¿Por qué es importante vacunar a los niños contra el COVID?
23 de noviembre de 2021Según un estudio publicado en la revista internacional "Vaccines'', el 68,7 por ciento de los padres en América Latina y el Caribe se mostró completamente seguro de inmunizar a sus hijos y el 23,4 por ciento probablemente lo haría. En contraparte, un 4,5 por ciento dudaba en no vacunar a sus menores y solo un 3,3 por ciento había decidido no vacunarlos.
En la encuesta virtual, que se realizó entre mayo y julio de 2021, participaron más de 227.000 adultos de 20 países de la región. Sobre las diferencias con Europa y la importancia de vacunar a los niños, DW habló con el virólogo alemán Felix Drexler, de la Clínica Universitaria Charité de Berlín.
DW: Dr. Drexler, ¿a qué cree usted que se debe que los padres en América Latina están más dispuestos a vacunar a sus hijos que en Europa?
Felix Drexler: Al parecer hay un factor cultural muy fuerte. Lamentablemente, Alemania o Austria, por ejemplo, son los que menos vacunan a adultos en Europa y es posible que estos tampoco vacunen a sus hijos cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA), en los próximos días, dé la autorización para vacunar a los menores entre 5 y 11 años. Solo en Alemania, alrededor del 15 por ciento de los mayores de 60 años no están vacunados.
Pero Europa también es muy heterogénea. Países como España, Portugal o Italia tienen una alta tasa de adultos vacunados. Al parecer, en los países más afectados durante las primeras olas, la pandemia dejó una marca más fuerte. Eso explicaría también por qué la gente en América Latina está más dispuesta a vacunarse o vacunar a sus hijos.
¿Por qué es necesario vacunar a los niños entre 5 y 11 años?
En primer lugar, porque pueden infectar a adultos en grupos de riesgo, como parientes con enfermedades previas o no vacunados, y enviarlos a cuidados intensivos. En segundo lugar, los niños también pueden enfermarse. El PIMS o el "covid persistente” son enfermedades cuya prevalencia en niños no entendemos muy bien todavía. En general, mi impresión es que el riesgo de una infección por COVID-19 en niños es mucho mayor al riesgo de la vacunación.
Además del hecho de que en Europa todavía no estén vacunados los menores de 12 años, ¿a qué se debe la alta incidencia en menores en países como Alemania?
En primer lugar, está el contacto intenso entre niños en las escuelas o jardínes de infancia. En segundo lugar, la alta incidencia en general en los países, lleva también a una exposición más alta de los niños al virus. Sin olvidar la prevalencia de la variante Delta, que es más contagiosa. El conjunto de estos factores lleva a una alta incidencia en este grupo etario.
¿Sigue siendo extraño que los niños presenten un curso grave de COVID-19?
Es mucho más raro en comparación con los adultos o ancianos. Sin embargo, no se debe olvidar que, lamentablemente, los niños también pueden sufrir consecuencias graves de una infección por COVID-19. Y no entendemos todavía hasta qué punto quedarán secuelas, incluso si un menor es asintomático. Hay estudios preliminares que indican que los niños con un curso leve de la enfermedad o asintomáticos pueden tener algunos síntomas meses después de haberse contagiado, como dificultad para concentrarse o dolor de cabeza.
¿Cree usted que se debe priorizar la vacunación de los menores con enfermedades previas o se debe vacunar a todos al mismo tiempo?
Empezar a vacunar a los que tienen enfermedades previas sería lo más fácil. Pero también creo que sería una buena idea vacunar a todos al mismo tiempo. La evidencia actual demuestra que la vacuna es bastante bien aceptada por el cuerpo de los niños. Todavía no tenemos ninguna alarma, por ejemplo, de países como Estados Unidos, donde ya vacunaron a más de dos millones de niños entre 5 a 11 años. Ellos empezaron a inmunizar a este grupo etario con la vacuna de BioNTech/Pfizer hace un par de semanas y todos los datos muestran un perfil de seguridad bastante alto.
Hablando de la experiencia de Estados Unidos, ¿qué efectos secundarios se han detectado en la vacunación de niños entre 5 a 11 años en estas últimas semanas?
Nada nuevo. Solo pocos casos de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco), pero de forma pasajera, que se llegó a regular en poco tiempo. Tampoco se han visto consecuencias a largo plazo. Cuando hablamos de "largo plazo” en la medicina, se trata normalmente de algunas semanas. La gente cree que esto significa años, y eso no es así. No hay evidencia histórica de una vacuna que se haya administrado y en diez años se descubra que causa algún tipo de daño.
Ante los récords de contagios en Europa, algunos países como Austria volvieron al confinamiento, ¿cree usted que el cierre de escuelas y los confinamientos pueden ser más dañinos para los niños que el COVID-19?
Se debe insistir con urgencia en que los adultos se vacunen y cumplan las medidas, como minimizar los contactos, para protegerse y proteger a los niños. Creo que no se deben cerrar las escuelas, porque no solo los niños ya han sufrido mucho en esta pandemia, sino también los padres. Los niños merecen ir a clases y tener contacto social con otros menores. Y los padres no pueden sustituir las fallas de la política y hacer el papel de profesores. Además, la economía familiar se verá nuevamente afectada porque los padres no podrán trabajar.
(ms)