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Comentario: Obligados a actuar

Friedrich Schmidt (JAG / ELM)26 de septiembre de 2014

¿Cómo puede evitarse que ciudadanos alemanes que quieran unirse a la milicia del EI viajen a Siria? ¿Cómo se deberían ser tratados cuando vuelven? El Estado debería actuar, opina Friedrich Schmidt.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Tanto en la legislación social como la ecológica, el Estado siempre actúa en base al principio de prevención. Pero para la seguridad interna, esto no siempre funciona. Así lo muestra el debate sobre el endurecimiento de las leyes contra el terror islamista, atizado por la última resolución de la ONU. Una norma que compromete a todos los países a evitar los movimientos de terroristas y grupos terroristas.

Más de 450 milicianos del EI en Alemania

Cada vez más simpatizantes de todo el mundo se unen al grupo terrorista Estado Islámico en Siria y en Irak, luchando al lado de los terroristas. Sólo en Alemania, más de 450 personas abandonaron el país con este objetivo, dijo el presidente de la Oficina Federal de Protección de la Constitución, Hans-Georg Maasen. Y muchas de estas personas vuelven. Según la Oficina Federal de Investigación Criminal, son unos 120. Las autoridades temen que vuelvan adoctrinados e instruidos en el manejo de armas y explosivos. Unas noticias que también convulsionan a la política, y por eso el gobierno discute cambios legales orientados a controlar el problema.

Una de las exigencias de los partidos conservadores CDU y CSU es la recuperar la condena a los apologistas del terrorismo. El párrafo sobre los “simpatizantes” fue creado en los 70 para los terroristas de la RAF, pero Los Verdes apoyaron su retirada en 2002. Con consecuencias paradójicas: los partidarios de Al Qaeda pueden ondear banderas de la organización terrorista ante la puerta de Brandemburgo y vitorear sus logros.

Recientemente, se llegó a una prohibición en base al derecho asociativo alemán, que únicamente afecta al caso del grupo terrorista Estado Islámico. Todos conocen la capacidad de atracción que pueden tener estos movimientos para la gente joven. ¿Por qué no detenerlos?

Muchas leyes aprendidas en la historia

Por esta razón, el gobierno discute como evitar la salida de personas violentas. No es tan fácil, puesto que la nacionalidad alemana y el derecho de libre tránsito no se pueden retirar injustificadamente, una enseñanza que se remonta a la dictadura nazi.

Por lo tanto, es necesario cambiar la ley. Al igual que la nacionalidad, el carné de identidad tampoco puede ser retirado si no se tiene otro pasaporte. El problema: muchos de los simpatizantes viajan a través de Turquía y Egipto a Siria e Irak y para estos países, bastaría con el carné de identidad.

Friedrich Schmidt, corresponsal político de DW.
Friedrich Schmidt, corresponsal político de DW.Imagen: DW/S. Eichberg

Marcar el carné de identidad

Actualmente, las autoridades migratorias pueden sellar una prohibición de transito en un carné de identidad. Pero eso no lo saben las autoridades de la frontera turca y por eso, ahora se está probando si se podrían marcar los carnés de una forma visible para todos. ¿Sería una opción?

Pensar en marcas de identificación despierta recuerdos incómodos de una oscura época de Alemania, cuando los judíos llevaban el pasaporte marcado con una gran “J”. Por otra parte, tales comparaciones no serían correctas En aquel momento, un régimen criminal quería aislar, discriminar y humillar a los judíos. Hoy, se trata del gobierno de un estado de derecho que busca la forma de proteger a sus ciudadanos y sería plausible que esta fórmula funcionase. Aunque no sea el gran remedio, no deberíamos engañarnos. Y la política tampoco debería desviar la mirada ante los peligros reales.

Leyes que no solucionan el problema

El problema básico no es, como otras veces, la falta de leyes. Para los investigadores, es difícil llegar a la información y a veces llegan tarde. La radicalización se lleva a cabo normalmente en silencio y cuando un agente repara en radicales, frecuentemente ya salieron del país.

Por eso, la regla dice que únicamente la ley no evitará que simpatizantes de la violencia se unan a un grupo terrorista. El reto real para nuestra sociedad es la respuesta a la pregunta de cómo prevenir que los jóvenes caigan en las manos de estos embaucadores y los sigan. Así que también para la seguridad interna debería regir el principio de prevención, porque cada oportunidad pérdida podría tener consecuencias terribles.