Corrupción en la FIFA: ¿hasta cuándo?
1 de diciembre de 2010
Dos miembros del Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Fútbol, Reynald Temarii, de Tahití y Amos Adamu, de Nigeria, fueron castigados por la Comisión de Ética de la FIFA por vender sus votos en la elección del país que será sede del Mundial de Fútbol en 2018 y 2022. Estos casos de corrupción siguen afectando la imagen de la FIFA y revelan el potencial de corruptibilidad de sus funcionarios.
“Esto hay que hacerlo con discreción”
Reporteros del diario británico Sunday Times se hicieron pasar por empresarios dispuestos a pagar para que EE. UU. fuera elegido sede del Mundial de Fútbol 2022. “Usted comprenderá que estas cosas hay que hacerlas con discreción”, dijo Adamu a los reporteros camuflados en El Cairo. En un encuentro previo, Adamu conversó con ellos sobre la construcción de cuatro canchas de césped artificial en Nigeria, por la suma de 580.000 euros, que debían enviarse a la empresa de un pariente suyo en Europa.
“¿Y ese dinero influirá de algún modo en que se decidan por EE. UU.?”, preguntaron los periodistas”, haciéndose pasar por hombres de negocios. “Es obvio que sí. Si invierte en este proyecto, significa que quiere conseguir el voto”, respondió Adamu.
Suspenden a seis funcionarios de la FIFA
El nigeriano Adamu, de 57 años, formaba parte del Comité Ejecutivo de la FIFA desde 2006, instancia de la que forma parte el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ocho vicepresidentes y otros 15 miembros, y que decide, entre otras cosas, qué país será sede del Mundial, y, al mismo tiempo, sobre enormes ganancias, producto del mayor evento del fútbol.
Según la FIFA, las ganancias del Mundial de Fútbol 2006 en Alemania ascendieron a cerca de 256 millones de euros. Por eso, los países que se postulan como sede del campeonato tratan por todos los medios de que se vote a su favor, llegando a cometer actos de corrupción como el de Adamu y Temarii.
El haitiano Temarii también se mostró receptivo ante las ofertas de dinero de los dos reporteros del Sunday Times, solicitándoles por su voto la suma de 1.700.000 euros para una escuela de fútbol en Nueva Zelanda. Cuando se develó el escándalo, la FIFA decidió suspender, junto a otros cuatro miembros del Comité, a Adamu por un período de tres años de toda actividad futbolística, y a Temarii por un año, además de aplicarles sendas multas de miles de euros.
Debido a esas suspensiones, el 2 de diciembre serán sólo 22 miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA, en lugar de 24, los que decidan en Zúrich cuál será el próximo país anfitrión del Campeonato Mundial de Fútbol.
¿Se acabaron las dudas?
Con el castigo a los funcionarios corruptos, Joseph Blatter considera que todo ha vuelto a la normalidad. “Si se tiene en cuenta que son de seis las personas suspendidas y que hay casi 300 millones de jugadores de fútbol en el mundo, lo que pasó no quiere decir que todo en el fútbol es corrupto”, dijo el suizo Blatter, de 74 años. Para él, “se aclararon todas las dudas”.
Sin embargo, Thomas Kistner, periodista deportivo del periódico alemán Süddeutsche Zeitung y autor de un libro sobre los negociados de la FIFA, no está de acuerdo. “No es cierto. Hay pruebas fehacientes de la corrupción reinante en el Comité Ejecutivo de la FIFA”, dice Kistner.
Después de todo, no es la primera vez que ese Comité Ejecutivo está en la mira de las sospechas. La asociación es criticada desde 1998, cuando Joseph Blatter fue elegido presidente. Entonces, se dijo que Blatter había enviado 20 cartas con 50.000 dólares cada una a funcionarios africanos. Blatter se defendió diciendo que se trataba de pagos a “equipos que pasaban por una situación difícil”.
Se cancela proceso por sumas millonarias
Durante el Mundial de Fútbol 2006 en Alemania, la FIFA suspendió a Ismail Bhamjee, de Botswana y miembro del Comité Ejecutivo, por revender entradas para el Mundial a precios exorbitantes. En 2008, la justicia suiza se encargó de esclarecer casos de corrupción en el deporte. Los investigadores obtuvieron pruebas de que, en 2001, la empresa suiza de marketing ISL/ISMM, que cayó en bancarrota, había pagado provisiones por cerca de 100 millones de euros a funcionarios del deporte para obtener lucrativos contratos con emisoras televisivas y sponsors. Algunos de los funcionarios pertenecían a la FIFA.
El proceso se cerró gracias a que la FIFA pagó 4 millones de euros, y los nombres de los culpables nunca se dieron a conocer. Entretanto, diversas fuentes informan que tres ejecutivos, Issa Hayatou, de Camerún, Nicolas Leoz, de Paraguay, y Ricardo Teixeira , de Brasil, están implicados en el mencionado caso de corrupción.
Teixeira ya había aparecido en los titulares hace poco en relación con el Mundial de Fútbol 2014 en Brasil. Según informes periodísticos, Teixeira se quedó con la mitad de todas las ganancias del Mundial en su país, yendo a parar la otra mitad a la Confederación Brasilera de Fútbol. Si se produjese, como no es de esperar, un saldo negativo, el funcionario Teixeira sólo tendría que cargar con el 0,01 por ciento de las pérdidas, y la Confederación, con el todo el resto. Teixeira forma parte del Comité Ejecutivo de la FIFA desde 1994, cuando la asociación mundial del fútbol era presidida por su padre, Joao Avelange.
Hasta ahora, el fútbol alemán siempre estuvo representado en el Comité Ejecutivo de la FIFA por el carismático Franz Beckenbauer, pero el 'Kaiser', de 65 años, no desea volver a presentarse a elección en 2011, ya que, como dijo, planea dedicarle más tiempo a su familia.
Si bien esto seguramente es así, la partida de Beckenbauer tenga también que ver con que ya no soporta las sospechas de corrupción contra la FIFA. Según Thomas Kistner, con Beckenbauer y otros que se despiden en 2011, “se despiden los funcionarios más o menos honestos, y quedan entonces los funcionarios más sospechosos”.
¿Valen los acuerdos internos?
En vista de la gran cantidad de escándalos e irregularidades, los arreglos internos de la FIFA, como los que se dieron a conocer pocos días antes de la nominación de la sede de los Mundiales 2018 y 2022, parecen inofensivos.
El vicepresidente de la FIFA, Mohammed Bin Hammam, de Catar, ni siquiera se ocupó de negar haber acordado con su colega español, Ángel María, favorecerse mutuamente con sus respectivos votos. España y Portugal se postulan para sede del Mundial 2018, y Catar, para el del 2022. “No me parece problemático que haya tales acuerdos”, dijo Bin Hamman.
Autor: Stefan Nestler/ Cristina Papaleo
Editor: José Ospina Valencia