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Culpas y deudas de la Iglesia chilena

4 de agosto de 2018

Con las medidas anunciadas por los obispos, la iglesia católica del país sudamericano comienza a pagar su deuda, pero aún tiene un largo camino que recorrer para reparar a las víctimas y prevenir nuevos casos de abusos.

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Die chilenischen Bischöfe, in Punta de Tralca (Küste Chiles) Santiago Silva und Fernando Ramos
Los obispos reunidos en asamblea plenaria acordaron una serie de medidas para enfrentar la crisis que vive la iglesia católica chilena.Imagen: picture alliance/E.Felix

“Todo aporte es importante, pero no responde a lo que realmente necesita la Iglesia católica hoy”, dice a DW el historiador Marcial Sánchez, experto en historia de la Iglesia, sobre las decisiones y compromisos que dieron a conocer los obispos chilenos reunidos en asamblea plenaria extraordinaria.

Durante los últimos cinco días, reflexionaron sobre la profunda crisis desatada por los casos de abusos sexuales, hoy también en manos de la Justicia civil. A las jornadas realizadas en su habitual lugar de retiro, en la costera localidad de Punta de Tralca, invitaron a participar también a otros miembros de la Iglesia, religiosos y laicos.

El documento de los obispos reitera elementos ya expresados anteriormente, como el arrepentimiento y el perdón, y agrega la disposición a encontrarse directamente con las víctimas y fomentar el buen trato y relaciones basadas en el respeto.

El anuncio de que todas las investigaciones canónicas se darán a conocer públicamente, como ya se ha hecho en otros países, es un signo positivo de transparencia y contra el encubrimiento, pero también es necesaria una mayor colaboración con las causas. “La Iglesia debe colocarse a disposición de la Justicia civil y entregar todos los documentos que se disponen”, considera Sánchez.

Pero otros aspectos se echan de menos. “Me llama la atención que ni siquiera sale mencionado el concepto del abuso de conciencia, que es fundamental para entender los casos de abuso, como el de Fernando Karadima. Lo primero es que la Iglesia debe escuchar a las víctimas, pero el documento no habla de reparación ni de ponerse en el lugar del que sufre, como dijo el papa”, indica Sánchez.

Otro aspecto poco claro es cómo hará realidad la Iglesia estas intenciones. “Tiene que haber elementos de acción. Si no hay acción en el perdón, éste queda en el vacío. Se sigue trabajando a nivel de cúpulas y protocolos, pero ¿cómo llega a las bases, cómo van a ser convocados estos equipos de trabajo y serán los mismos que están hoy?”, se pregunta el historiador.

Iglesia en deuda

Tras el escándalo por los abusos sexuales, “la sociedad espera una actitud clara de los obispos. Se ha generado mayor distanciamiento, en un proceso en que siguen apareciendo cada día nuevos casos de abusos que han sido ocultados durante años. Ahora también hay situaciones al interior de congregaciones religiosas femeninas, monjas que denuncian que han sido acosadas y abusadas”, señala a DW Cristián Parker, sociólogo experto en Sociología de la Religión.

Hasta ahora, “la iglesia chilena está en deuda y debe asumir su responsabilidad”, dice Parker, quien considera que, tras el informe de Monseñor Charles Schicluna, el Papa Francisco ha tenido una actitud de reparación clara, que los obispos debieran seguir: “El Papa tuvo un gesto relevante al reunirse con las víctimas y pedirles perdón a nombre de la iglesia”.

La asamblea puede iniciar un nuevo camino en que haya “una plena toma de conciencia de la responsabilidad y de la voluntad de reparación”, agrega el sociólogo.

Cardenal en la cuerda floja

La crisis de la iglesia chilena ha adquirido aristas a nivel judicial y político. “Tenemos una crisis muy profunda y ya no solamente es intramuros, sino que es el mismo Estado el que está preocupado, a la luz de las declaraciones del presidente, del Parlamento y del ministerio del Justicia”, agrega Marcial Sánchez.

La presencia de Sebastián Piñera en el Te Deum, actividad religiosa que se celebra para la fiesta de la independencia, está en duda. El mandatario evalúa no asistir si lo preside el cardenal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, quien ha sido citado a declarar como imputado por encubrimiento en casos de abuso sexual. Otros políticos y parlamentarios también han dicho que si el prelado va, no asistirán a la ceremonia.

Ricardo Ezzati Erzbischof Chile
El cardenal y arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, fue citado a declarar en caldiad de encubridor de abusos sexuales dentro de al iglesia.Imagen: picture-alliance/dpa/S.Silva

Hasta ahora el papa ha aceptado la dimisión de cinco de los obispos, quienes renunciaron en pleno tras su encuentro en el Vaticano, pero Ezzati, quien tiene la edad para dejar su puesto y ahora además enfrenta un proceso judicial, todavía permanece en su cargo. “El papa no tiene reemplazos. Es delicado porque no puede poner de obispo a quien no tiene los antecedentes que corresponden, pero yo creo que debiera tomar cartas en el asunto, ahora más que nunca”, afirma Cristián Parker.

El comité de búsqueda hasta ahora no habría encontrado a la persona indicada. “Espero que el papa tenga noticias pronto, porque tenemos un cardenal que posiblemente va a ser imputado como por encubrimiento en casos de abusos sexuales, lo que nunca ha sucedido en Chile”. Esto ha generado molestia en la comunidad, que en las misas de Ezzati se está manifestando con carteles que piden su salida.

Mayor transparencia y participación

“La Iglesia tiene que entender que está en una sociedad que ha cambiado”, considera Parker, quien espera que tome medidas a corto, mediano y largo plazo, desde gestos efectivos de acogida con las víctimas hasta mejorar la forma en que se selecciona y forma a los sacerdotes, así como “ser claros en  facilitar y acoger los procesos que las Fiscalías están llevando a cabo”.

“La Iglesia no se vuelve a refundar si no pasa a la acción”, reitera el historiador Sánchez. Una de esas acciones que pueden marcar un cambio, es la integración de mujeres en diferentes cargos de responsabilidad en la Iglesia, coinciden los expertos. Ya se ha visto, con el nombramiento, por primera vez, de una mujer como canciller del Arzobispado de Santiago.

“Es uno de los elementos y puede ser muy relevante. Lo que sucede al interior de la Iglesia hay que analizarlo en el marco de la sociedad chilena, donde estamos presenciando un movimiento de reivindicación de los derechos de la mujer y hay inquietud respecto a estos temas. Una serie de universidades fueron tomadas por movimientos feministas que denuncian abusos sexuales. Toda medida que tome la Iglesia que signifique mayor participación y protagonismo de la mujer en una cultura de respeto, es fundamental”, sostiene Parker.

Asimismo, Sánchez considera fundamental el empoderamiento de los laicos: “hay que empezar a generar un cambio desde la base”. En su opinión, más allá de las buenas intenciones expresadas por el documento, “los obispos van a pasar a la historia por sus actos y en eso falta mucho por hacer”. La tarea es grande y la sociedad estará atenta a que las acciones propuestas conduzcan a saldar la deuda de la Iglesia. 

Autora: Victoria Dannemann (FEW)

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