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¿Cuánto vale un jugador?

Enrique López Magallón20 de julio de 2007

Determinar el valor de un futbolista en el mercado internacional es un proceso que depende de delicados balances. Al final, se toma en cuenta incluso aspectos subjetivos como la situación personal del jugador.

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Lincoln ya no jugará en la Bundesliga.Imagen: AP

El jugador es la pieza central del mercado del fútbol, en Europa y en cualquier otro país. Su valor en el mercado se refleja en dos indicadores fundamentales: la tasa de su transferencia, cuando se trata de finiquitar un contrato vigente, y el salario anual ofrecido.

Thierry Henry, Frankreich, WM 2006
Thierry Henry fue presentado en el Barcelona.Imagen: dpa

Ambos son negociados no por los jugadores mismos, sino por agentes, representantes o, según la terminología alemana, "asesores" que se ganan la vida con estas transacciones.

Un mercado especulativo

Todas éstas son verdades bien conocidas tanto para el profesional como para el aficionado especializado. Pero hay otros factores que varían de una liga a otra, y que no son tan conocidos por el público, sobre todo en el caso de ligas en las cuales hay una gran participación internacional.

En muchos sentidos, el "mercado de piernas" es especulativo. En Alemania, cada semana, el desempeño del jugador es observado y medido con precisión: cuántos pases dio, cuántos duelos individuales perdió, cuántos goles anotó, si éstos fueron de cabeza; con qué pierna patearon el balón, etc.

Esta evaluación numérica resulta, en el caso de la prensa especializada, en conclusiones generales que contienen elementos subjetivos: un sistema de puntaje que incide más que nada en la percepción pública de cada jugador. Muchos entrenadores simplemente ignoran estas calificaciones semanales. Para los mercadólogos de este deporte, en cambio, todos los indicadores son importantes.

Combo Fußball Bundesliga 2006 /07 Miroslav Klose Werder Bremen und Claudio Pizarro vom FC Bayern München
Miroslav Klose pasó al Bayern; Pizarro se fue.Imagen: picture-alliance/ dpa

El peso de los imponderables

El mercado futbolístico europeo reconoce otros factores en la complicada ecuación de determinar el valor de cada jugador. Así, por ejemplo, un estudio especializado consigna que éste "está relacionado, pero no guarda proporción lineal con la fuerza de los jugadores. Además de ésta, los salarios y las tasas de transferencia pueden tomar en cuenta el impacto comercial de un futbolista. Es por ello que un jugador con un rendimiento apenas mejor que otro puede tener un valor muy superior de mercado."

Como en los pisos de remates bursátiles, también se aborda el posible valor a futuro. Para ello se toma como base el desempeño actual y pasado del futbolista, así como una amplia serie de imponderables.

Entre éstas, se menciona a "las posibles lesiones, la posible reducción de la motivación para seguir construyendo el éxito, el ajuste a la filosofía futbolística de un país distinto, el ajuste a la filosofía futbolística de un club distinto, el ajuste a un clima distinto, la dinámica entre el jugador y el entrenador, la dinámica entre los propios compañeros del equipo, los posibles problemas de comunicación debidos a barreras culturales o idiomáticas, y las posibles distracciones originadas en eventos de la vida privada."

Los clubes de fútbol dependen en buena medida del apoyo moral o psicológico de sus fanáticos. Por ello, la decisión de comprar o no a un jugador debe, además de todo lo anterior, ser compatible con los gustos de los aficionados. Un ejemplo práctico: salvo casos excepcionales, que confirman la regla, un jugador o técnico del Real Madrid nunca pasará a formar parte del Barcelona, o viceversa.

Lincoln: caso de la vida real

Es así como, finalmente, se determina cuánto debe pagar un equipo si quiere hacerse de los servicios de un jugador. La cifra sube y baja de acuerdo a todas estas coordenadas, que conforman un balance sumamente delicado.

Ricardo Osorio
Ricardo Osorio se adaptó bien al fútbol alemán.Imagen: Daniel Martínez

Como ejemplo extremo está el caso del brasileño Lincoln. Luego de cumplir una temporada presentable con el Schalke 04, hacia el final del torneo perdió la cabeza y cometió una agresión que le costó cinco partidos de suspensión.

Terminado el torneo, y consumado el fracaso de su equipo, se consideró que Lincoln era un mediocampista muy talentoso, pero demasiado voluble.

Consecuencia: no jugará más en la Bundesliga sino en la lejana Turquía. Sorprendió a pocos y extraños la rapidez y la "magra" suma -cinco millones de euros- por la cual Schalke 04 lo dejó ir. En Gelsenkirchen, está claro, no querían saber más de él.