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Científicos pueden haber resuelto el misterio de "Seahenge"

3 de junio de 2024

Este círculo de madera se mantuvo oculto bajo la turba durante milenios, preservando los troncos hasta que el movimiento de la arena los reveló hace poco más de dos décadas. ¿Por qué se construyó "Seahenge"?

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"Seahenge" en su ubicación inicial en Holme-next-the-Sea (Inglaterra), antes de su excavación en 1999.
"Seahenge" en su ubicación inicial en Holme-next-the-Sea (Inglaterra), antes de su excavación en 1999.Imagen: Michael Walter/dpa/picture alliance

Stonehenge, con sus icónicas piedras apiladas en el suroeste de Inglaterra, es conocido mundialmente, pero en la costa este del país, se halla un monumento prehistórico que cautiva igualmente la imaginación: el enigmático "Seahenge".

Este círculo, oficialmente llamado Holme I, fue descubierto en 1998 en una playa de Holme-next-the-Sea, al norte de Norfolk, tras el desplazamiento de la arena que expuso su antigua madera de 4.000 años de antigüedad. No lejos de allí, a unos 100 metros, se halló una segunda estructura, conocida como Holme II.

Seahenge se compone de un tocón central de roble, invertido, rodeado por 55 postes también de roble, organizados en un óvalo de 7 por 6 metros. Construido en una marisma salina protegida por dunas, esta estructura data de la primavera del año 2049 a.C.

Originalmente se pensó que Seahenge y su estructura gemela eran monumentos funerarios o sitios para rituales de "enterramientos en el cielo", donde los cuerpos eran dejados para ser limpiados por aves carroñeras. Sin embargo, investigaciones recientes lideradas por el arqueólogo David Nance, de la Universidad de Aberdeen, proponen una teoría más fascinante aún.

"Seahenge": acabar con el frío intenso

Según Nance, estas estructuras se erigieron en un periodo de notable enfriamiento climático, con el objetivo de llevar a cabo rituales que invocaran el regreso de tiempos más cálidos. "Sabemos que la época en que se construyeron, hace 4.000 años, fue un periodo prolongado de descenso de las temperaturas atmosféricas y de inviernos rigurosos y primaveras tardías que sometieron a estas primeras sociedades costeras a una gran tensión", afirmó Nance en un comunicado de la Universidad de Aberdeen.

El monumento de Seahenge fue descubierto en 1998, revelando estructuras de 4.000 años de antigüedad en Norfolk.
El monumento de Seahenge fue descubierto en 1998, revelando estructuras de 4.000 años de antigüedad en Norfolk.Imagen: Jonathan Brady/dpa/picture alliance

"Parece muy probable que estos monumentos tuvieran la intención común de acabar con esta amenaza existencial, pero tenían funciones diferentes", agregó.

El investigador señala que la madera utilizada en Seahenge fue talada en primavera y alineada con la salida del sol en el solsticio de verano. Según el folclore, el solsticio marcaba el momento en que el pájaro cuco, símbolo de la fertilidad, dejaba de cantar y regresaba al más allá, llevándose el verano consigo. Nance propone que Seahenge se diseñó para "capturar" al cuco y prolongar el verano, una táctica deseada en un clima de inviernos largos y amargos.

Holme II: sacrificio ritual cada ocho años

El ritual del "cuco encerrado", donde un cuco sin plumas era "preso" en un arbusto espinoso para alargar el verano, encuentra eco en la forma y disposición de Seahenge. Mientras tanto, Holme II, que posiblemente albergaba un cuerpo humano, podría haber sido un túmulo funerario para un "rey sagrado" sacrificado ritualmente en un intento de apaciguar a las deidades y asegurar la fertilidad y bienestar de la comunidad. 

Nance sugiere que estos sacrificios se realizaban cada ocho años en Samhain (actualmente Halloween), coincidiendo con el ciclo de ocho años de Venus. Los accesorios de Holme II, que se cree que sostenían un ataúd, están orientados hacia la salida del sol en Samhain en 2049 a.C.

Aunque las dos estructuras tenían propósitos y rituales distintos, Nance concluye que compartían un objetivo común: acabar con el frío intenso. Estos monumentos no solo reflejan las creencias espirituales y religiosas de nuestros antepasados, sino también su lucha por adaptarse y prosperar en un entorno climático desafiante.

Hoy, Seahenge se exhibe en el Museo de Lynn, conservado con cera donde antes estaba el agua del mar, mientras que Holme II ha sido en gran parte erosionado por las mareas, dejando un legado de misterio y fascinación sobre los rituales y la vida en la Edad de Bronce. 

Felipe Espinosa Wang con información de la Universidad de Aberdeen, The Independent y Newsweek.