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Concluida la crisis de gobierno en Alemania

Fabian von der Mark
3 de julio de 2018

Tras semanas de enfrentamiento con sus socios de coalición, Merkel resolvió aparentemente la disputa sobre política de asilo con su ministro del Interior, Horst Seehofer. Fabian von der Mark informa desde Berlín.

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Merkel y su ministro del Interior, el bávaro Seehofer
Merkel y su ministro del Interior, el bávaro SeehoferImagen: picture alliance/dpa/K. Nietfeld

Juntos ante la prensa no han comparecido. Angela Merkel y su ministro del Interior, Horst Seehofer, anunciaron, por separado, el acuerdo alcanzado en su amarga disputa respecto a la política de asilo. Seehofer presentó ante el cuartel general de la CDU el acuerdo como un éxito propio: "Una vez más se ha demostrado que vale la pena luchar por las convicciones". Angela Merkel dice desde dentro del edificio que está "muy feliz de que hayamos llegado a un compromiso".

El compromiso consta de tres puntos "para un mejor orden, control y prevención de los movimientos migratorios secundarios", el documento afirma:

  1. CDU y CSU quieren "impedir la entrada" a los solicitantes de asilo para cuyos procedimientos "sean competentes otros países de la UE".
  2. Se deben instalar "centros de tránsito" en la frontera desde la que sean rechazados los solicitantes de asilo.
  3. Si no hay acuerdo para las devoluciones con algún país, se llevará a cabo en la frontera austríaca, "sobre la base de un acuerdo" con Austria.

A primera vista, parece que la canciller federal ha cedido, ya que luchó con vehemencia contra el rechazo de los refugiados en las fronteras alemanas. Y ahora, sin embargo, el acuerdo habla repetidamente de rechazos. Merkel enfatiza que si bien estas son medidas "nacionales, internas", el "espíritu de colaboración en la UE" sigue vigente. Merkel no quería actuar de espaldas a los otros países de la Unión Europea.

Lo que es nuevo en el acuerdo es el establecimiento de centros de tránsito. La propuesta ha sido largamente discutida en Alemania. Serían "zonas neutrales" similares a los aeropuertos, en las que se verificará rápidamente si un solicitante tiene derecho a pedir asilo en Alemania. Y se comprobará si lo ha hecho ya en otro país, en cuyo caso será reenviado a ese otro país.

Para Horst Seehofer, el acuerdo con Merkel fue un salvavidas de último momento. En una dramática reunión de su partido (CSU) había ofrecido su renuncia el día anterior. Consideraba que los resultados de la cumbre de la UE en Bruselas habían sido insuficientes. Después de que Merkel rechazara sus planes de rechazar a los refugiados, Seehofer había amenazado con actuar en solitario, dejando a la canciller la única opción de destituirlo como ministro del Interior.

Berlin Asylstreit - CDU/CSU-Beratungen Seehofer Ergebnisse Statement
Imagen: picture-alliance/dpa/K. Nietfeld

El lunes por la noche quedó claro para Horst Seehofer que puede seguir en el cargo, porque después de intensas negociaciones se ha encontrado un "acuerdo muy, muy duradero". Antes de la reunión, no necesariamente se vislumbraba un acuerdo. En una entrevista previa con el periódico 'Süddeutsche Zeitung', Seehofer había declarado: "No dejaré que me destituya una canciller que es canciller solo gracias a mí".

Ahora se han puesto de acuerdo en cómo prevenir la inmigración ilegal en Alemania. Lo acordado en el pacto fue resumido por los secretarios generales de ambos partidos durante la noche: Annegret Kramp-Karrenbauer dijo que la clave había estado en el "plan maestro" inicial de Seehofer. Y el secretario general de la CSU, Blume, habló incluso de un "giro" en la política de asilo y de una "piedra angular para la reorganización de la política migratoria".

No está todavía claro cómo reaccionarán los socialdemocrátas del SPD al nuevo entendimiento entre la CDU y la CSU. El tercer partido en la coalición de gobierno rechazó las llamadas zonas de tránsito en 2015 como algo inhumano. El entonces líder del partido, Sigmar Gabriel, resumió su postura en noviembre de ese año: "ni prisiones ni vallas".

Para los conservadores de la gran coalición, el acuerdo supone un final, al menos temporal, para una fase crítica. Durante semanas pareció que el partido hermano bávaro, la CSU, podía poner en peligro al gobierno en Alemania, forzar la caída de Angela Merkel e imposibilitar un acuerdo sobre la política de asilo europea. Esa es otra razón por la que la canciller alaba el compromiso alcanzado "tras una dura lucha y unos días difíciles".

Fabian von der Mark (lgc/jov)

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