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UE sorprendida con la guardia baja

Christoph Hasselbach (CHP)3 de marzo de 2014

Ucrania vuelve a reunir a los Ministros de Exteriores de la Unión Europea en Bruselas. En esta ocasión, por la amenaza de una guerra inminente entre Ucrania y Rusia. La UE evita por el momento hablar sobre sanciones.

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Imagen: picture-alliance/dpa

La situación resulta sumamente peligrosa. El Ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier califica la intervención militar rusa en territorio ucraniano como la "crisis más severa desde la caída del Muro de Berlín. 25 años después del fin de la Guerra Fría, la posibilidad de una división es real”, según palabras de Steinmeier en Bruselas.

A pesar de la situación, la Unión Europea no ha logrado ponerse de acuerdo sobre cómo debe afrontarla. El Ministro de Exteriores de Hungría, Janos Martonyi, observa similitudes entre los actuales acontecimientos en Ucrania y la invasión soviética de Hungría en 1956. No es el único que piensa así. Los representantes de aquellos países de la Unión Europea que padecieron la ocupación de las fuerzas soviéticas demandaron hoy en Bruselas sanciones inmediatas contra Moscú. Lituania, Polonia y la República Checa exigen prohibiciones de viaje y bloqueo inmediato de cuentas.

UE y el abastecimiento energético ruso

Pero, por el momento, no se han acordado sanciones. La UE reaccionará, según Steinmeier, si Moscú no muestra esfuerzos rápidos y convincentes de distensión. Las sanciones se centrarían en las negociaciones sobre facilitación de visados y el nuevo acuerdo de cooperación UE-Rusia. También podrían bloquearse las cuentas bancarias.

Aunque los jefes de Gobierno y Estado de la UE convocaron a una reunión de emergencia para este 6 de marzo en la que podría asumir las sanciones, a día de hoy varios representantes de la UE se oponen a medidas inmediatas. El ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, recordó que el "25 por ciento de la energía europea proviene de Rusia” e hizo hincapié en las relaciones económicas entre Rusia y la UE.

¿Debilidad o diplomacia?

Otros diplomáticos se oponen a las sanciones, aduciendo que en este momento se debe “reemplazar la confrontación por diálogo“, según el Ministro de Exteriores español, José Manuel García. Su homólogo holandés, Frans Timmermans, comparte esta opinión: "Superamos la Guerra Fría y no hay motivo para revivirla."

El ministro de Exteriores alemán, Steinmeier no quiere que la postura de la UE se malinterprete como señal de debilidad: "La diplomacia de crisis no es muestra de debilidad sino una necesidad, en este momento más grande que nunca." El procedimiento diplomático requiere, en opinión de Steinmeier, no solo que los diplomáticos de la UE viajen a Moscú y Kiev, sino que se esfuercen porque Moscú y Kiev hablen directamente sin intermediarios. Entre las medidas que se barajan, se habla sobre la creación de un grupo de contacto. El presidente ruso, Vladimir Putin, parece no descartar esta posibilidad. Steinmeier propone además el envío de una misión de observación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa, OSCE. Esta deberá investigar cuál es la situación real en Crimea y el este de Ucrania. Hasta el momento, la UE basa sui información en fuentes que no son precisamente neutrales.

Sorprendida con la guardia baja

Guy Verhofstadt, líder de los liberales en el Parlamento Europeo, indica que debe impulsarse una misión diplomática de la UE encabezada por los ministros de Exteriores de Alemania, Polonia y Francia. Frank-Walter Steinmeier, Radoslav Sikorski y Laurent Fabius, explica el eurodiputado, demostraron en su reciente visita a Kiev, "que pueden impulsar un compromiso." Los tres lograron que se alcanzara un acuerdo entre el presidente depuesto, Viktor Yanukovich, y la oposición, lo que fue aclamado inicialmente como un gran avance. Verhofstadt sostiene, sin embargo, que la UE no debe repetir el error de la última vez y esperar demasiado tiempo a que la situación empeore. En esta ocasión no se puede acusar a la UE de lentitud. Rusia reaccionó tan rápida y desproporcionadamente a los cambios en Ucrania, que ha tomado a la UE completamente por sorpresa.