COVID-19 en México: "transparencia deficiente" del gobierno
27 de mayo de 2020A finales de abril, el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, pronosticó que, en el peor de los escenarios, morirían entre 6.000 y 8.000 personas por COVID-19 en el país. Este martes (26.05.2020), las autoridades informaron de 8.134 decesos y 74.560 contagios por coronavirus, y López-Gatell destacó que se ha estabilizado la mortalidad, al tiempo que la curva de contagios se ha aplanado.
"De acuerdo a los informes que tenemos, a las proyecciones, ya vamos de salida", dijo, por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) felicitó al gobierno mexicano por la estrategia aplicada para combatir la propagación de la COVID-19, el país latinoamericano se prepara para la reactivación económica y social gradual a partir del primero de junio.
Medios dudan de cifras oficiales
De cara a esos datos, la gestión de la crisis del coronavirus por parte del gobierno de López Obrador podría calificarse de exitosa. Sin embargo, en las últimas semanas, varios medios y asociaciones nacionales e internacionales han advertido de la posibilidad de que las cifras oficiales no correspondan a la realidad.
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Al respecto, Armando Talamantes, editor adjunto de Quinto Elemento Lab -una organización sin fines de lucro que impulsa el periodismo de investigación- cuenta en entrevista con DW que, a raíz de los reportajes periodísticos, las autoridades mexicanas "terminaron por admitir que había un número mayor de muertes que no se estaban registrando y explicaron que esto se debía, por un lado, a personas que murieron y que tenían síntomas parecidos a los que causa el coronavirus, pero a las que no se les practicó una prueba y, por tanto, no entraron a los registros oficiales. Y, por otro, a personas que fallecieron probablemente por COVID-19, pero en cuyas actas de defunción se anotó como causa de muerte neumonía atípica".
Quinto Elemento Lab ha documentado incongruencias entre las cifras oficiales y las que reportan algunos estados: en Puebla, Sonora, Yucatán y Tlaxcala se registraron en total casi 200 muertes más que las que dio a conocer el gobierno federal.
"Encontramos que existe cierta confusión y diferencias de protocolos entre los estados y el gobierno federal para anotar a aquellos pacientes que han fallecido y han resultado positivos, sospechosos o confirmados de haber tenido el coronavirus", dice Talamantes.
¿Cuántas pruebas se realizan?
"Todavía sigue aumentado el número de casos diarios de contagios, al igual que los fallecimientos", señala a DW Rosa María Wong, jefa de la subdivisión de investigación clínica de la facultad de medicina de la UNAM, quien asegura que aún no se ha superado el pico de contagios. "Hay varios modelos matemáticos, y algunos han determinado que las primeras semanas de junio serán el momento para alcanzar el punto máximo, y después el descenso", agrega.
Expertos han criticado el bajo número de pruebas de COVID-19 que se realizan en el país. De acuerdo con un reportaje de The New York Times, solo 0,4 personas de cada mil son testeadas en México. En cambio, el promedio de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico es de 23 pruebas por cada mil personas.
"Se aplican pruebas solo a pacientes graves en los hospitales, y a un 10 por ciento de pacientes con síntomas leves en las unidades de vigilancia estatales", explica la investigadora.
"Una transparencia deficiente"
Por su parte, Talamantes califica de "deficiente" la transparencia del gobierno mexicano respecto a la información relevante para la sociedad. Si bien reconoce el hecho de que, desde el principio de la crisis, se celebren conferencias de prensa diarias en las que se presentan cifras de contagios, muertes, capacidad hospitalaria y otros datos, tanto a nivel estatal como federal, el entrevistado critica, por ejemplo, que no haya suficiente claridad acerca del modelo matemático y epidemiológico que se está siguiendo.
Respecto al número más reciente de contagios confirmados, el gobierno admitió que la cifra real es mayor, "aunque no hay una estimación clara de cuánto más grande", señala.
Asimismo, el experto critica una falta de transparencia en el llamado "sistema semáforo" para indicar el nivel de riesgo de contagio en la fase de reapertura del país. El gobierno "no ha sido claro en las variables que tomará en cuenta para cambiar los colores e informar a la población. Algunos de los casi 2.500 municipios que existen en el país están, aparentemente, libres del virus, pero tampoco se ha informado la cantidad de pruebas que se han realizado en cada uno de esos municipios para saber si efectivamente se ha testeado a la gente".
En opinión de la doctora Wong, "la sociedad civil y académica de nuestro país, así como los gobiernos estatales y regionales han jugado un papel importante en el aplanamiento de la curva". La científica explica que el distanciamiento social se inició desde la segunda semana de marzo en varios estados, así como en la Universidad Nacional Autónoma de México, y fue acatado por varios actores más, como empresarios, académicos y actores de la sociedad civil.
"El gobierno inició la sana distancia hasta la tercera semana de marzo. Todo lo que se ha impuesto ha sido totalmente voluntario, por lo que una proporción importante de la población no cree que el virus exista, y sigue haciendo su vida normal. Y ahora esas son las áreas con más contagios y casos. Esto refleja que no hubo una adecuada comunicación", concluye Rosa María Wong.
(cp)
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