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Cien días de Macri: ¿lo dejarán gobernar?

Cristina Papaleo (JC)20 de marzo de 2016

Luego de cien días, el desempeño de Macri es criticado por sus medidas un tanto abruptas. Eso es señal de una transición política que podría, de llevarse a cabo, desembocar en mejoras para Argentina, dice experto.

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Mauricio Macri, presidente de Argentina.
Mauricio Macri, presidente de Argentina.Imagen: picture-alliance/dpa/D. Fernandez

Según expone en su propia página web, el acontecimiento clave en la vida de Mauricio Macri, presidente de los argentinos desde hace 100 días, es la experiencia de haber sido secuestrado. El secuestro extorsivo del que fue víctima el 24 de agosto de 1991 marcó un antes y un después en el camino del entonces gerente general de una de las empresas del grupo Macri. Habla allí de un cambio, de un salto cuántico: “Quedé más libre que nunca para hacer cualquier cosa, hasta para pensar por primera vez que podría crear mi propio destino.”

Entre líneas se puede leer el deseo subyaciente en esa frase: el hijo quiere superar la figura del padre, Francesco Macri, un inmigrante italiano que se forjó un imperio. Mucho se habla en Argentina de la relación de Macri con su padre. Francesco dijo en varias oportunidades que su hijo "tiene la mente para ser Presidente, pero no el corazón". Pero la propuesta de su partido, la alianza Cambiemos, es decir, hacer la “Revolución de la Alegría”, convenció a los argentinos. Y Macri llegó así a ocupar el sillón de Rivadavia. Los primeros 100 días de gobierno de Macri dan que mucho hablar, tanto en la oposición kirchnerista como en sectores más conservadores.

¿Mano dura o solo demostración de fuerza?

A pocos días de asumir el cargo, firmó decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), luego cesanteó a más de 20.000 empleados estatales, decidió poner freno a los piquetes en las calles y encarceló a la dirigente Milagro Sala. Proyecta reforzar la presencia de fuerzas de gendarmería y la lucha contra el narcotráfico en las calles de barrios populares. Además, negoció con los acreedores de los fondos buitre. Estas medidas chocan con el rechazo de una parte de la población, mientras son aplaudidas por la otra parte. “El Gobierno de Macri está protagonizando una transición de salida de un gobierno populista que se había agotado -y que había llevado al país a una situación de estancamiento con alta inflación y con creciente malestar social- hacia un modelo pluralista”, dijo el politólogo Marcos Novaro, de la Universidad de Buenos Aires, a Deutsche Welle. Sin duda, las medidas tienen su costo y preocupan incluso a sectores que apoyan los cambios, añadió. Algunas medidas, como los despidos masivos y el nombramiento de jueces de la Corte, fueron, según él, algo así como una "demostración de fuerza".

Visita del presidente francés, François Hollande, a Argentina.
Visita del presidente francés, François Hollande, a Argentina.Imagen: Reuters/M. Brindicci

Inflación, principal preocupación de los argentinos

La tasa inflacionaria acostumbrada durante muchos años, de cerca del 25 por ciento, está ahora por encima de los 30 puntos. “Según el Gobierno, esto es el costo de sincerar las cifras que, de otro modo, hubieran estallado de todos modos. Para la oposición, eso es fruto de medidas antipopulares y contrarias al consumo, como el aumento de tarifas públicas y la devaluación del peso. A pesar de que entiende esas medidas, mucha gente está enojada porque parece que el Gobierno tarda en resolver la situación." Es probable que el Gobierno de Macri siga perdiendo popularidad en estos dos meses, marzo y abril, y puede que esa popularidad se recomponga un poco más tarde, pero “debe demostrar que pasó lo peor y que empieza la recuperación económica”, subraya el politólogo. De hecho, aún es muy temprano para evaluar estas medidas económicas incipientes.

¿Hay una nueva ola de represión en Argentina?

En cuanto a la “ola represiva” que denuncia la oposición, sobre todo debido a la detención de Milagro Sala y a la represión durante protestas en la avícola Cresta Roja, en diciembre de 2015, Novaro piensa que “hubo cuestiones que se manejaron mal por parte del Gobierno. Algunos denotan una falta de control de las fuerzas de seguridad, por ejemplo, en la represión de grupos juveniles, o la de Cresta Roja, que fue una señal de alarma”. Pero agrega que la valoración en la sociedad es bastante alta en cuanto al intento del nuevo Gobierno de poner más orden, por ejemplo en la vía pública. “Limitar los cortes de calles y de rutas tiene un amplísimo apoyo. Pero eso no quiere decir que estén de acuerdo con palos y balazos”, subraya el experto. Sin embargo, en cuanto al encarcelamiento de Milagro Sala, el kirchnerismo, así como algunos grupos de izquierda y organizaciones de derechos humanos de Argentina, siguen exigiendo su liberación y la caracterizan de “presa política”.

Milagro Sala, dirigente encarcelada.
Milagro Sala, dirigente encarcelada.Imagen: picture-alliance/dpa/A.P. Moreno

El entrenamiento de las fuerzas de seguridad en el uso prudente y adecuado del orden público sigue siendo una materia pendiente en Argentina. “Las fuerzas de seguridad son, además, muy extorsivas”, explica Marcos Novaro, “y están muy contaminadas de corrupción. Altos cargos de la Policía bonaerense están ligados a negocios turbios, en particular, al del narcotráfico. Eso es una deuda muy grande que será difícil que el Gobierno pueda resolver en poco tiempo”, explica. Otro desafío para un presidente que no hizo campaña con imponer "mano dura", pero de algún modo está demostrando que tratará por todos los medios de poner límite a las protestas sociales.

Un millonario en el poder

“Macri es un presidente muy anómalo para Argentina porque es hijo de un millonario”, dice Novaro, “viene de una élite social que en términos políticos siempre fue muy rechazada porque la política argentina es muy populista.” El hijo de un gran capitalista llega al Gobierno, y su partido, el PRO, está formado en su mayoría por gente pudiente que adoptó un compromiso con la vida pública. Es la historia del hijo que supera al padre y decide no apoyarse en sus millones, sino gobernar un país complejo, con una herencia difícil de manejar.

Macri con su esposa, Juliana Awada, y Mick Jagger.
Macri con su esposa, Juliana Awada, y Mick Jagger.Imagen: Reuters/Argentine Presidency

Para el politólogo, las críticas que recibe por los despidos son "minoritarias, ya que la mayoría de los argentinos no está de acuerdo con el uso faccioso por parte de los partidos políticos de los recursos del Estado. La Cámpora y el kirchnerismo en general fueron tan abusivos contratando gente con sueldos altos que, incluso en los sectores más bajos, la gente está de acuerdo con esas medidas", asegura.

“La de Macri es la epopeya del rico que se compromete en la vida pública”, dice Marcos Novaro. Si bien ese personaje no es necesariamente realista, sino que detrás de él hay mucho de propaganda de campaña, el experto señala que "sirvió para darle un perfil bastante original al liderazgo de Macri y de su gente." Pero la cuestión central es "si lo van a dejar gobernar", plantea Marcos Novaro. Sobre todo con un Gobierno que tiene minoría en las dos cámaras del Congreso. Por lo pronto, el presidente sostiene su voluntad de cambio y la está poniendo en práctica. Por verse está, por otro lado, si el gran compromiso que Macri dice tener con el país que lo privilegió se traduce en mejoras reales para la sociedad argentina.