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Comunidad de naciones debe negar reconocimiento a déspota Mugabe

DW-WORLD24 de junio de 2008

La grave crisis que sufre Zimbabwe, producto de la dictadura de Robert Mugabe, y la persecución, cada vez más visceral de la oposición política, es también hoy uno de los temas centrales de los columnistas europeos.

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Mugabe desestabiliza la región. Disturbios en Suráfrica por desplazados de Zimbabwe.Imagen: AP

El diario británico The Times, escribe: “Robert Mugabe ha logrado su objetivo. Ahora Mugabe puede caer como resultado de un levantamiento popular, una bancarrota económica o una intervención extranjera. Tan pronto como los seguidores del déspota se den cuenta que su fin se acerca, y con él el suyo propio, se volverán contra el déspota.

Y el fin del dictador debe ser inducido lo más pronto posible. A Gran Bretaña no le interesan ahora las intervenciones militares, pero tampoco es que se puedan descartar. El mundo no puede ignorar inerme el caos mortal del déspota en Zimbawe.

Represión, exterminio de propiedades y desplazamiento en Zimbabwe desestabiliza región

El periódico francés La Choix, de París, recuerda: “Mugabe está dispuesto a todo para mantenerse en el poder que ostenta desde 1980 y del que él dice que le fue concedido por Dios. El presidente de Zimbabwe se ha ido refugiando en un solitario e ilusorio mundo de gobernante absolutista.

La expropiación de los cultivadores blancos llevó a Zimbabwe a una crisis económica sin precedentes en su historia. Muchos de los inmigrantes tuvieron que huir al extranjero. Todo este es un proceso que desestabiliza la región, como lo demuestran las recientes agresiones xenófobas en las barriadas de África del Sur.

No reconocer a Mugabe es la señal correcta

El rotativo alemán Frankfurter Rundschau, de Frankfurt del Meno, afirma: “Al fin de todas lo que ayuda es una ‘acción concertada’ para retirarle a Mugabe el reconocimiento como presidente.

De Bruselas llega la señal correcta. Una mera proclamación de Mugabe como nuevo (viejo) presidente de Zimbabwe, sin participación de la oposición en la segunda ronda de elecciones, será declarada como inválida por la Unión Europea.

Una posición similar de la Unión Europea y otros Estados podría presionar la composición de un gobierno de transición – sin Mugabe, y si es necesario, también sin Tsvangirai (el líder opositor). La comunidad internacional de naciones tiene que ocuparse del reto que representa el problema Zimbabwe.