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Crece la violencia neonazi en 2006

Enrique López Magallón11 de noviembre de 2006

Noticias desalentadoras para la democracia alemana: los actos delictivos relacionados con la extrema derecha crecieron 20 por ciento en lo que va de 2006.

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Neonazis y Skinheads, una amenaza creciente en Alemania.Imagen: PA/dpa

A raíz de la inauguración de la gran sinagoga de Múnich (09.11.06), fueron muchas las voces que se alzaron para advertir que no debía bajarse la guardia ante las actividades de grupos neonazis en Alemania. Este sábado, las estadísticas dan la razón a quienes lanzaban tales advertencias.

Demonstration Rechtsextremismus in Berlin
Grupos neonazis se enfrentan a la policía alemana, el pasado mes de agosto.Imagen: AP

De acuerdo con informaciones oficiales, el número de actos violentos relacionados con grupos de extrema derecha se incrementó un 20 por ciento en los meses que van del presente año, en comparación con el mismo lapso de 2005. En total, son 9,013 los delitos de este tipo, en los cuales resultaron heridas 375 personas, contra 7,574 del año pasado.

Diputados neonazis

El informe de la Oficina Federal de Investigación Criminal coincide con una amplia discusión acerca de las formas de hacer frente al resurgimiento de la extrema derecha. El asunto no es sencillo. En algunos estados federados, el partido ultra conservador NPD ha logrado acaparar a un sector del electorado, e incluso ha llegado a estar representado en parlamentos estatales como el de Sajonia.

Aunque su plataforma no asume abiertamente este carácter, se da por sentado que este partido es refugio de muchos extremistas de derecha cuya filiación es racista, antisemita, agresiva y xenófoba. Otro partido similar, el DVU, ha conquistado escaños en el parlamento estatal de Brandeburgo y Bremen.

Springerstiefel, Symbolbild Rassismus, Nationalismus, Rechtsextremismus in Deutschland
Botas y camisas pardas son símbolos de un ominoso extremismo.Imagen: picture-alliance/dpa

Ahora, el NPD tiene en la mira conquistar posiciones en Berlín. Es por ello que este sábado celebra en la capital alemana su asamblea nacional. Los demás partidos políticos manifestaron su protesta por el acto, lo mismo que cientos de ciudadanos. Sin embargo, la resistencia parece más bien simbólica ante el fracaso de acciones concretas contra el extremismo de derecha. En 2003, un intento por proscribir a este partido fue desechado por considerarse anticonstitucional.

Uno de los problemas de este proceso es que, como es conocido, el estado alemán ha infiltrado al NPD con agentes encubiertos. De presentarse una nueva querella, estos elementos tendrían que presentarse como testigos. Además de poner en peligro su integridad física, la diligencia comprobaría la participación del Estado alemán –así sea con fines de procuración de justicia- en actividades del NPD.

BdT Protest gegen Neonazi-Aufmarsch in Gelsenkirchen
En su mayoría, la sociedad democrática repudia al extremismo neonazi.Imagen: picture-alliance/dpa

Es todo un embrollo, que por el momento ninguna autoridad alemana ha sido capaz de desmarañar. A nivel local, algunos fallos judiciales han prohibido actos específicos, pero en otros casos no se ha aplicado el mismo criterio.

Sanciones económicas, ¿la solución?

Quizá hay otras maneras, además de la vía jurídica, para combatir de manera efectiva a los partidos tras los cuales se esconde el neonazismo. Según informa el semanario Der Spiegel, la contraloría del Bundestag ha solicitado al NPD que devuelva 1,7 millones de euros provenientes del financiamiento público, debido a malos manejos en los años 1998 y 1999. Esto, según reconocen fuentes internas de ese partido, pondría al NPD en una situación económica "muy seria".

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Políticos neonazis hacen campaña, amparados en el NPD.Imagen: PA/dpa

La medida responde claramente a procesos de rendición de cuentas. Pero puede constituir una vía para controlar las actividades de un partido que, de acuerdo con algunos políticos alemanes, se muestra cada vez más agresivo en su propuesta extremista. Más allá, el reto es convencer a miles de alemanes que, decepcionados por el desempleo y la desigualdad social, desechan la democracia y ven al neonazismo como una vía de solución extrema a sus problemas.