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El lado oscuro de la energía solar

Rayn Breuer/ Cristina Papaleo27 de julio de 2012

Se acabaron los buenos tiempos de la industria solar europea, que teme por su presencia en el mercado porque sufre las desventajas de la competencia china. Pero ahora, empresas alemanas presentaron demanda ante la UE.

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Imagen: picture-alliance/dpa


Hace pocos años atrás, las fábricas alemanas de módulos solares celebraban éxitos en el mercado, pero ahora tiemblan por su futuro debido a la concurrencia que representan los productos de bajo precio made in China. Q-Cells, Sovelo, Solon y First Solar: la lista de los fabricantes alemanes de módulos solares que cayeron en la insolvencia en los últimos meses es larga. Y para parar la mala racha que está sufriendo esa industria, cerca de veinte empresas alemanas presentaron una demanda ante la Comisión Europea para poner fin a la supremacía de los productos chinos.

“La competencia está totalmente deformada. Los chinos ofrecen cantidades de módulos solares a precios tan bajos que ya es muy difícil que los fabricantes europeos puedan negociar precios justos”, dice Milan Nitschke, de Solarworld, un grupo empresario de la industria de la energía solar, y vocero de la iniciativa EU ProSun, que es la que ha presentado querella. Pero el sector solar reaccionó con escepticismo ante esa medida, y los expertos tampoco creen que la solución sea exigir aranceles aduaneros.

El sol debería brillar para todos

“La competencia es buena, pero debe realizarse bajo condiciones justas, y éstas no existen actualmente”, señala Claudia Kemfert, del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW). La experta piensa que la demanda presentada está justificada, ya que se estima que un 80 por ciento de los módulos solares que se usan en Alemania son de procedencia china. La industria solar alemana se enfrenta con un exceso de producción, con la presión de la competencia por bajar los precios y, además, con la disminución de las subvenciones por parte del Gobierno alemán.

Claudia Kemfert, del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW).
Claudia Kemfert, del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW).Imagen: DW

Sin embargo, la demanda presentada por EU ProSun es injustificada, según opinan otros expertos. “Es correcto que se hayan vendido módulos por debajo del precio de producción, pero no es en absoluto cierto que haya habido un dumping de precios para dañar a los fabricantes alemanes”, subraya Eicke Weber, del Instituto Fraunhofer de Sistemas de Energía Solar. “Lo que pasa es que contamos con una sobreproducción en todo el mundo y las empresas en dificultades financieras están dispuestas a vender sus módulos a pesar de que su fabricación haya sido más cara que el precio que paga el mercado.”

La otra cara del problema es que muchos materiales esenciales para fabricar módulos solares en China se producen en Alemania, como por ejemplo el polisilicio, un compuesto químico que se usa para la manufactura de circuitos integrados. Pero también maquinaria y cristales especiales de manufactura alemana son importados por los chinos. Se calcula que un 60 por ciento del valor agregado de los módulos chinos proviene de Alemania. “Es por eso que las diferencias de opinión sobre una competencia justa se debería acompañar de un diálogo político”, propone un comunicado de prensa de la compañía alemana Wacker Chemie AG, productora de polisilicio.

Protestas contra la reducción de subvenciones a la industria solar.
Protestas contra la reducción de subvenciones a la industria solar.Imagen: picture-alliance/ZB

La empresa china Suntech, con filial en Alemania, se defiende de las acusaciones y considera que no se han quebrantado las leyes de comercio internacional. “Es imprescindible que haya libertad de mercado a fin de hacer que la energía solar sea accesible al público”, dijo Björn Emde, vocero de la compañía. Lo que está en peligro no es el liderazgo tecnológico, sino la producción en masa, y en eso vemos paralelos con la fabricación de computadoras y teléfonos móviles. También en ese sector hay una tendencia a que la producción se desplace a países en los que se abaratan los costos”, explica.


Sentido y sinsentido de aranceles aduaneros

La introducción de aranceles anti-dumping es un arma de doble filo, dice Claudia Kemfert, y no es recomendable para un país netamente exportador como Alemania. La Unión Europea estudiará la demanda, y, de ser pertinente, se podrían imponer derechos de aduana ya en el 2013. Pero la industria solar alemana se ve ante otro tipo de problemas. “Los alemanes poseen instalaciones antiguas y pequeñas. La producción total para Europa llega a dos gigavatios por año. Los chinos, en cambio, cuentan con fábricas que producen, cada una, anualmente un gigavatio”, explica Eicke Weber. “Algunas instalaciones solares de Alemania no están en condiciones de producir a los precios de mercado actuales”, dice el experto. Por eso, en su opinión, la demanda judicial es el camino adecuado, pero no el hecho de exigir aranceles a la importación, y añade que “los fabricantes de módulos solares alemanes deberían intentar obtener créditos a bajo interés como lo hacen los chinos”.

Celdas solares de la emrpesa alemana Q-Cell, que se declaró insolvente.
Celdas solares de la emrpesa alemana Q-Cell, que se declaró insolvente.Imagen: AP

Autora: Rayna Breuer/ Cristina Papaleo

Editor: Enrique López