CIDH: los Estados en el banquillo
5 de agosto de 2009La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) comenzó el 7 de julio pasado la audiencia en el caso de Rosendo Radilla Pacheco, un activista mexicano que supuestamente desapareció en un retén militar el 25 de agosto de 1974. Los hijos del desaparecido, Tita y Rosendo, llevaron el caso a la justicia interamericana en 2001 y a principios de 2008 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lo remitió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica. Radilla, un músico que componía temas en honor a los guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, fue detenido ante testigos a la edad de 60 años en la localidad de Atoyac de Alvarez, en el sureño Estado de Guerrero. Desde entonces se desconoce su paradero.
El caso coloca al Estado mexicano por cuarta ocasión el banquillo de los acusados y es uno de los muchos casos que lleva la Corte desde 1979, un año después de que entrara en vigencia la Convención Americana de Derechos Humanos. “Hemos ido avanzando lentamente pero de manera muy consistente con la influencia que estamos teniendo en los Estados que son parte de la Convención”, afirma la presidenta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Cecilia Medina Quiroga, en conversación con DW-WORLD.
Casos de impunidad
La jurista chilena afirma que inicialmente la corte recibió muchos casos que provenían de dictaduras, que habían quedado pendientes porque no se había hecho ninguna investigación. Se trataban de casos de impunidad ante desapariciones, ejecuciones sumarias y privaciones de libertad arbitrarias y prolongadas.
“En todos estos casos la Corte dijo a los Estados que la impunidad no era permitida y que por lo tanto no procedían las amnistías, ni los indultos, ni la aplicación de prescriciones, pues se trataba de delitos de lesa humanidad”, afirma Medina Quiroga. “Ahora vemos que en la mayoría de los países se han reabierto procesos que se habían cerrado, incluso Chile que se mostró bastante reticente al principio, ha reabierto procesos para poder investigar lo que pasó con la gente desaparecida”, explica.
La juez añade que el trabajo de la corte es sumamente amplio e incluye la definición y contenido de derechos discutibles en una democracia, desde los límites de la libertad de expresión hasta los derechos de los migrantes. “Todo extranjero detenido tiene derecho a la ayuda de un cónsul y la ausencia de esta garantía es una violación a la Convención Americana”, señala.
Reunión en Berlin
La jurista llegó a Berlín invitada por la Sociedad Alemana para la Cooperación Técnica (GTZ), que organizó en la capital alemana el primer encuentro de Cortes Internacionales para los Derechos Humanos. A ella acudieron jueces que integran las tres cortes internacionales que enjuician las violaciones a los Derechos Humanos. Entre ellos acudió el presidente de la Corte Africana para los Derechos Humanos, Jean Mutsinzi. Dicha corte fue fundada en enero de 2007. También tomaron parte en el encuentro representantes del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, Francia.
Estados Unidos, Canadá y una serie de islas de habla inglesa del Caribe no han ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos. Tampoco Cuba pertenece al sistema. "Para que cuba vuelva al sistema se le pide que lo haga en términos de las normas de hoy, lo que quiere decir que tiene que aceptar estándares de Derechos Humanos y de democracia que no sé si Cuba está dispuesto a considerar siquiera. Porque Cuba ha expresado que no tiene ningún interés en volver al sistema", subraya la experta.
La jurista destaca que todos los países latinoamericanos han ratificado la convención y han aceptado la jurisdicción contenciosa del tribunal, con lo que se comprometen a cumplir con las sentencias que dicte la CIDH, que son jurídicamente vinculantes. “Hay muchos Estados que han diseñado mecanismos de ejecución de la sentencia, porque normalmente quieren cumplirla pero no saben como”, señala.
La juez habló también sobre los problemas que enfrentan los jueces en una corte internacional como ésta. “En un continente como el nuestro tenemos a veces problemas muy importantes en la averiguación de los hechos, pues nuestra tarea es ver si el Estado cumplió o no cumplió con sus obligaciones de la Convención y para saber eso muchas veces tenemos que pedirle información al Estado mismo, información que sólo está en sus manos por lo que dependemos de lo que haga”, explica la jurista.
Utilidad de la Corte
La juez declina comentar casos abiertos que lleva actualmente la corte y concluye la entrevista señalando la importancia de que la población de los países latinoamericanos se entere de la existencia del tribunal. “Esta Corte sirve, es útil, porque puede solucionar problemas individuales y colectivos. Cuando la corte ordena que se enmiede una ley, ésto puede beneficiar a muchas personas”, dice y añade que cualquiera puede presentar su queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que a su vez la pasa el caso a la CIDH . “Nosotros dictaremos una sentencia jurídicamente vinculante”, afirma.
En el caso de Rosendo Radilla, sus hijos esperan la sentencia de la CIDH, que previsiblemente será dictada a finales de año y señalan que el período de la guerra sucia en México es una parte de la historia que tiene que ser esclarecida y que en eso, el Estado mexicano tiene una gran responsabilidad.
Autora: Eva Usi
Editora: Claudia Herrera Pahl