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Constitución Europea puesta a prueba

José Ospina Valencia24 de julio de 2004

De los 25 miembros de la UE diez someterán a referendo la Constitución Europea. La democracia vía referendo no es tan fácil como parece. En Alemania algunos quieren, pero no todos se atreven. ¿Con razón?

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Hans-Juergen Papier, al fondo, presidente de la Corte Constitucional Alemana.Imagen: AP

Nadie ha dicho que la democracia sea fácil. La participación directa sobre temas o cuestiones que atañen a la sociedad es loable, pero también un fácil instrumento de populismo. Alemania no practica a nivel nacional la consulta ciudadana, como lo hace Suiza en donde se llevan a cabo referendos hasta para la construcción de un acueducto.

La Unión Europea, como organismo político, no prevé tampoco la votación directa y temática. Su desarrollo ha sido apoyado en la ratificación parlamentaria. Algunos Estados miembros empero, la practican y, por ahora, 10 de ellos planean preguntar a sus ciudadanos si la recientemente aprobada Constitución Europea es o no viable. Someter a la aprobación pública todos los actos de la Unión Europea paralizaría esta compleja institución que consta de 25 países y sus más diversas poblaciones.

Gran malentendido

La Carta Magna europea es empero un acto político único que atañe a todos y cada uno de sus más de 300 millones de habitantes. La Constitución en debate intenta adaptar la administración a la última gran ampliación de la UE. Y éste es, precisamente, el objetivo que no han entendido muchos de los que anuncian aprovechar la oportunidad para votar en contra de la Unión Europea.

EU Verfassung
El francés Valéry Giscard d'Estaing, expresidente del Convento y uno de los padres de la Constitución Europea.Imagen: AP

España, Francia, Inglaterra, Portugal, Dinamarca, Irlanda, Bélgica, Holanda, Luxemburgo y Polonia han anunciado sendos referendos. ¿Cuándo tendrán lugar? Aún no se sabe con certitud. Los correspondientes Gobiernos quieren saber qué deciden sus homólogos en otros países. Cuestión de táctica. Y, sobre todo, cuáles son los resultados de su consulta. Cuestión de instrumentalización.


Juegos de táctica aquí y allá

Un rechazo a la Constitución Europea en Francia, por ejemplo, tendría serias consecuencias en otros países. Asuntos internos juegan un papel decisivo, como en el caso del anunciado referéndum en la República Checa que, tras la renuncia de su primer ministro Vladimir Spidla está en veremos. En Polonia el gobierno juega con el tiempo. El primer ministro Marek Belka logró, por ahora, “calmar los ánimos” de la furiosa oposición contra la Constitución Europea con el anuncio de una consulta popular. Belka tiene la pelota reservada para el próximo gobierno que será el que, en 2005, decida si se atreve o no a preguntarle a los polacos si les gusta o no la Carta Magna en cuestión. Mientras Polonia se decide, en Italia crecen las probabilidades de su realización. Los países bálticos se han expresado, igualmente, a favor de una pronta decisión.


Finalmente hay, al lado de Alemania, una serie de países en donde, lo más probable es que no se le pregunte a los ciudadanos si están de acuerdo o no con el texto de la nueva Ley Fundamental. En Suecia, por ejemplo, aún se debate sobre pros y contras. En Chipre y Malta, observadores descartan un referendo, pues no están contemplados en sus constituciones nacionales. Éste es también el caso de Alemania, hasta ahora.

EU-Regierungskonferenz in Rom
"La familia europea de los 25" de visita en Roma.Imagen: AP

“Presa y fácil garrote de populistas”

En el último periodo legislativo fracasó un proyecto de ley por la negativa de la oposición cristiano-demócrata. “En referendos nacionales existe el riesgo de que temas complejos sean reducidos a un sí y un no”, advirtió el presidente de la Corte Constitucional Alemana, Hans-Jürgen Papier. Quien teme que “populistas y extremistas se aprovechen de las crisis de los sistemas políticos”.

“El Gobierno de coalición rojiverde emprenderá, sin embargo, un nuevo intento de plasmar en la Constitución alemana las figuras del plebiscito, así como de las iniciativas y peticiones populares”, expresó el parlamentario socialdemócrata, Wilhelm Schmidt. En una cosa si están de acuerdo Gobierno y coalición: en Alemania no habrá referéndum sobre la Constitución Europea.