Colombia: referéndum sobre el proceso de paz

Nada es imposible: “Nos estamos reconciliando con los miembros de una guerrilla. ¿Cómo no me voy a reconciliar también con Uribe?”, comentó el presidente de Colombia Juan Manuel Santos recientemente en un congreso en Madrid. A pesar de su tono jocoso, el público no pudo evitar recordar que el mayor problema del actual jefe de Estado en su campaña electoral está relacionado con Álvaro Uribe Vélez, su antecesor en el cargo (2002-2010) y exmentor político.

Uribe puede poner en peligro el proyecto con el que Santos pretende pasar a la historia: desde hace año y medio, el Gobierno se encuentra en negociaciones con las FARC para llegar a un acuerdo de paz. Las FARC han sembrado el terror en Colombia durante décadas, y 200.000 personas han muerto a causa del conflicto. Pocas son las personas que se oponen a las negociaciones con las FARC, pero una de ellas es Álvaro Uribe. Y el candidato a un puesto en el Congreso no pierde oportunidad alguna para decirlo abiertamente.

Las elecciones parlamentarias serán también un referéndum sobre el proceso de paz y las negociaciones. Si Santos consiguiera una mayoría absoluta en el Parlamento, su posición respecto a este tema se vería reforzada, y esto a su vez sería un punto de partida ideal para su siguiente proyecto: salir reelegido como jefe de Estado el próximo mayo.

Prueba para las elecciones presidenciales

Desde hace semanas, los expertos debaten sobre si las elecciones parlamentarias se pueden considerar una prueba de fuego para las elecciones de mayo. Para Alejandra Barrios, directora de la organización independiente Misión de Observación Electoral (MOE), no hay duda: “Los resultados afectarán definitivamente las elecciones electorales. Podrían esclarecer quién será el posible ganador”.

El efecto, no obstante, podría ser también el contrario, advierte el constitucionalista Juan Manuel Charry: “Las elecciones parlamentarias definen también de nuevo la lista de candidatos a la presidencia. Puede ser que los votantes cambien de parecer y emitan su voto por el candidato que mejores perspectivas tenga, en lugar de su favorito, que parece no tener posibilidad alguna”.

El analista Ancízar Marroquin por su parte, no cree que haya ninguna conexión: “Colombia ha evolucionado de una sociedad rural a una sociedad urbana. Esto implica que los ciudadanos son también más independientes de sus políticos”.

Favoritos a pesar de las críticas

En las encuestas, Santos y su partido encabezan la lista de favoritos con un 32 por ciento de los votos. Los partidos de la izquierda, que respaldan el acuerdo de paz, se llevan un 18 por ciento de los votos. Junto con los votos de muchos diputados conservadores que también son partidarios del acuerdo, esto superaría el 50 por ciento de los votos a favor del proyecto. En esta situación, el expresidente Uribe poco podría hacer por entorpecer el acuerdo. No obstante, su partido recientemente fundado Centro Democrático cuenta con un 23 por ciento de los votos, y se posiciona así como segundo poder político.

Pero Santos también ha tenido que escuchar muchas críticas en su primera legislatura: durante las protestas campesinas que mantuvieron el país paralizado durante días, reaccionó con fuerzas militares y mano dura. Los críticos acusaron al gobierno de no tener estrategia social alguna. Y tampoco la política de economía se impuso a gusto de todos. No hay duda de que gracias a ella se han dado avances importantes en Colombia: la pobreza disminuye, y el desempleo permanece en un 8,5 por ciento, con tendencia descendente. El centro privado de Investigación Económica y Social ha descubierto que, en Colombia, la pobreza va generalmente en descenso. El país pertenece a la Alianza del Pacífico, una unión que presenta una exitosa competencia a la ineficiente y a menudo estancada alianza Mercosur. Ahora se planea una serie de medidas de infraestructura para atraer a inversores extranjeros al país.

Elecciones bajo manipulación

A pesar de ello, siguen habiendo problemas que se deben resolver, y entre ellos, los más urgentes son el narcotráfico y la violencia. Esta última es un tema esencial en las próximas elecciones: Alejandra Barrios, de la MOE, cuenta con que en 260 comunidades los comicios se desarrollarán bajo la manipulación de grupos armados. Este problema afecta especialmente a regiones en el sureste del país. Y la Organización de Estados Americanos ya ha registrado 300 irregularidades electorales, entre ellas intención de influencia, corrupción, documentos falsos y compra de votos. Durante las elecciones habrá supervisión internacional.

Casi la mitad del electorado sigue sin decidirse por quién votar, según las últimas encuestas. Esto hace que la votación sea de vida o muerte, sobre todo para los partidos pequeños, ya que la nueva ley electoral ha subido el umbral electoral del 2 al 3 por ciento. Muchos grupos de movimientos sociales izquierdistas y minorías podrían quedarse atrás con este nuevo obstáculo.

Autor: Marc Koch / lab
Editor: Enrique López