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¡Culpable! Una sentencia militar divide a Israel

Joseph Croitoru
4 de enero de 2017

Un soldado israelí ha sido condenado por homicidio contra un palestino. Para unos, el fallo equivale a una traición, para otros, es demasiado indulgente. Se profundiza la grieta social en Israel, opina Joseph Croitoru.

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Camiseta con el pefil del enfermero Elor Asaria.
Camiseta con el pefil del enfermero Elor Asaria.Imagen: Reuters/A. Cohen

Desde marzo del año pasado, el caso del sanitario militar israelí Elor Asaria divide la opinión pública en Israel. En la ciudad ocupada de Hebrón, el enfermero había matado de un tiro en la cabeza a un terrorista palestino que yacía herido y probablemente inconsciente en el suelo. Poco antes, el agresor palestino había apuñalado junto con un cómplice a un soldado israelí.

Para muchos israelíes que fueron testigos de los acontecimientos grabados por un vecino, que entregó el video a la organización de derechos humanos B'Tselem, esto fue un doble shock: por un lado, no solo no se brindó ninguna asistencia médica durante varios minutos al palestino Abdel Fatah al-Sharif, al que habían disparado para neutralizarlo. Por otro, el sanitario Asaria, cuya tarea habría sido ayudar al herido, lo mató a sangre fía de un tiro en la cabeza.

En la historia de Israel y sus incontables ataques terroristas, este no es el primero ni único caso de un terrorista palestino que es abatido arbitrariamente después de haber sido neutralizado o incluso detenido. 

Compadraje entre extremistas de derecha

Joseph Croitoru, de DW.
Joseph Croitoru, de DW.Imagen: Imago/Star-Media

En 1984, en el llamado caso del "autobús 300”, miembros del servicio secreto israelí Shabak ejecutaron a varios terroristas, hecho que trataron de ocultar incluso después de que un periódico israelí publicara una foto que mostraba vivos a los palestinos en el momento de ser detenidos. El asunto ocupó a la Justicia israelí durante dos años y se convirtió en un hito de la historia del país con respecto a su trato hacia terroristas detenidos. Y es que los responsables no fueron condenados: algunos políticos los defendieron tercamente y sin escrúpulos. Sin embargo, nuevos reglamentos impidieron que esto se repitiera.

Tres décadas después, el fenómeno ha vuelto a surgir de forma similar. En 2015, cuando Israel fue sacudido por una ola de ataques, se multiplicaron los casos de policías o civiles israelíes armados que abatieron a atacantes palestinos, aún cuando estos ya no representaban ningún peligro.

Silencio cómplice

Estos asesinatos no fueron sancionados, y, en medio del agresivo ambiente que reinaba en aquel entonces, se volvió una regla no escrita que los terroristas palestinos no abandonaran con vida el lugar del atentado. Pese a que la oposición criticó severamente la inactividad de la Justicia, no hubo consecuencias. Los críticos, en su mayoría del bando izquierdo, incluso fueron acusados de traidores de la patria por ultraderechistas.

Al parecer este tipo de autojusticia sin consecuencias también inspiró al enfermero Elor Asaria, quien probablemente también confió en el silencio de sus colegas. Cabe dudar que la opinión pública se hubiera enterado de la ejecución del palestino Abdel Fatah al-Sharif, si la escena no hubiera sido filmada casualmente. 

¿Héroe nacional o verdugo?

El hecho de que Asaria haya sido defendido durante el proceso por dos exgenerales israelíes ya es un escándalo, al igual que la glorificación del asesino como héroe nacional por parte de la derecha radical del país, que lo pinta como víctima inocente de una Justicia traidora.

Si bien al principio todavía se habló de asesinato premeditado, es decir que Abdel Fatah al-Sharif fue ultimado por ser palestino, el sanitario finalmente fue condenado por homicidio. Sin embargo, en lugar de poner punto final al debate, con esa minimización en el fallo, los jueces militares solo consiguieron atizar el debate. La derecha radical arremete contra los tribunales militares y cuenta con el apoyo de políticos de ultraderecha como el ministro de Educación, Naftali Bennett, o la ministra de Cultura, Miri Regev, que piden amnistía para Asaria.

El ministro de Defensa, Avigdor Liebermann, en cambio, hizo un llamamiento a respetar el fallo. En un mes, cuando se dé a conocer la pena, el conflicto en la coalición de gobierno probablemente se agravará, e incluso podría comprometer la estabilidad del gobierno israelí. La oposición critica –con razón– que el fallo es demasiado indulgente. Por su parte, el periódico liberal de izquierda Haaretz ya describe a Asaria como "verdugo”.