Paz para Colombia
27 de enero de 2012“Colombia es una sociedad cada vez más militarizada y eso se traduce en una cultura en la que los conflictos se resuelven a través de la fuerza, estamos inmersos en formas de resolver los conflictos que nos llevan a una confrontación extrema. Somos una sociedad tan polarizada que hay que hacer un esfuerzo diario por desmontar la lógica de la guerra”, afirma la ex combatiente del M-19, María Eugenia Vázquez, que vivió desde pequeña los efectos de un conflicto que entre tanto ya alcanza casi seis décadas.
Colombia: "Veía cómo bajaban a los muertos"
“En mis vacaciones veía cómo bajaban a los muertos de la montaña”, dice, al evocar los recuerdos más remotos de su niñez. María Eugenia fue invitada, junto con otras mujeres de distintos países, a un taller internacional que analizó la participación de las mujeres en las negociaciones de paz después de conflictos violentos. El encuentro fue convocado por el Ministerio alemán para la Cooperación y el Desarrollo (BMZ) y la Asocación Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ).
María Eugenia Vázquez perteneció casi 20 años al movimiento insurgente colombiano conocido como “M19”. “Soy de una generación que en los años 70 no veía opciones para una inclusión en la democracia real y para una distribución de la riqueza. Las diferencias entre la riqueza y la pobreza eran tan abismales en Colombia que la vía armada parecía una opción para una transformación social en América Latina y el mundo”, recuerda.
Desde su desmovilización han transcurrido más de veinte años. La ex combatiente intercambió experiencias con otras mujeres de Asia, África y América Latina, participantes en el encuentro en Berlín, que también han vivido conflictos armados y han tomado parte en las negociaciones de paz y en el seguimiento de sus acuerdos.
Guatemala: "las causas siguen vigentes"
La activista guatemalteca, Manuela Alvarado López, representante de las mujeres en el Consejo Nacional para los acuerdos de paz en su país, expuso el caso guatemalteco y se lamenta que dichos acuerdos no fueron firmados con responsabilidad. “Realmente creo que fueron firmados para salir del conflicto armado; pero las causas de la guerra siguen vigentes y muchos de los compromisos no han sido cumplidos”, afirma.
La líder maya se muestra preocupada porque en el Gobierno pasan rápido las leyes que tienen que ver con privatizaciones, pero las que protegen a la tierra y a la naturaleza, hogar de comunidades indígenas, esas se quedan congeladas. “Por ejemplo, actualmente está en el Congreso de la República la iniciativa de Ley de Desarrollo Rural e Integral y no pasa, pero otras leyes que tienen que ver con la globalización económica, esas pasan inmediatamente”, asegura.
Manuela Alvarado afirma que las secuelas del largo conflicto en Guatemala siguen vigentes. “Lo que está todavía muy vivo es el silencio provocado por la intimidación y el terror durante el conflicto armado, pero seguimos aspirando a la paz, al bien común y a otro sistema de vida”, dice. La activista añade que como añadido al problema de la violencia ha llegado un nuevo mal a Guatemala, el narcotráfico, que ha logrado infiltrarse en las instancias del Estado. “Hay mucha ingobernabilidad e irrespeto a las instituciones del Estado, están muy debilitadas”, señala.
Instituciones debilitadas
Ante la situación cada vez más compleja, la activista guatemalteca exhorta a la solidaridad internacional, a una cooperación como la que hubo con su país en los años 80. ¿Cómo van a vivir aquí nuestros nietos y bisnietos, en un sistema que perpetúa a los que ostentan y acumulan bienes materiales y también a los desposeídos y a los excluídos?”.
Tanto María Eugenia Vázquez como Manuela Alvarado, coinciden en que las mujeres son las más afectadas por los conflictos armados. “Se ven afectadas mental y físicamente. Y a ello hay que sumarle el narcotráfico, el reclutamiento y la utilización de menores y mujeres como objetos sexuales, la esclavitud sexual y las enfermedades de transmisión sexual,” afirma María Eugenia.
Por una solución negociada al conflicto colombiano
La ex-combatiente colombiana apela a buscar un acuerdo que disminuya el efecto de la guerra en su país, que a diferencia de la situación que viven otros países, es el único que tiene un conflicto vigente.
“Colombia tiene una experiencia de negociaciones, aunque hayan sido parciales", dice. "Tenemos que volver a colocar en la agenda gubernamental la necesidad de buscar una solución negociada. No se puede pensar que la guerra se va a resolver con más guerra, con más control militar y con más armas. La sociedad civil y las mujeres dicen 'no más' a la guerra, necesitamos una sociedad civil que sepa resolver los conflictos de otra manera, necesitamos soluciones negociadas".
Autora: Eva Usi
Editora: Rosa Muñoz