"Creo que no existe la identidad absoluta"

“... Compás 81, ... no, mezzopiano, ... no escucho el vibráfono, otra vez, ... no, toquen pianissimo para que suene mezzopiano, ... compás 81, otra vez ...”. Tres horas y media, Mauricio Kagel frente de los conjuntos Ensemble Süden y Compañía Oblicua de Buenos Aires, ensayando para el concierto inaugural del Festival en su honor, con sólo una pausa de 15 minutos. Sin dar señales de cansancio, repitiendo todas las veces que fuera necesario para lograr la perfección, sin perder la paciencia, con amabilidad y haciendo bromas de vez en cuando para interrumpir la seriedad del trabajo, Kagel mantiene un ritmo diario agotador de ensayos matutinos y vespertinos, dando entrevistas antes, después y en la pausa del ensayo.

Conversando con Kagel

Mauricio Kagel tardó 30 años en volver a la Argentina porque “nadie se me acercaba a invitarme o porque las pocas invitaciones que llegaban eran con tres a seis meses de anticipación y la vida musical en Europa se organiza entre dos a cuatro años antes”, relató a DW-WORLD. “Cuando un director del Colón me llamaba, yo le decía que seguramente en tres años ya no sería director; ¡y eso sucedió tres veces!” –agregó sonriente.

Kagel no lamentó haberse ido de Argentina. Era importante para su carrera. A veces tenía melancolía de ciertas cosas del país, “pero cuanto más pasaban los años, tenía temor de volver por los enormes cambios, los años de tiranía y de asesinatos. Estoy muy feliz de haber vuelto, aunque sólo sea por tres o cuatro semanas. Naturalmente me siento halagado y feliz de estar aquí a pesar del enorme esfuerzo que significa para mí dirigir dos ensayos diarios más las funciones”, cuenta.

El destierro en Alemania

“Era considerado un europeo en la Argentina y un sudamericano en Europa”, señaló, agregando: “Creo que no existe la identidad absoluta sino una mezcla de identidades con las cuales es necesario dialogar”.

“Consciente de lo que había pasado en Alemania, pero sin odiar por principio”, Kagel encontró en Alemania amigos entrañables y grandes personas y también gente antipática, como en otras partes del mundo, incluida la Argentina. “Creo que ningún país está exento de contradicciones. Ttodos los países viven su variación de contradicciones”,dijo Kagel en lenguaje musical.

Sus obras “La torre de Babel” y “Die Erschöpfung der Welt” (El agotamiento del mundo, alusión a “Die Schöpfung der Welt”, La creación del mundo) tienen inspiración judaica basada en el Antiguo Testamento. Kagel nunca ocultó su herencia judía pero siempre le han interesado otras religiones: “Ninguna teología es divina, no está escrita por Dios sino por los hombres”, dijo Kagel sonriendo.

Filosofía del proceso creativo y recreativo

“La teología es una interpretación, como también la composición es a la vez interpretación de las propias fantasías, y la interpretación es una recomposición de la composición. La interpretación también es un proceso altamente creativo en el que el músico llega inclusive a negar la existencia del compositor”, explicó Kagel, confiriendo especial importancia al intérprete.

Música contemporánea

También en Alemania la música contemporánea sufre por los cortes presupuestarios que se realizan en todos los órdenes. En un principio, Kagel vivió de la docencia y poco a poco sólo de su música; pero es un caso excepcional.

A un músico joven argentino, Kagel le aconsejaría emigrar a Europa –como lo hizo él en su momento- sólo si tiene talento. Y a un músico joven en general, le aconseja “que sea honesto, que escriba no siguiendo la moda sino siguiendo su intuición. Si busca dentro de sí mismo, en las cavernas internas propias, como lo hace la espeleología, va a encontrar algo original propio”.