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Colonia Dignidad y el desafío de la memoria

21 de febrero de 2018

Dedicada al turismo, la ex Colonia Dignidad presenta una construcción de su pasado parcial, contradictoria y engañosa. Investigación alemana aborda el complejo proceso que significará erigir allí un sitio de memoria.

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Villa Baviera (ehemals Colonia Dignidad)
Imagen: picture alliance / Peter Smolka

Uno de los desafíos que enfrenta la Comisión Mixta chileno-alemana, que se reunirá nuevamente en Santiago en abril, es encontrar un camino para transformar la ex Colonia Dignidad en un sitio de memoria. Entre las víctimas existe inquietud. En marzo hay cambio de gobierno en Chile y asumirá como ministro de justicia Hernán Larraín, quien fuera un reconocido defensor del enclave alemán.

Qué impulso le dará Larraín al trabajo de la comisión, está por verse. Mientras, en Alemania, Colonia Dignidad es tema de investigación desde distintos frentes. Tomke Blotevogel, de la Universidad de Constanza, acaba de regresar de Chile. La licenciada en estudios culturales había trabajado el tema de la memoria en relación con el nacionalsocialismo y ahora aborda el caso de Colonia Dignidad, como parte del seminario que realizó en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago. "Sin reconocer el pasado, es imposible construir memoria”, afirma en conversación con DW.

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Parte de su acercamiento fue una visita a la ex Colonia Dignidad, en el sur de Chile. Fundada en 1961 por el alemán Paul Schäfer, fue escenario de abuso de menores, trabajo esclavo, medicación forzada, tortura y desaparición de presos políticos. Hoy, bajo el nombre de Villa Baviera, está enfocada al turismo, con un restaurante y un hotel.

La mayoría de los visitantes son chilenos y llegan atraídos por las especialidades gastronómicas alemanas o a participar en excursiones. La historia parece más bien algo accesorio, que los residentes quisieran olvidar. Poco se dice del pasado oscuro, y la poca información tiende a dar una imagen sesgada. "Hasta ahora no hay un tratamiento autocrítico de la historia. La actual Villa Baviera presenta una construcción contradictoria y engañosa”, afirma Tomke Blotevogel.

En el pequeño museo, que podría ser un buen comienzo, "hay aspectos confusos y contradictorios sobre la historia y sólo referencias marginales a los crímenes allí ocurridos. Es muy sencillo, superficial y corre el riesgo de embellecer y trivializar el contenido. Si alguien no sabe nada sobre Colonia Dignidad, el museo no ayuda mucho”.

Verdad e imagen distorsionada

Tomke Blotevogel, de la Universidad de Constanza, ha estudiado el tema de la memoria cultural en relación con el nacionalsocialismo y ahora está trabajando sobre Colonia Dignidad.
Tomke Blotevogel, de la Universidad de Constanza, ha estudiado el tema de la memoria cultural en relación con el nacionalsocialismo y ahora está trabajando sobre Colonia Dignidad.Imagen: Tomke Blotevogel

Tomke Blotevogel llegó sola, como turista, y reconoce que pernoctar en la antigua Colonia Dignidad le hizo sentir extraña. El doloroso pasado y las décadas de crímenes cometidos impiden asociar el lugar con un centro recreativo. "Me sentí como en otro mundo, en una Alemania de los años 60. Las casas, los muebles, todo es muy rural, de otro tiempo. Así también es la gente, que en general es muy amable. La mayoría de los alemanes que todavía viven ahí son personas viejas, bastante cerradas. Los más jóvenes trabajan en el restaurante, el hotel o como guías”, indica.

Aunque el museo y avisos informativos de los edificios intentan dar una imagen más positiva del pasado, el encuentro directo con los colonos marca una diferencia. "Durante la visita guiada tuve la impresión de que las personas quieren contar su historia, la verdad. El guía, un alemán que nació en la colonia, habló muy libremente con nosotros, con una visión muy crítica de Paul Schäfer y contestó preguntas sobre el abuso y su niñez”, relata Tomke Blotevogel.

En el museo, en cambio, sólo hay una esquina con su sillón y una foto, y, hacia el final, artículos periodísticos sobre su detención y sobre la huida a Alemania del ex médico de la secta Hartmut Hopp. Aparte de eso, el ex brazo derecho de Schäfer sólo es mencionado en relación con el hospital y la ayuda dada a los vecinos chilenos, sin alusión a los abusos y torturas, ni a su complicidad en ellos.

En opinión de Tomke Blotevogel, otro ejemplo de imagen distorsionada es el libro que publicó Villa Baviera en 2011, con motivo de sus 50 años: "Es un libro ilustrado, con poemas y canciones, que glorifican la vida rural y la técnica agrícola, y da una imagen romántica de una comunidad alemana que vive en un lindo lugar en el campo. Hay unas páginas sobre su historia, pero está embellecida y no dice nada sobre los crímenes, excepto que hubo errores lamentables en el pasado, que ya han sido resueltos y corregidos”.

¿Turismo o memoria?

La actual Villa Baviera está más enfocada en el turismo que en recuperar su historia, afirma Tomke Blotevogel. El hotel y el restaurante les proporcionan los ingresos que necesitan los residentes, muchos ellos personas mayores enfermas, sin una renta ni ayuda del estado chileno ni del alemán. Sin embargo, es una situación insostenible: "Un sitio donde se cometieron crímenes no debe ser simplemente un lugar de turismo, donde la memoria de los crímenes casi no existe”.

Eingang Villa Baviera (ehemalige Colonia Dingidad).
La entrada de Colonia Dignidad, un asentamiento alemán en el sur de Chile, fundado por Paul Schäfer, que esclavizó a sus habitantes, abusó de menores y fue cómplice de crímenes de la dictadura militar.Imagen: Tomke Blotevogel

Aunque se han abierto archivos, no hay una comisión de expertos que trabaje profundamente estos documentos históricos. "Así va a pasar mucho tiempo hasta que haya un museo nuevo y un memorial que recuerde los crímenes”, dice Tomke Blotevogel.

En su opinión, es muy importante que los diferentes grupos de víctimas puedan hablar y encontrar juntos una forma de tratar los crímenes adecuadamente. En ese sentido, la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad ha asumido esta tarea organizando seminarios en que las víctimas intercambian opiniones y reciben la contribución de expertos chilenos y alemanes.

Poner todo eso en un museo significa un cambio profundo para la actual Villa Baviera. "Mientras en los monumentos en los lugares de los antiguos campos de concentración en Alemania no viven personas, en Colonia Dignidad todavía hay gente, familias con niños. Es necesario encontrar una solución para ellos. Otro desafío es que esa memoria es la responsabilidad de dos países, que deben trabajar juntos en una solución adecuada”, apunta.

La forma en que Alemania ha trabajado su memoria puede dar luz sobre esto. "Yo veo muchos paralelismos en la memoria cultural y cómo se recuerdan los crímenes en ambos países, el nacionalsocialismo y la dictadura militar. En Alemania, al principio también fue muy difícil hablar sobre los crímenes”, expresa Tomke Blotevogel. Los campos de concentración, lugares de tortura, violencia y muerte, se convirtieron en sitios de memoria donde jóvenes y adultos pueden aprender sobre la historia: "Cuentan con una gran oferta educativa, visitas guiadas, museos, centros de documentación, pero también son lugares para recordar y de lamento”.

Victoria Dannemann (ER)