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Se desvanece la esperanza

18 de enero de 2012

Cinco días después del naufragio del crucero Costa Concordia, la esperanza de encontrar sobrevivientes es cada vez menor. La búsqueda de desaparecidos fue nuevamente interrumpida por razones de seguridad.

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Los trabajos de rescate se vuelven cada vez más difíciles.Imagen: dapd

Los buzos que trabajan en el crucero italiano encallado en la costa de la isla toscana de Giglio suspendieron el rescate el miércoles luego de que la embarcación se moviera levemente, pero las autoridades dijeron que esperan reanudar las operaciones lo más pronto posible. Los meteorólogos prevén fuertes vientos para el jueves, lo que podría provocar olas de más de dos metros, haciendo que el barco cambie aún más de posición y se hunda más.

Por otra parte el número de personas desaparecidas se redujo a 21 después de que una mujer alemana se presentara a las autoridades italianas. Alemania afirma que 12 de sus ciudadanos siguen desaparecidos. Más de 4.200 personas, entre pasajeros y tripulantes, viajaban a bordo del Costa Concordia. Hasta ahora once personas de distintas nacionalidades han sido declaradas muertas

En el quinto día tras el accidente las esperanzas de encontrar a más gente con vida se han desvanecido y los expertos en salvataje se preparan para extraer las 2.300 toneladas de combustible del casco. La búsqueda había continuado el martes durante la noche en las partes del barco que no están sumergidas. Hasta que se dio la orden de suspenderla, los buzos se preparaban para reanudar la difícil y peligrosa tarea de registrar las áreas hundidas, donde se realizaron explosiones controladas para permitir un mayor acceso.             

Capitán afirma haber caído en bote salvavidas por un tropiezo

Entretanto, el capitán del crucero, Francesco Schettino, acusado de causar el siniestro por acercarse demasiado a la costa y de abandonar la nave antes de que terminara la evacuación, fue puesto bajo arresto domiciliario el martes tras ser interrogado por una  jueza. El capitán responsabilizó a un problema técnico por no haber coordinado la evacuación a bordo, según informaron hoy medios italianos.

El capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino.
El capitán del Costa Concordia, Francesco Schettino.Imagen: dapd

"No es que quisiera escapar, sino que estaba ayudando a los pasajeros a bajar un bote salvavidas al agua", dijo Schettino ante la jueza de instrucción según el diario "Corriere della Sera". Un problema con el mecanismo de descenso del bote, que se trabó y volvió a funcionar de repente, hizo que tropezara "y de repente estaba con los pasajeros en el barco", afirmó el capitán. Según dijo, luego le fue imposible volver al crucero porque ya estaba inclinado sobre un lado. Según la jueza, el capitán permaneció algunas horas en una roca cerca del crucero.

Un nuevo héroe emerge del drama

Por otro lado, el oficial de la guardia costera que ordenó a Schettino que volviera a bordo, Gregorio de Falco,  se convirtió sin querer en un héroe, ya que se le atribuye haber salvado el honor nacional en una de sus noches más oscuras. El miércoles por la mañana, ya había camisetas con la frase en italiano "Vada a bordo, cazzo". El más moderado titular elegido el miércoles por el mayor diario del país, el Corriere della Sera, era "Gracias, capitán"  reflejando la gratitud de los italianos, que ven el comportamiento de Schettino como una vergüenza nacional. La comunidad de Internet comenzó a calificar a De Falco, quien es jefe de la autoridad portuaria de Livorno, de héroe. En twitter aparecieron titulares como: "De Falco a la presidencia" o "Santo subito" (en español, "Santo ya").

Schiffsunglück Italien Costa Concordia
Los buzos italianos realizan una tarea riesgosa.Imagen: dapd

Al mismo tiempo, los uruguayos Adriana Doll y Nicolás Ferreri, sobrevivientes del naufragio anunciaron hoy que demandarán a la empresa. En declaraciones que publica el diario local "La República", Ferreri dijo que "fueron cinco horas de pánico" y recordó que "todo pintaba bien" en el viaje, pero tras tocar cuatro puertos "el barco empezó a moverse hacia un lado" y a partir de allí todo fue caos y confusión. Denunció que no hubo una evacuación organizada y lo que reinó en aquellos momentos fue el "sálvese quien pueda".

Autor Gabriel Domínguez

Editor: Pablo Kummetz