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Comienza la era Klinsmann en el Bayern Múnich

30 de junio de 2008
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Las expectativas son más que grandes, más bien enormes. El Bayern Múnich espera nada menos que una revolución. A partir de hoy comenzó en el campeón alemán una nueva era, la de Jürgen Klinsmann.

No sólo como entrenador, sino como hombre que viene a cambiar todo y del que los responsables del club más exitoso del fútbol alemán esperan que los devuelva a la cúspide del fútbol europeo.

"El hombre que logró levantar a la selección nacional cuando estaba por el suelo (en 2004) es el hombre indicado para trabajar con el plantel del Bayern Múnich", sentenció el director deportivo del club, Uli Hoeness.

Sin embargo, hoy, en el primer día de entrenamientos en el remodelado campo de prácticas en Múnich, hubo casi más miembros del cuerpo técnico que jugadores.

Doce jugadores, la mayoría de ellos suplentes la temporada pasada, se dieron cita para conocer los nuevos métodos de trabajo, la nueva filosofía delineada por un equipo de diez expertos que acompañan a Klinsmann en la aventura.

No asistieron los internacionales que participaron en la Eurocopa -alemanes, italianos, franceses, turcos- ni tampoco el brasileño Lucio y el argentino Martín Demichelis, autorizados a prolongar sus vacaciones por haber jugado las eliminatorias sudamericanas al

Mundial de Sudáfrica 2010.

En el cuerpo técnico que organizó Klinsmann en el último medio año, cuando fue escogido para suceder como entrenador a Ottmar Hitzfeld, figuran algunos que hasta entonces no conocía la Bundesliga.

Como su primer asistente, el mexicano Martín Vásquez, o el brasileño Marcel Martins, preparador físico, el canadiense Darcy Norman, que se dedicará a la rehabilitación de los lesionados y el estadounidense Nick Theslof, asistente y scout.

"Los entrenadores tenemos un nerviosismo sano por empezar a trabajar con el plantel", dijo el ex delantero internacional alemán que hizo una meteórica carrera como entrenador: de la nada, de su exilio voluntario en California al que se había marchado al terminar su trayectoria como jugador, fue convocado para dirigir a la selección alemana en 2004, a pesar de su falta de experiencia.

Encaró el trabajo de cara al Mundial casero de 2006, donde el sueño de salir campeón se truncó y sólo quedó el consuelo de salir tercero.

Ahora vuelve al fútbol alemán y encontró en el Bayern Múnich, club para el que jugó entre 1995 y 1997, condiciones de trabajo que él mismo considera únicas: "Esto es excepcional, son condiciones que no tiene ni un Real Madrid ni tampoco el Barcelona", dijo en una entrevista divulgada hoy por el portal del club.

"Vamos a generar un campo energético que a los jugadores les hará mucha gracia", delineó como una de sus aristas de trabajo. Sabe que las expectativas son grandes. Descontado que seguirá siendo el protagonista indiscutible en la Bundesliga, sin rival a la vista, el Bayern Múnich tiene como objetivo primordial el de volver al primer plano del fútbol europeo, es decir ganar la Champions League, algo que logró por última vez en 2001.

"No sé que es lo que va a cambiar, pero estoy convencido de que introducirá una nueva cultura en el fútbol alemán. Es el hombre indicado", son las alabanzas anticipadas que emanan de la voz del presidente del club, Karl-Heinz Rummenigge.

Después de ganar el doblete, liga y copa la temporada pasada, el plantel no tiene grandes refuerzos. Llegará el centrocampista Tim Borowski, del Bremen, y el vacío que dejó Oliver Kahn en la portería con su retiro del fútbol lo ocupoará su suplente, Michael Rensing.

Pero no se descarta que el Múnich revolucione el mercado en los próximos días. Si logra concretar sus planes y termina por fichar a Alexandr Hleb del Arsenal inglés, y a Mario Gómez, del Stuttgart, hay dos jugadores que harían sus maletas: Bastian Schweinsteiger y Lukas Podolksi. (dpa)