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Coronavirus: desmontando argumentos de los antivacunas

Camilo Toledo-Leyva
13 de octubre de 2021

Al igual que en Europa, los antivacunas en América Latina están llegando a límites insospechados. En Guatemala, por ejemplo, retuvieron a enfermeras y destruyeron vacunas. El Dr. Felix Drexler responde a sus argumentos.

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Protesta de los antivacunas a finales de agosto en Bogotá, Colombia.
Protesta de los antivacunas a finales de agosto en Bogotá, Colombia. Imagen: Raul Arboleda/AFP/Getty Images

A pesar de que la vacunación avanza en América Latina, los movimientos antivacunas se están convirtiendo en un dolor de cabeza para los gobiernos de la región. Hace una semana, dos brigadas de vacunación móviles en Guatemala fueron retenidas durante siete horas. Unas 500 personas bloquearon una carretera y destrozaron los autos en los que se trasladaba el personal médico, y destruyeron unas 50 dosis de vacunas.

En Colombia, por otro lado, se realizan marchas antivacunas que con una serie de cuestionables argumentos invitan a la gente a no inmunizarse contra el SARS-CoV-2. Pero en general, las redes sociales se han llenado de informaciones falsas sobre las vacunas durante los últimos meses. En esta oportunidad, el doctor Felix Drexler, del Instituto de Virología de la Clínica Charité de Berlín, responde a los argumentos más comunes de los antivacunas:

"No confío en la seguridad de las vacunas porque siguen siendo experimentales”

Felix Drexler: no son experimentales, son licenciadas. Han sido desarrolladas en un proceso de distintas fases y de validación a una velocidad que jamás habíamos tenido. Es verdad que no podemos saber si tendrá efectos secundarios no deseados en las siguientes décadas, porque son vacunas nuevas. Sin embargo, los efectos secundarios entre los más de 6.000 millones de personas vacunadas en el planeta son mínimos. Sabemos que existe, por ejemplo, un riesgo mínimo de trombosis con la vacuna vectorizada de AstraZeneca o de miocarditis con BioNTech/Pfizer y Moderna. Debido a que todo está siendo un proceso muy transparente, todo indica que no hay un riesgo de efectos secundarios a largo plazo.

El virólogo alemán Felix Drexler.
El virólogo alemán Felix Drexler.Imagen: Jan Felix Drexler

"Prefiero esperar a que se desarrolle una vacuna que proteja contra las variantes actuales”

Entiendo el argumento, pero me parece un riesgo muy grande, porque no sabemos cuándo las farmacéuticas terminarán de desarrollar esas vacunas, quizás en dos o tres años. Hasta ahora, las vacunas existentes están protegiendo contra las variantes. Es cierto que la protección, por ejemplo, contra la variante Delta o Beta es un poco reducida. Sin embargo, todas las vacunas que están licenciadas protegen bien contra la enfermedad severa. Mientras espera una nueva generación de vacunas, es muy seguro que se va a contagiar.

"Tengo que evaluar los beneficios y los riesgos antes de decidirme”

Claro que tiene que evaluar su decisión. Es fácil acceder a los datos a nivel mundial. Toda la comunidad médica, científica y los gobiernos están haciendo el máximo esfuerzo para comunicar claramente los pros y los contras. Los beneficios son claramente más grandes que los riesgos. Es cierto que se pueden presentar casos de miocarditis, inflamación temporal del tejido muscular, por las vacunas de ARN mensajero, pero este riesgo también existe por la infección con coronavirus y, en ese caso, es mucho más alto. Además de los otros riesgos de la enfermedad. Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de EE. UU., es más probable que a una persona le caiga un rayo a que desarrolle una miocarditis o un trombo. La probabilidad es de 1 entre 500.000.

No es erróneo decidir sobre su salud y su bienestar. Es una decisión individual y estoy de acuerdo en que se debe evitar la obligatoriedad, pero hay que tener en cuenta que esa decisión significará infectarse.

"Me voy a contagiar de todas formas así me vacune”

Uno se puede contagiar estando vacunado, pero estará protegido contra una enfermedad grave. El riesgo de tener consecuencias negativas sin estar vacunado es mucho mayor a los riesgos de la vacuna. Ese argumento es una apuesta muy triste. Uno la puede pasar muy mal, quedarse sin el sentido del olfato o hasta morir. Uno puede decidir no vacunarse, pero estos argumentos van en contra de toda evidencia.

A mediados de septiembre, los antivacuna colombianos salieron nuevamente a las calles.
A mediados de septiembre, los antivacuna colombianos salieron nuevamente a las calles. Imagen: Juan Barreto/AFP/Getty Images

"Cuando todos estén vacunados ya no voy a necesitar vacunarme”

En primer lugar, no hay que olvidarse que justamente con la variante Delta, que es más transmisible, esto no funcionará, porque los no vacunados se terminarán contagiando en cualquier momento. Segundo, me parece egoísta frente a las personas más vulnerables de la población. No solo están poniendo en riesgo su salud sino la del resto. Desgraciadamente el virus es muy transmisible y, si se infectan, terminarán contagiando a otros. Si no se quieren vacunar, solamente les podemos pedir que tomen todas las medidas posibles de seguridad, mientras que el resto de la población se irá liberando de las  restricciones gradualmente.

"La vacunación es innecesaria para mí porque soy sano y joven”

Probablemente existe un riesgo un poco menor en comparación con personas que tienen otras comorbilidades o pertenecen a ciertos grupos de riesgo. Pero muchos jóvenes se confunden al pensar que nada les pasará porque aparentemente están sanos. Lo cierto es que nadie lo sabe con exactitud. Ahora mismo hay un montón de jóvenes muriéndose en las Unidades de Cuidados Intensivos sin que sepamos las razones. Otro problema que también se puede presentar es el COVID-19 persistente.

"Las vacunas son solo un negocio de las grandes empresas farmacéuticas”

No. Obviamente, las farmacéuticas también pueden obtener un lucro con su producto. Es normal que cualquiera que tenga un negocio quiera recibir un beneficio a cambio. Siempre hemos dicho que sería bueno que las farmacétuicas ofrezcan precios diferenciados para distintos mercados. Eso me parece justo. Al final hay que comparar el precio de una vacuna, que está entre los 10 a 20 dólares en el mercado mundial, con el costo de un tratamiento o de una cama en UCI durante un mes o dos, que son miles de dólares. Las vacunas son la herramienta con el mejor costo-beneficio de todos los tratamientos en la medicina.

(ms)