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Colombia: la industria del secuestro

Eva Usi30 de marzo de 2005

Desde hace décadas Colombia es un país desgarrado por la violencia. La guerra civil ha dejado un saldo de miles de muertos y convertido al país en uno de los más peligrosos con un récord mundial de secuestros.

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Soldados colombianos observan los cuerpos de rebeldes muertos.Imagen: AP

Los grupos guerrilleros Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), han sido responsables de más de 20.000 secuestros desde 1997, según cifras de la organización colombiana País Libre. Sin embargo familiares de secuestrados sostienen que las cifras oficiales sobre el secuestro en Colombia están muy por debajo de la realidad pues la mayoría de las familias afectadas no denuncian por temor a represalias.

Según cifras de la OMS, la cotidianidad colombiana está caracterizada por una violencia generalizada con alrededor de 26.000 homicidios al año. El conflicto colombiano, uno de los más antiguos del mundo, ha sido impulsado por la producción y tráfico de estupefacientes. Según cifras oficiales, tan sólo las FARC, recaudan anualmente entre $300 y $800 millones de dólares al año a través del narcotráfico, el secuestro y otras operaciones clandestinas.

Figuras prominentes

El secuestro es un fenómeno que recibe poca atención internacional salvo que entre los afectados se encuentren figuras prominentes como la ex -candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada por guerrilleros de las FARC en febrero del 2002. El gobierno francés y los partidos verdes de Europa han trabajado intensamente a favor de su liberación, esfuerzos hasta ahora vanos. Hace unos días se cumplieron cuatro años desde que el alemán Lothar Hintze fuera secuestrado por las fuerzas de las FARC. Un portavoz del Ministerio alemán del Exterior que pidió mantener su nombre en anonimato dijo a DW-WORLD, que en estos casos los esfuerzos de intermediación obligan al hermetismo y que lo único que podía revelar es que el caso “Hintze” no es considerado cerrado. Desde diciembre del 2000 el Ministerio alemán del Exterior advierte sobre los riesgos incalculables en los viajes a Colombia y exhorta enfáticamente a la población alemana a no emprender ni viajes individuales ni en grupo al país andino.

Una docena de secuestrados estadounidenses y europeos, entre los que se encuentra Betancourt, integran una lista de más de 60 rehenes que la guerrilla quiere canjear por sus combatientes encarcelados, al parecer Hintze se encuentra entre ellos. La guerrilla misma ha dificultado el canje humanitario debido a su exigencia de que en el intercambio estén además de Nayive Rojas, alias “Sonia”, recientemente extraditada a Estados Unidos, otros dos rebeldes: Ricardo Palmera, alias “Simón Trinidad” y Guillermo Gelves.

Política de mano dura

El comando de las FARC pidió al Congreso de Colombia una reforma constitucional para frenar la extradición masiva de ciudadanos a los Estados Unidos, que calificó “violatoria de la soberanía nacional”. En los últimos dos años y medio el gobierno de Álvaro Uribe ha entregado a jueces de Estados Unidos a 260 acusados de narcotráfico y blanqueo de dinero. El presidente Uribe ha dicho estar dispuesto a un intercambio humanitario condicionado a que se devuelvan todos los secuestrados, sin hacer discriminaciones.

La segunda guerrilla colombiana, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), pidió a los presidentes Luiz Inácio Lula Da Silva, de Brasil, Hugo Chávez, de Venezuela, y del Gobierno Español, José Luis Rodríguez Zapatero, ayuda para dialogar con el gobierno de Álvaro Uribe. Los mandatarios de los cuatro países se reunieron en Ciudad Guayana, Venezuela. El comunicado de la organización rebelde difundido la víspera y fechado en las montañas de Colombia, señala la importancia de que los gobiernos de Brasil, Venezuela y España acompañen el proceso de reconciliación con el gobierno colombiano.

Intensas negociaciones

Por su parte el gobierno colombiano anunció que estudia iniciativas para avanzar en el proceso de paz con dicha fuerza guerrillera con la que mantiene acercamientos desde junio del 2004, pese a que el grupo rebelde había rechazado previamente una propuesta de paz del presidente Álvaro Uribe.

La administración Uribe mantiene una compleja negociación de paz con los escuadrones paramilitares de ultraderecha, que combaten a la guerrilla en medio de un conflicto interno que dura más de cuatro décadas y deja miles de muertos al año.

Las negociaciones del gobierno colombiano busca que antes de concluir el 2005, la totalidad de los 20.000 combatientes paramilitares depongan las armas y se reintegren a la vida civil. Sin embargo el gobierno de Bogotá no mantiene ningún acercamiento con la principal fuerza rebelde, las FARC, que cuentan con más de 17.000 combatientes.

Estados Unidos ha apoyado el Plan Colombia con 2.4 billones de dólares repartidos en 5 años. Con este nivel de gasto Colombia es el tercer país que recibe más asistencia militar en el mundo.