Consejo de Derechos Humanos: entre democracias y dictaduras
9 de mayo de 2006
Este 9 de mayo de 2006 fue un día decisivo para las víctimas de abusos contra sus derechos civiles, políticos, sociales y económicos. La elección de los 47 miembros directivos del Consejo trajo algunas sorpresas.
Alemania logró su elección holgadamente con 154 votos a su favor. La mayor obtenida por un país occidental, seguido de Francia que obtuvo 150. A éstos le siguieron Gran Bretaña con 148 y Suiza con 140, entre otros. Portugal y Grecia, a pesar de haber logrado 122 y 117 no podrán trabajar en el gremio directivo del Consejo de Derechos Humanos que se constituirá este 16 de junio.
En América Latina, México obtuvo uno de los 8 cupos para la región en el nuevo Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas al conseguir 154 votos en la Asamblea General. Junto con México fueron elegidos por el grupo de América Latina y el Caribe, Brasil con 165 votos, Argentina con 158, Perú con 145, Guatemala con 142, Uruguay con 141, Cuba con 135 y Ecuador con 118 votos.
Limitada libertad de prensa en Venezuela
En el camino se quedaron Nicaragua y, para sorpresa de algunos, también Venezuela. Caracas, a pesar de la agresiva política de Chávez y sus petrodólares, no obtuvo más votos que sus colegas en la región para quedarse con uno de los 8 asientos en juego.
En el grupo de los asiáticos, China alcanzó 146 votos a favor y Arabia Saudita 126. Interesante es que ni Irak ni Irán obtuvieron la votación necesaria de la comunidad internacional.
Aunque es de destacar que 58 países ven con buenos ojos que Teherán sea juez y fiscal de los Derechos Humanos en el mundo. Un papel que Cuba no tiene reparo en ejercer. Al lado de Rusia, por lo demás, que con 137 puede seguir negando la existencia de la represión contra el pueblo checheno.
Lucha de intereses propios
Según el presidente de la aún vigente Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el peruano Manuel Rodríguez Cuadros, en entrevista con DW-WORLD.DE, hay tres razones para la cancelación de la Comisión tras 60 años de trabajo.
A juicio Manuel Rodríguez Cuadros, la Comisión, en los años de la aprobación de resoluciones por países "se politizó excesivamente". Se introdujeron instrumentos de selectividad y doble estándard convirtiéndola en instrumento de políticas exteriores hasta deslegitimarla.
Al mismo tiempo, se había llegado a la convicción de que la Comisión adquiriera mayores poderes y jerarquía. En tercer lugar, "existe la voluntad política generalizada de que los DD.HH. sean hoy más y mejor monitoreados por la ONU y sus instrumentos cuenten con más legitimidad y objetividad", concluye Rodríguez Cuadros.
¿Y los Estados Unidos?
La eliminación de la Comisión fue promovida con especial ahínco por los Estados Unidos. Washington no quería seguir soportando ver que Estados como China o Zimbabwe, que merecen ser castigados por sus violaciones de los Derechos Humanos permanecían sentados en la mesa decisiones en Ginebra, impidiendo toda amonestación.
Independientemente o no de la existencia de Guantánamo y las probadas violaciones contra reclusos árabes en Irak, Sean McCormack, vocero de la secretaría de Exteriores de EE.UU., ya había anunciado que Washington no presentaría su candidatura a la directiva del nuevo Consejo, lo que no quiere decir que "nos vayamos a quedar con los brazos cruzados".