Fueron días de mucha tensión diplomática y de negociaciones si las hubo, difíciles, entre Estados Unidos y China por el caso del disidente Chen Guancheng. Una dramática llamada telefónica en la que el abogado chino temía por su seguridad y pedía ayuda a Estados Unidos, hizo reaccionar al gobierno chino. Las autoridades confirmaban ayer que Chen podía solicitar un permiso para estudiar en el extranjero. No se sabe cuándo saldrá del país, pero sí se sabe que no lo hizo junto a la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton.