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Con la vista puesta más allá de la violencia

19 de julio de 2002

Egipto, Arabia Saudita y Jordania se incorporaron en Washington a las gestiones para superar el conflicto del Medio Oriente. Y la meta ya parece definida: la instauración de un Estado palestino en un plazo de tres años.

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El príncipe Saud el Faisal criticó duramente a Sharon en Washington.Imagen: AP

La comunidad internacional se muestra cada vez más resuelta a desactivar la bomba de tiempo del Medio Oriente. El tiempo apremia, como quedó de manifiesto con los últimos ataques terroristas palestinos. Resulta ya evidente que las operaciones militares y las represalias israelíes no son un instrumento efectivo para acabar con la violencia, aunque el gobierno del primer ministro Ariel Sharon se niegue a admitirlo. De seguro, tampoco su nueva política de detener a familiares de los autores de atentados dará otro resultado que el de encender aún más los ánimos. Esto, aparte de la dudosa legitimidad de la medida, que por lo visto aplica el anacrónico concepto de la culpa colectiva.

La voz de los árabes

En medio de este panorama nada alentador, por lo menos resulta positivo el hecho de que los ministros de Relaciones Exteriores de Egipto, Arabia Saudita y Jordania se hayan sumado formalmente a las gestiones de paz, y se hayan entrevistado con el presidente estadounidense, George Bush. Con ello se mitigan los temores palestinos de quedar al margen y de que se tracen las coordenadas de su futuro, sin que ninguno de los interlocutores represente sus intereses.

El jefe de la diplomacia de Riad, príncipe Saud el Faisal, aprovechó la ocasión para exponer lo que muchos árabes piensan: que el gran obstáculo para un entendimiento es el jefe de gobierno israelí. "Si dejan el asunto en manos de Sharon, sólo conducirá al Medio Oriente al conflicto y a la tragedia", afirmó el ministro saudí, agregando que sería más optimista en cuanto a las perspectivas de paz si el político conservador no estuviera al mando en Israel. Sus palabras suenan polémicas en Occidente. Pero en los países árabes no lo han sido menos las demandas estadounidenses de reemplazar a Yasser Arafat en la cúpula palestina.

Reformas viables

Afortunadamente, todos parecen haber comprendido que el tema de momento no conduce a ninguna parte. Por eso se ha preferido abrir un paréntesis al respecto, y concentrar la atención en puntos que sí pueden arrojar resultados positivos. Por ejemplo, el de las reformas de las instituciones palestinas y la reestructuración de sus fuerzas de seguridad. El ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Marwan Muasher, anunció desde ya que su país está dispuesto a colaborar en la capacitación de los uniformados palestinos. También Estados Unidos emprenderá en breve conversaciones al respecto en la región.

Es al menos una punta por la que empezar a desenredar esta madeja explosiva, que ya tantas vidas ha costado. Y es de esperar que esta vez los extremistas no consigan cortar el hilo.