Cumbres para todos los gustos
16 de septiembre de 2003
El canciller alemán, Gerhard Schröder, recibirá el próximo sábado en Berlín al presidente francés, Jacques Chirac, y al primer ministro británico, Tony Blair, con quienes buscará un consenso en política exterior después de las divergencias en torno a la crisis de Irak. Así lo confirmaron fuentes del Gobierno. Chirac llegará ya el próximo jueves a Berlín para entrevistarse con Schröder en la Cancillería, en el contexto de las consultas germano-francesas, y Blair se sumará a ambos el sábado.
El domingo que viene, Tony Blair se reunirá además con el presidente español, José María Aznar, en la residencia campestre de Chequers, situada al noreste de Londres. Como punto final -por el momento- se espera para el lunes próximo un eventual encuentro entre el canciller alemán y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en Nueva York.
Tema principal de todas estas reuniones serán las negociaciones para una nueva resolución sobre Irak en el Consejo de Seguridad de la ONU, del que Francia y el Reino Unido son miembros permanentes, mientras Alemania y España no permanentes.
Mucho que hablar y negociar
Este maratón de encuentros entre jefes de estado es un buen botón de muestra para las fisuras que sigue habiendo entre los gobiernos europeos sobre la cuestión de Irak. Madrid y Londres comparten el diagnóstico y la solución propuesta por Estados Unidos sobre la necesidad de que Naciones Unidas dé luz verde a una nueva resolución para constituir una fuerza multinacional que permanezca en el país bajo mando norteamericano.
Este punto de vista no es compartido por París y Berlín. Apoyada por Rusia y China, las enmiendas franco germanas al proyecto de resolución estadounidense tratan de fortalecer el papel de las Naciones Unidas en Irak, un papel que hasta ahora no quedó bien definido.
Francia trata que Estados Unidos entregue el poder en Irak lo más rápidamente posible, mientras que el gobierno de Washington busca la aprobación de una resolución en el Consejo de Seguridad que les permita obtener fondos y tropas de otras naciones para compartir los costos de la reconstrucción y reforzar la seguridad.
Experiencia comprobada
Francia y Alemania no se oponen a un mando militar estadounidense sobre las tropas multinacionales en Irak. Sin embargo, y con razón, exigen acelerar el proceso de otorgar a los iraquíes la soberanía y establecer una Constitución y convocar elecciones.
El mismo secretario general de la Naciones Unidas, Kofi Annan, subrayó que la ONU tiene una gran experiencia en facilitar procesos políticos para restablecer gobiernos elegidos democráticamente, así como redactando constituciones.
No hay nada insólito en exigir que el Consejo de Seguridad cumpla con su deber de garantizar el derecho internacional y que las Naciones Unidas sean el vector de todas las decisiones de la comunidad internacional. La estrategia global del gobierno de Bush, de actuar siempre cuando lo considere necesario y sin la aprobación de las Naciones Unidas y en contra de una serie de países tradicionalmente aliados, no es la política apropiada para solucionar problemas, ni en Irak, ni en el Oriente Medio.