección en la Copa de Oro, el St. Pauli lo despidió sin contemplaciones, instaurando una medida ejemplar para el resto de la Bundesliga, donde ya este tipo de impuntualidades y conductas poco profesionales han sido erradicadas. Los futbolistas latinoamericanos en Alemania son cada vez más cumplidores, en gran parte porque los castigos son muy severos y aleccionadores: cuantiosas multas de dinero, y ahora también la amenaza de quedarse sin trabajo.