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Colombia en los tiempos del terrorismo internacional

José Ospina Valencia18 de febrero de 2005

El 11 de septiembre de 2001 también cambió la política latinoamericana de seguridad de Estados Unidos. El nuevo viejo intervencionismo fue resucitado como estrategia. ¿Qué tanta intervención resiste Colombia?

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Alvaro Uribe, presidente de Colombia.Imagen: AP


Incursionar violentamente en otro país, volvió a ser desde 2001 no sólo probable sino real. Colombia, por su conflicto interno, el narcotráfico, el terrorismo guerrillero y las incidencias económico-políticas de estos tres factores en el resto de América Latina y en Venezuela, en especial, es el país que puede llenar las condiciones que han facilitado, sino una intervención armada directa por parte de EE.UU. - por ahora -, sí una creciente participación en sus asuntos internos.

Sin desconocer la histórica intención de Washington de cogobierno en las capitales latinoamericanas, también es cierto que en Colombia la guerrilla de las FARC y el ELN han contribuido con el crimen del secuestro, el terrorismo y el narcotráfico a que Washington concentre y aumente sus fuerzas en dicho país y perciba la situación colombiana como un "riesgo regional". Los paramilitares, su negocio del narcotráfico y sus crímenes de lesa humanidad hacen lo propio.

Recuperación social y fortalecimiento militar

En medio de todo está el controvertido Plan Colombia cuya meta inicial era reducir los cultivos ilegales a la mitad en cinco años. Un objetivo que, según las autoridades oficiales, se logró antes de tiempo. Hoy, según estadísticas discutibles, las hectáreas con coca no superarían las 70.000. A pesar de las críticas, reservas e incertidumbres, incluso en el mismo congreso estadounidense, hoy está claro que la ruta marcada por el Plan Colombia va a ser continuada. La recuperación económica y social de vastas zonas destruidas y/o abandonadas y el fortalecimiento institucional son los objetivos adjuntos del Plan Colombia, en cuyo marco el gobierno colombiano reporta el desarrollo de 3.721 proyectos sociales.

Ahora bien. ¿Qué será del Plan Colombia? Lo cristalizado hasta el momento es que la estrategia militar contra el narcotráfico y el terrorismo seguirá predominando sobre toda reserva, venga de donde venga. Según Phill McLean, encargado del "Proyecto Colombia" del Centro de Estudios Internacionales (CSIS), "los Estados Unidos no van a dejar sólo a Colombia: su mejor socio político en Suramérica".

Misión incumplida

Adolfo Franco, director de la Agencia de Cooperación de los Estados Unidos (US-AID), dijo en su momento, ante el Congreso de su país que “la misión aún no ha sido cumplida". Además de combatir el narcotráfico, la intención es, según Washington, "implementar programas sociales, fortalecer la justicia, mejorar la defensa de los Derechos Humanos e impulsar el desarrollo económico".

El "coco" del Plan Colombia, sigue siendo empero el aspecto militar en la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y la guerrilla implicada en éstos. Los alemanes Maximilian Kurz y Wolfgang Muno ven en la "transformación" del Plan Colombia "un precedente de cómo se ha mezclado política de desarrollo con política de seguridad". Un efecto que "los hechos del 11 de septiembre han acelerado", afirman Kurz y Muno en una publicación del Institut für Iberoamerika-Kunde de Hamburgo.

A pesar de la intención de la administración Bush de mantener la cooperación al mismo nivel y ritmo, la realidad lo contradice. En el último lustro, Colombia recibió de EE.UU. más de 3.000 millones de dólares en ayuda, sobre todo, militar. De 500 millones de dólares que se destinaban, anualmente, en los primeros años se pasó a 700 millones. Este 7 de febrero Bush pidió 742 millones de dólares en apoyo a Colombia para el período 2005-2006. De 400 "contratistas" con permiso para "ejercer" en Colombia se pasó a 800. Un número que también a los críticos estadounidenses del Plan les parece "injustificado por el alto riesgo": desde 1998 han muerto doce contratistas y 3 están secuestrados por las FARC.