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Secretismo en las conversaciones Cuba - EE.UU

Amir Valle (ER)19 de enero de 2015

¿Llegarán al pueblo los beneficios de la nueva era entre La Habana y Washington? El tema causa polémica entre el gobierno de Raúl Castro, los opositores cubanos y los partidarios y enemigos de la política de Obama.

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Imagen: Joe Raedle/Getty Images

La subsecretaria del Departamento de Estado Roberta Jacobson llega con ventaja a la primera ronda de conversación en La Habana: desde el viernes 16 de enero Obama eliminó un grupo de importantes restricciones para las finanzas, el comercio y el turismo, entre las que destacan, por su inmediato impacto en el mejoramiento de la vida de la población, la posibilidad de que instituciones financieras norteamericanas puedan abrir cuentas en bancos cubanos, que en la isla se puedan pagar con tarjetasestadounidenses de crédito y débito, y la subida del monto de las remesas familiares de 2000 a 8000 dólares anuales.

"Ahora le toca al gobierno anunciar medidas para que eso se traduzca en mejoras para la población cubana y aumentar su poder adquisitivo", dijo el economista Omar Everleny, del oficialista Centro Cubano de Estudios Económicos. Pero el gobierno de Raúl Castro ni siquiera reconoce la seriedad de Obama en el cumplimiento de su palabra: la prensa cubana sigue anunciando todo como otra victoria contra el enemigo histórico de la Revolución y la más importante vocero del gobierno, la periodista Rosa Mirial Elizalde, afirmó que la guerra no ha terminado porque Estados Unidos “se ha calzado guantes de seda, pero la sentencia de muerte a la Isla la mantiene en pie”.

Reacciones del mundo económico

El universo económico y comercial comienza a reaccionar: la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker, anuncia una próxima visita a Cuba, la aerolínea United Airlines anuncia vuelos desde Houston y Newark; y la Asociación de Empresarios Españoles en Cuba y empresas de países europeos, latinoamericanos, Rusia y China han realizado ya reuniones para adaptarse a esta nueva coyuntura, especialmente los hoteleros y los cubanos dueños de pequeños restaurantes o casas de alojamientos, por el casi seguro arribo a la isla de hasta 3 millones de turistas estadounidenses, tantos como el total que Cuba recibió en 2014.

Aunque algo esperanzado, el cubano de a pie desconfía: “ninguno de los apoyos internacionales que en materia económica ha recibido el gobierno ha traído beneficios reales al pueblo; sólo han servido para que la dictadura se consolide”, ha dicho desde La Habana el reconocido escritor cubano Ángel Santiesteban, actualmente en prisión por sus ideas políticas.

Secretismo compartido

El secretismo de ambos gobiernos es lo más criticado: este fin de semana, sorpresivamente, viajó a la isla una delegación de senadores demócratas encabezados por Patrick Leahy y sólo se han develado los temas generales de este primer encuentro: el 21 de enero, conversaciones migratorias y el 22 de enero, principios y pasos para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de Embajadas en ambos países, así como otros asuntos bilaterales en temas de interés mutuo.

El senador estadounidense Patrick Leahy, de visita en Cuba.
El senador estadounidense Patrick Leahy, de visita en Cuba.Imagen: Reuters

De interés mutuo son asuntos de eterna discordia como la eliminación de la Ley de Ajuste Cubano, la devolución a Cuba del territorio de la Base Naval de Guantánamo, el intercambio de prófugos norteamericanos a quienes Cuba concedió refugio y de cubanos que estafaron al Medicare norteamericano y regresaron con millones de dólares a la isla, el financiamiento del movimiento opositor cubano por instituciones norteamericanas como la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID), o las indemnizaciones a empresas intervenidas por Fidel Castro al inicio de la Revolución, en un monto que podría sobrepasar los 7 mil millones de dólares.

La agenda de Jacobson incluye solamente un desayuno de cortesía con líderes de la oposición, el día 23 de enero y por ello, desde La Habana, más de 200 intelectuales y otros líderes de la oposición reunidos en el Foro por los Derechos y Libertades manifestaron su inconformidad con el hecho de que sus criterios no hayan sido tenidos en cuenta en esta nueva era de negociaciones. “Nos encontramos frente a dos opciones. Primera, aceptar la mutación del régimen a un capitalismo autoritario, donde el cubano tendrá que conformarse con pequeñas dádivas, mientras los herederos del castrismo disponen de nuestros derechos y riquezas. Segunda, exigir cambios concretos y medibles que conduzcan al establecimiento de una verdadera democracia”, aseguran los firmantes.