Científicos alemanes descubren un cuadro oculto de van Gogh
31 de julio de 2008
Centro Alemán Sincrotrón de Electrones es el curioso nombre que se comprime en las siglas DESY. Y DESY, el centro más importante de Alemania dedicado a la investigación de la física de partículas, se ha puesto al servicio del mundo de la cultura.
Armados con una novedosa técnica de rayos X, un grupo de científicos del DESY con sede en Hamburgo se trasladó al museo de arte Kröller-Möller de la localidad holandesa de Otterlo con la intención de desvelar hasta el último secreto oculto tras la pintura Grasgrond del maestro Vincent van Gogh.
Con calidad fotográfica
Van Gogh, como otros muchos pintores a los que la fama, y el dinero, les llegó demasiado tarde, solía reciclar sus lienzos. No es curioso encontrar cuadros repintados entre su obra, y ya en diciembre del año pasado a los investigadores del DESY les llamó Grasgrond la atención.
“Primero hicimos unas radiografías normales y gracias a ellas supimos que debajo de Grasgrond había algo”, cuenta Wolfgang Drube, del DESY. “La radiación a la que hemos sometido ahora al cuadro es unas 10.000 veces mayor a la de los rayos X comunes que usa, por ejemplo, la medicina, y tan fina como la mina de un lápiz”, continúa.
Ese “algo” del que encontraron indicios los científicos era el retrato de una mujer, que adquiere tras las últimas radiografías cuerpo y detalles. “Al someterla a la radiación, la materia reluce. Hemos medido cada uno de los puntos de esa fluorescencia y, puesto que se corresponden con un elemento químico, nos han aportado información sobre los pigmentos de color utilizados”, explica Drube.
Un ordenador se encargó entonces de analizar cada uno de esos pigmentos y componer con ellos una imagen de 17,5 por 17,5 centímetros con la calidad de una fotografía. En ella pudo observarse la imagen de la dama retratada por Van Gogh antes de decidirse a dedicar esa superficie a un paisaje.
Entender a van Gogh
“Esta técnica nos abre todo un abanico de nuevas posibilidades”, asegura Drube. Van Gogh pintó el prado de Grasgrond en 1887 cuando residía en París. Los expertos del DESY creen que al menos un tercio de los cuadros del holandés ocultan otras pinturas tras de sí. Con estas reconstrucciones, a los historiadores de arte les resultará más fácil la labor de entender y conocer la evolución artística de van Gogh en todas y cada una de sus fases.