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Claude Debussy, pinceladas sobre lienzo musical

22 de agosto de 2012

La música de Debussy suena más refinada y exquisita que nunca a los 150 años del nacimiento del compositor. Catalogado como compositor impresionista, mantuvo estrechos vínculos con las artes visuales de su época.

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Claude DebussyImagen: picture-alliance/dpa

Muchos jóvenes de hoy conocen el nombre de Claude Debussy porque su pieza para piano Clair de lune forma parte de la banda sonora de la película Crepúsculo, una historia de amor entre vampiros muy de moda entre adolescentes. No sospechan que muchas obras del compositor francés tienen mucho que ver con la estética y el argumento de la película.

De hecho, es muy probable que Debussy se sintiera bastante cómodo escribiendo música de cine, dados sus estrechos vínculos con las artes visuales de su época. Catalogado como compositor impresionista, el compositor francés se movió en círculos de pintores y poetas simbolistas, de quienes aprendió el gusto por lo indefinido y lo misterioso.

Pelléas et Mélisande, una ópera oscura

La gran opera de Debussy es Pelléas et Mélisande. El profesor Langham Smith, musicólogo británico, coautor del Cambridge Opera Handbook correspondiente a esta ópera y editor de Estudios sobre Debussy, publicado por Cambridge University Press, considera que “es una historia muy radical, con un significado muy profundo e intangible. Trata del típico triángulo amoroso, pero en realidad es sobre el destino y la fuerza de voluntad."

Monumento a Claude Debussy
Monumento a Claude DebussyImagen: Fotolia/Nicolas Denis

Pelléas et Mélisande resultó muy provocadora en su momento. “La gente decía que en ella no había canto, porque no contenía arias y melodías que se pudieran recordar”, explica Langham Smith. “En eso difería de las óperas de Massenet y Gounod, en las que hay una exhibición de voces de soprano, que era lo que al público le gustaba y a lo que estaba acostumbrado. Y, de repente, aparece esta ópera oscura…”, dice el profesor Smith, que reconstruyó Rodrigue et Chimene, otra ópera de Debussy interpretada en Lyon in 1993.

Debussy y Wagner: ¿amanecer o puesta de sol?

Al comienzo de la carrera de Debussy, todo el mundo hablaba sobre las óperas de Wagner. El francés llegó incluso a visitar Bayreuth, pero pronto se distanció de aquello e incluso anunció que escribiría sobre “la inutilidad del wagnerismo”. Pero nunca lo hizo. “Debussy escribió cosas muy negativas sobre Wagner”, dice el profesor Smith. “Afirmó que era una puesta de sol que se había confundido con un amanecer. Una de las cosas que no le gustaban de Wagner eran los leitmotiv –fragmentos musicales asociados con un personaje o situación-, porque era como si alguien se presentara dándote una fotografía suya con una mano y con la otra su tarjeta de visita.”

El professor Smith no cree todo lo que Debussy escribió sobre Wagner, “porque la técnica de Parsifal y especialmente la de Tristán e Isolda son muy importantes en Pelléas et Melisánde”. Además hay una razón por la cual Debussy rechazaba la música alemana en general, llamando a Beethoven “el viejo sordo” y describiendo las canciones de Schubert como “flores secas para guardar en un cajón”. “Por supuesto, tenía razones políticas”, explica el profesor Smith. “Debussy se volvió muy nacionalista en sus últimos años, justo antes de la Primera Guerra Mundial, y quiso dejar muy claro que él era muy francés. Dedicó piezas a Couperin, hablaba de Rameau y de la gran tradición francesa…Había un fuerte orgullo nacional en todo aquello de lo que se rodeaba”.

Debussy, compositor francés de amplia perspectiva

La música de Claude Debussy suena más refinada y exquisita que nunca a los 150 años del nacimiento del compositor. Su inimitable paleta brilla especialmente en obras para piano, como sus Estampas, Preludios, Imágenes y Estudios, pero también en las obras orquestales, como El mar y "la pieza que Pierre Boulez considera quizá como el inicio de la música del siglo XX, el Preludio a la siesta de un fauno”, dice el profesor Smith.

A Debussy le interesaban la antigua Grecia y las culturas asiáticas. Adoraba lo español y compuso algunas de sus mejores piezas inspirándose en España. Admiraba al compositor ruso Mussorgski, sobre todo la obra El cuarto de los niños, y escribió sus propias piezas llenas de encanto para los más pequeños, como El rincón de los niños y La caja de juguetes. A pesar de todas estas influencias, la música de Debussy suena inequívocamente francesa.

Autora: María Santacecilia
Editor:Pablo Kummetz